Tim Scott, el principal republicano negro en las primarias, habla de la raza con un prisma especial
El aspirante presidencial republicano Tim Scott rara vez menciona específicamente el tema de la raza en Iowa. Ni tiene por qué hacerlo.
A menudo es la única persona negra en sus eventos de campaña en el estado. El senador de Carolina del Sur se presenta a sí mismo como producto de mentores en sus primeros años de vida que le enseñaron a no ser resentido.
Cuando surge el tema de la raza, suele decir que Estados Unidos no es un país intrínsicamente racista.
“No tenemos pobreza negra ni pobreza blanca. Tenemos pobreza”, dijo el jueves a un público exclusivamente blanco en Oskaloosa después de que le preguntaran sobre la raza. Previamente había hablado acerca de su crianza pobre en el sur del país y de su difunto abuelo, nacido en Carolina del Sur durante la época de la segregación.
“Lo brillante de esta nación es que seguimos avanzando, aunque hay muchas fuerzas que quieren que pensemos que el problema es que alguien no se parece a ti”, dijo Scott.
Scott, el único candidato presidencial republicano negro que hace campaña enérgicamente en ese estado de votación anticipada, apuesta a que su mensaje optimista de responsabilidad personal, envuelto en la fe cristiana que cita con comodidad, encaja bien con los republicanos de Iowa que podrían decidir no respaldar al expresidente Donald Trump. Hasta ahora, Scott y otros en la contienda por la Casa Blanca están muy por detrás de Trump, y el senador no logró un momento de despegue durante el primer debate presidencial republicano.
Scott ha sido criticado por académicos, que dicen que su rechazo de que exista racismo sistémico en Estados Unidos —especialmente a la luz de los recientes asesinatos racistas en Florida— le resta importancia a los obstáculos sociales y políticos de mayor envergadura que enfrentan los afroestadounidenses.
Pero docenas de republicanos de Iowa entrevistados en los últimos meses dicen que su posición, común entre los aspirantes republicanos a la presidencia en 2024, resuena más viniendo de Scott que de otros.
“Definitivamente significa más viniendo de él”, dijo Mary Rozenboom, una empleada de hospital jubilada de 77 años de Oskaloosa, quien es blanca. “Él dice: ‘Este soy yo. Soy negro. Pero he tenido éxito porque trabajé duro, y esas oportunidades siguen existiendo en Estados Unidos’”.
Encuestas recientes dejan entrever que el apoyo a Scott en el estado es de aproximadamente 1 de cada 10 entre los probables participantes en los caucus de Iowa, los primeros del país, para los que todavía faltan cuatro meses.
Eso está significativamente detrás de Trump y ligeramente detrás de Ron DeSantis, el gobernador de Florida. Sin embargo, sigue dejando entrever que la posición de Scott en Iowa es ligeramente más sólida que a nivel nacional, donde su apoyo en las encuestas más recientes ronda en un solo dígito, y de los inferiores.
Scott podría tener ventajas únicas entre los votantes republicanos en cuestiones raciales, según expertos políticos, incluso si su argumento quizá no esté en sintonía con votantes más diversos o en una elección general.
Entre quienes sufragaron por candidatos republicanos en las elecciones intermedias de 2022, sólo el 18% dijo que el racismo es un problema muy serio en la sociedad estadounidense, en comparación con el 61% de quienes votaron por candidatos demócratas, según datos de AP VoteCast.
“Él es un hombre negro que rechaza la idea del racismo sistémico, que es muy popular en los círculos republicanos”, dijo Christine Matthews, encuestadora política nacional que ha trabajado para candidatos republicanos. “Absolutamente resuena más”.
Pero Yohuru Williams, director fundador de la Iniciativa de Justicia Racial de la Universidad de Saint Thomas, en Saint Paul, Minnesota, dijo que Scott trata deliberadamente de atraer a los votantes que quieren creer que el racismo no es un problema grave.
“Lo pasa por alto y dice que ha logrado todas estas cosas porque aprovechó cada oportunidad y trabajó duro”, manifestó Williams. “Crea este tipo de narrativa poderosa, aunque defectuosa, de que las políticas de resentimientos de la izquierda son las únicas responsables de la desigualdad económica, de la continua brutalidad policial y de la desigualdad en materia de vivienda”.
“Pero le gana puntos con esa base republicana que dice: ‘Por fin, alguien que suena como yo y es una persona negra, lo que demuestra que no soy racista’”, agregó.
Scott sostiene que el racismo es una de las muchas formas de odio que existen en Estados Unidos, y que la sociedad estadounidense ha mejorado con el tiempo.
Este verano se le pidió que comentara sobre la acusación esgrimida por Joy Behar, presentadora del programa de entrevistas “The View”, de la ABC, de que él no entendía el racismo sistémico.
