Maui es mi hogar y esto es lo que perdimos debido a los incendios forestales
Las pérdidas son tan devastadoras como el gran incendio de Londres o la tragedia de Notre Dame.
Esta mañana, la costa norte de Maui, donde vivo, amaneció con lluvias. Sin embargo, no llegan al sitio ni en el momento correcto: ya es demasiado tarde para que el Departamento de Bomberos pueda salvar la histórica ciudad de Lahaina.
Soy un inmigrante inglés, que se nacionalizó estadounidense y hawaiano después de 17 años. Maui es mi hogar. Como residente del lugar, casado con una familia nacida y criada en la isla, la pérdida del casco histórico de Lahaina me resulta devastadora.
Lo primero y más importante es la pérdida de vidas. Maui es una isla pequeña; nos conocemos entre todos, o bien conocemos a alguien que conoce a todo el mundo.
Aún no estamos al tanto de quién nos dejó, pero solo lo sabremos cuando se esparzan los rumores. Las pérdidas locales se harán sentir hasta la próxima generación, por lo que rezamos para pedir que ninguno de nuestros conocidos se hayan visto afectados.
La población local, especialmente en Lahaina, trabaja en su mayoría para la industria turística, la cual se centra en los hoteles de Kaanapali y Lahaina, al oeste de Maui.
Esta mañana, la costa norte de Maui, donde vivo, amaneció con lluvias. Sin embargo, no llegan al sitio ni en el momento correcto: ya es demasiado tarde para que el Departamento de Bomberos pueda salvar la histórica ciudad de Lahaina.
Soy un inmigrante inglés, que se nacionalizó estadounidense y hawaiano después de 17 años. Maui es mi hogar. Como residente del lugar, casado con una familia nacida y criada en la isla, la pérdida del casco histórico de Lahaina me resulta devastadora.
Lo primero y más importante es la pérdida de vidas. Maui es una isla pequeña; nos conocemos entre todos, o bien conocemos a alguien que conoce a todo el mundo.
Aún no estamos al tanto de quién nos dejó, pero solo lo sabremos cuando se esparzan los rumores. Las pérdidas locales se harán sentir hasta la próxima generación, por lo que rezamos para pedir que ninguno de nuestros conocidos se hayan visto afectados.
La población local, especialmente en Lahaina, trabaja en su mayoría para la industria turística, la cual se centra en los hoteles de Kaanapali y Lahaina, al oeste de Maui.
Como todos los isleños, tengo una historia personal en Lahaina. El primer centro preescolar de mi hijo, una escuela Montessori adyacente al templo japonés Hongwanji, quedó destruido.
Solía pasar horas y días visitando a familiares y amigos, paseando por los sitios entre los vendedores ambulantes, cenando en restaurantes como Down the Hatch y Cool Cat Café, pero ahora ya no queda nada.
Los amigos de mi mujer, Sarah, perdieron sus casas. Sarah, como muchos habitantes de Maui, pasó los primeros años de su vida adulta viviendo en Lahaina mientras trabajaba en la industria hotelera en Kaanapali; las casas en las que vivió durante ese tiempo ya no existen.
Además, los nativos hawaianos han perdido parte de su historia previa a la colonización. Lahaina había sido la capital del antiguo reino hawaiano gracias a su puerto y sus recursos naturales, particularmente, el pescado y el agua de las montañas del oeste de Maui.
En los últimos años, activistas hawaianos han hecho un gran esfuerzo por restaurar algunas de las infraestructuras del antiguo Hawái en Lahaina, incluido un estanque de pesca real que había sido asfaltado para crear un estacionamiento.
Algunos nativos hawaianos señalan, con razón, que la construcción es una de las principales causas del incendio, el cual nunca se habría producido si el terreno se hubiera cuidado adecuadamente.
Construir implicó la apropiación y alteración de los cursos de agua naturales, lo cual es un claro contraste con Lahaina antes de la colonización: un lugar exuberante, frondoso y bien protegido.
Si el huracán Dora nos hubiera azotado directamente, al menos habríamos podido prepararnos. Hubiésemos sufrido daños, pero no pérdidas totales, y quizás tampoco la muerte de seres humanos. Sin embargo, cientos de años de historia, arte y cultura se pedieron en tan solo 24 horas.
Para nosotros, la pérdida del casco histórico de Lahaina equivale a lo que sintieron los parisinos con Notre Dame en 2019, o los londinenses con la catedral de San Pablo en 1666. No obstante, lo más desgarrador ha sido la pérdida de vidas, de las familias y de los seres queridos.
El casco histórico de Lahaina solía ser un lugar maravilloso, lleno de colores intensos, vida, industria y diversión.
Era realmente un pequeño paraíso en la tierra, donde los habitantes del norte y el este de la isla se escapaban para pasar sus días de descanso.
Llevaba a mis hijos allí a pasear, a comprar y a jugar; eran unas pequeñas vacaciones fuera de lo habitual, donde podíamos “fingir ser turistas” y comprar helados de primera categoría… Así que vamos a volver a construir, y aceptaremos toda la ayuda que podamos con los brazos abiertos.
El profesor Richard Hill lleva 17 años viviendo en Hawái y enseña literatura inglesa en dos instituciones académicas: Chaminade University of Honolulu y University of Hawaii Maui College.
Traducción de Michelle Padilla