EEUU, cada vez más cerca de convertir ‘The Handmaid’s Tale’ en una realidad
Millones de personas en todo el mundo han tomado mifepristona para interrumpir un embarazo, yo incluida
No se equivoquen, los ideólogos antiaborto en los EEUU quieren una cosa, y solo una: prohibir el aborto en todo el supuesto mundo libre. Y para ser justos con ellos, están haciendo un buen trabajo en convertir su sueño sádico y enfermizo en realidad. EEUU parece un lugar muy diferente desde que la Corte Suprema de EEUU cambió el curso de la historia cuando anuló Roe vs. Wade, la histórica decisión que en 1973 legalizó el aborto en todo el país, en junio del año pasado. En pocas palabras, la revocación de Roe privó de inmediato a millones de mujeres de su derecho legal a abortar.
Casi un año después, ahora nos encontramos en una situación en la que la mayoría de las interrupciones del embarazo están prohibidas en 13 estados de EEUU. Además, la mayoría de los estados que alegremente han reducido el acceso al aborto tras el derrocamiento de Roe, han optado por no permitir los abortos en casos de violación ni incesto. Una situación muy siniestra y oscura en la que estar. Los proveedores de servicios de aborto y los activistas podrían haber profetizado la revocación de Roe vs. Wade, pero ver cómo se desarrolla de manera caótica y catastrófica es como ver una novela distópica cobrar vida.
Pero vale la pena señalar que la situación en torno al acceso al aborto en los EEUU podría empeorar de manera drástica e impensable. Se debe a que el movimiento antiaborto está atacando sin cesar las píldoras abortivas. Matthew Kacsmaryk, un juez de distrito conservador designado por Trump en Texas, falló en contra de un medicamento abortivo clave el 7 de abril y suspendió la aprobación de 20 años de la Administración de Alimentos y Medicamentos del medicamento para abortar mifepristona. Como resultado, Kacsmaryk prácticamente desencadenó una prohibición de la mifepristona en todo EEUU. Sin embargo, en cuestión de minutos, otro juez de distrito emitió un fallo totalmente opuesto en el estado de Washington, mientras que la Casa Blanca prometió impugnar el fallo de Kacsmaryk.
Un aborto médico consiste en tomar dos tabletas, siendo la mifepristona la primera de ellas. En las últimas décadas, millones de personas en todo el mundo han tomado el medicamento para interrumpir un embarazo, yo incluida. Tomé mifepristona el año pasado y escribí sobre mi tormentosa lucha para abortar aquí en el Reino Unido. La mifepristona es uno de los medicamentos más escrupulosamente estudiados en el mundo. El estudio más grande del Reino Unido sobre abortos encontró que los abortos médicos en el hogar en las primeras semanas no representan un mayor riesgo y permiten que las mujeres se sometan al procedimiento con mayor anticipación. Los abortos médicos constituyen más de la mitad de todos los abortos en Estados Unidos. Sin embargo, Axios descubrió que casi la mitad de los estados de EEUU han prohibido o restringido totalmente el acceso a las píldoras abortivas.
Se defendieron determinados componentes de la aterradora decisión de Kacsmaryk en la apelación y el gobierno de Biden emitió una solicitud de emergencia a la Corte Suprema. Danco Laboratories, que fabrica mifepristona, así como el Departamento de Justicia, solicitaron a la Corte Suprema, la corte más alta de los EEUU, que interviniera y que eliminara cualquier restricción al medicamento mientras la corte inferior de apelaciones evalúa el caso. Samuel Alito, juez de la Corte Suprema, ordenó un bloqueo provisional de las restricciones al medicamento hasta el miércoles de esta semana. Si bien se suponía que la Corte Suprema dictaminaría si la mifepristona debería continuar vendiéndose mientras la corte de apelaciones inferior evalúa el caso el miércoles de esta semana, a última hora extendieron el plazo de decisión, y lo cambiaron al viernes a las 23:59. En resumen, hoy es un día trascendental.
¿Pero cuáles serán las consecuencias de la decisión de hoy? Bueno, si la Corte Suprema decide no tomar una decisión antes de la fecha límite o respalda a la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito, de inmediato entrarán en vigor límites estrictos a las reglas sobre el acceso a la mifepristona. Ya no se podrá recibir el medicamento por correo y la persona tendrá que tomarlo durante las primeras siete semanas de embarazo; actualmente el límite para tomarlo son diez semanas. Además, un médico debe estar presente a la hora de ingerir el medicamento. También afecta a quienes viven en estados donde el aborto es legal. En resumen, el medicamento será mucho más difícil de obtener y creará obstáculos innecesarios y peligrosos para el aborto.
Además, más adelante en el proceso legal, si el fallo de Kacsmaryk entra en vigor, los proveedores de servicios de aborto solo podrán realizar abortos quirúrgicos o abortos con medicamentos que solo usen el segundo medicamento abortivo, el misoprostol. A pesar de que los abortos realizados por estos medios funcionan, infligen más dolor y son más tardados. Además, si bien los abortos quirúrgicos son totalmente seguros, son más peligrosos que los abortos médicos. En última instancia, son un proceso totalmente diferente a los abortos médicos, ya que implican ir al quirófano para la cirugía; por lo tanto, son mucho más costosos de realizar, requieren mucho más tiempo y son mucho más dolorosos para las pacientes.
La posibilidad de que EEUU se vea sumergido en semejante situación es aterrador. El enfrentamiento por la mifepristona es la batalla más importante por el derecho al aborto desde que la revocación de Roe vs. Wade. Cuando digo que lo que está sucediendo en los Estados Unidos se siente como ver una novela o película distópica cobrando vida, el ejemplo más claro que me viene a la mente es The Handmaid’s Tale. Muchos espectadores comparan los Estados Unidos de ahora con la novela distópica de Margaret Atwood desde la revocación de Roe. The Handmaid’s Tale está ambientada en Nueva Inglaterra, en los EEUU, en un futuro donde las mujeres han sido reducidas a máquinas reproductoras, con sus derechos reproductivos firmemente restringidos. La República de Galaad, un sistema de gobierno teocrático fundamentalista cristiano distópico, derrocó al gobierno, con las llamadas “criadas” obligadas a procrear para los “comandantes”.
Las opiniones de los antiideólogos son aterradoras y crueles. Por ejemplo, hay legisladores estadounidenses que rutinariamente comparan los abortos con el Holocausto y otros genocidios modernos, lo que provoca, con justa razón, la indignación de las organizaciones judías y los grupos por el derecho al aborto. También hay aquellos activistas antiaborto que vinculan el aborto con el satanismo, o aquellos que están en contra del sexo y el control de la natalidad.
Si se prohíbe la mifepristona en los EEUU, las mujeres y las personas de géneros marginados sufrirán de manera innecesaria e indebida, y algunas morirán. Los datos muestran que prohibir los abortos no impide que se interrumpan los embarazos. En cambio, orilla a las mujeres a someterse a abortos peligrosos y clandestinos. Dichos procedimientos son extremadamente riesgosos; 47.000 mujeres en el mundo mueren cada año como consecuencia de un aborto inseguro, mientras que se estima que cinco millones de mujeres tienen que ir al hospital por sangrado o una infección o algún otro problema de salud peligroso. Por todo lo anterior y más, cada día se vuelven más evidentes las similitudes entre EEUU contemporáneos y The Handmaid’s Tale.
Traducción de Michelle Padilla