Universitarios ingleses tendrán que enfrentar ideas impactantes para proteger libertad de expresión

Los alumnos de las universidades inglesas deben prepararse para enfrentar ideas que les resulten incómodas e impactantes, dijo el regulador nacional de educación superior al publicar las nuevas directrices que rigen la libertad de expresión en los campus de todo el país.
La Oficina para los Estudiantes afirmó el jueves que la libertad de expresión y la libertad académica son cruciales para la educación superior, por lo que las directrices están diseñadas para garantizar que las universidades no repriman ninguna forma de discurso legal en sus campus o aulas.
Los estudiantes deben poder compartir libremente sus opiniones y estar preparados para escuchar puntos de vista variados durante sus estudios, indicó Arif Ahmed, director de libertad de expresión del regulador, en un comunicado.
“Esto incluye cosas que pueden encontrar incómodas o sorprendentes”, agregó. “Al estar expuestos a un pensamiento académico diverso, los estudiantes desarrollarán sus habilidades analíticas y de pensamiento crítico”.
Las directrices surgen en un momento de creciente preocupación porque las universidades británicas han ido demasiado lejos al silenciar a profesores y estudiantes que expresan ideas que algunos consideran ofensivas. En especial, académicos críticos con cuestiones de género y grupos proisraelíes dicen haber sido blanco de ataques por parte de funcionarios universitarios y estudiantes que no están de acuerdo con sus ideas.
En 2021, la profesora Kathleen Stock renunció a su puesto en la Universidad de Sussex después de que un grupo de alumnos que se identificaban como queer, trans y no binarios exigieran su despido por expresar la creencia de que existen dos sexos inmutables, masculino y femenino. A principios de este año, la Oficina para los Estudiantes multó al centro con 585.000 libras (785.000 dólares) por no defender la libertad de expresión.
Las normas publicadas el jueves están diseñadas para implementar la legislación que protege la libertad de expresión en los campus, aprobada por el gobierno anterior en 2023.
El regulador enfatizó que los discursos ilegales, incluyendo los que violan las leyes antiterroristas, de igualdad o de orden público, no están protegidos por la legislación. Las universidades también tienen derecho de regular el tiempo, el lugar y la forma de las expresiones legales para que no interfieran con la investigación, la enseñanza y el aprendizaje.
Aunque las directrices son un buen primer paso, las universidades seguirán teniendo dificultades para encontrar el equilibrio entre todos los intereses en sus campus, declaró Julian Sladdin, socio del bufete de abogados Pinsent Masons, al periódico The Guardian.
“La dificultad que se mantiene en términos prácticos es el hecho de que las instituciones todavía deben lidiar a diario con cuestiones extremadamente complejas y a menudo polarizantes en el campus, y donde los límites de lo que puede ser un discurso libre y legal están siendo constantemente puestos a prueba”, dijo, según fue citado por el diario.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.