“Dije que Estados Unidos no es un país racista”, declaró. “Porque no lo es”.
Logró su ascenso político en Carolina del Sur, que alguna vez fue la cuna de la Confederación. Al igual que en Iowa, el voto primario republicano allí es mayoritariamente blanco.
Cuando ganó un escaño en la Cámara de Representantes en 2010, Scott se convirtió en el primer republicano de raza negra de Carolina del Sur en ser elegido al Congreso desde la década de 1890, durante una era en la que demócratas de raza blanca desbancaron a muchos funcionarios públicos republicanos tras la Reconstrucción y marginaron a las personas negras a través de violencia patrocinada por el Estado, incluidos linchamientos.
Scott ganó las primarias de la cámara baja al vencer a Paul Thurmond, hijo de quien por mucho tiempo fuera senador de Carolina del Sur, Strom Thurmond, un segregacionista que luchó contra la legislación por los derechos civiles. Posteriormente, Scott fue nombrado miembro del Senado de los Estados Unidos y ha sido reelegido dos veces por períodos de seis años.
“Creo que es importante que, en la historia de la eternidad, haya yo tenido la suerte de nacer en el lugar donde comenzó la Guerra Civil, de haber sido elegido al escaño que solía ocupar Strom Thurmond, de estar en una posición de tener esta conversación seria que confronta los resultados raciales en esta nación”, le dijo a The Associated Press en 2020.
Bonnie Boyle, al salir de un evento en junio, comparó a Scott con el fallecido exsecretario de Estado Colin Powell y con el juez de la Corte Suprema Clarence Thomas, figuras negras populares entre los republicanos.
“No creo que yo tenga prejuicios, pero conozco a mucha gente que los tiene, y no creo que el color de tu piel debería importar”, dijo Boyle, que es blanca. “Tim Scott dice que puedes superar la percepción de que estás estancado, y puedes conseguir tus metas, y eso me gusta mucho”.
La mayoría de los candidatos presidenciales republicanos niegan que Estados Unidos padezca un racismo sistémico. Y el estudio sobre la raza en la sociedad estadounidense ha animado a las audiencias republicanas de base. Varios estados gobernados por republicanos han invocado la teoría crítica de la raza en la legislación para restringir cómo se puede enseñar el tema de la raza en las escuelas públicas. Legisladores republicanos en algunos estados también han intentado prohibir o retirar fondos a los programas de fomento a la diversidad y la equidad destinados a abordar la disparidad en la representación racial.
Scott fue un portavoz clave del partido y participó en el proyecto de ley del Congreso destinado a reducir la violencia policial tras el asesinato de George Floyd, un hombre negro, a manos de la policía de Minneapolis en mayo de 2020.
El senador rara vez menciona ese trabajo legislativo en Iowa. El proyecto de ley habría establecido, entre otras medidas, una comisión para estudiar la raza y las labores policiales. Los republicanos y los demócratas no pudieron alcanzar una solución negociada para establecer un paquete y las iniciativas legislativas se desmoronaron.
Ya en esta campaña, Scott ha enfrentado expectativas únicas para responder cuando Florida emitió nuevas directrices educativas estatales sobre la esclavitud. DeSantis defendió repetidamente dichas normas, que exigen que los profesores enseñen a los estudiantes que las personas esclavizadas aprendieron habilidades que “podían ser aplicadas para su beneficio personal”.
“De lo que en realidad se trató la esclavitud fue de separar familias, mutilar humanos e incluso violar a sus esposas. Fue sencillamente devastadora”, dijo Scott a los periodistas en Iowa. “Así que esperaría que cada persona en nuestro país —y ciertamente las que se postulan para la presidencia— comprendieran eso”.
El éxito de Scott no se debe a que ignora el legado de la esclavitud y la segregación en Estados Unidos, dijo Stephen Gilchrist, un republicano negro que es presidente y director general de la Cámara de Comercio Afroestadounidense de Carolina del Sur.
“Intenta estar a la altura del credo del doctor Martin Luther King, según el cual no debemos ser juzgados por el color de nuestra piel sino por la naturaleza de nuestro carácter”, agregó Gilchrist, que no ha respaldado a ningún candidato para 2024. “Ha inspirado a muchos de nosotros que somos republicanos afroestadounidenses”.
Pero Frederick Gooding Jr., profesor de estudios afroaestadounidenses en la Universidad Cristiana de Texas, dijo que muchos más afroestadounidenses han trabajado tan duro como Scott, pero han pasado apuros ante barreras invisibles.
“Él sí trabajó duro”, agregó. “Pero (el asunto) no es tan sencillo”.
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La directora de Investigación de Opinión Pública de la AP, Emily Swanson, en Washington, y los periodistas de The Associated Press Meg Kinnard en Columbia, Carolina del Sur, y Corey Williams en Detroit contribuyeron a este despacho.