Científicos descubren que núcleo de la Tierra se está volviendo asimétrico
El núcleo de la Tierra está creciendo más rápido debajo de Indonesia que en su lado opuesto, debajo de Brasil
Los científicos han descubierto que el núcleo de la Tierra se está volviendo desigual, pero no está claro por qué.
El núcleo de hierro sólido en el medio del planeta ha estado creciendo más rápido bajo el mar de Banda de Indonesia, según descubrieron los sismólogos de la Universidad de California en Berkeley.
El crecimiento en un lado del metal fundido es producto de los cristales de hierro que se forman cuando el hierro fundido se enfría, pero algo en el núcleo exterior de la Tierra o en el manto debajo del país del sur de Asia está eliminando calor a un ritmo más rápido que en el lado opuesto, bajo Brasil. Cuanto más rápido es el enfriamiento, más rápido ocurre la cristalización del hierro y más rápido aumenta el crecimiento.
Tal disparidad tiene implicaciones significativas para el campo magnético de la Tierra, y las corrientes de convección en el núcleo que generan el campo son las que nos protegen de las peligrosas partículas solares.
Si bien el núcleo es de hierro sólido, está rodeado por un núcleo externo fluido y luego un manto de roca caliente. En el manto y el núcleo exterior, el calor del hierro cristalizado y la roca más caliente en el manto se mueve hacia arriba hacia la superficie, empujando el material más frío hacia abajo. Este movimiento es el que genera el campo magnético.
"Proporcionamos límites bastante imprecisos sobre la edad del núcleo interno, entre 500 y 1.500 millones de años, que pueden ser de ayuda en el debate sobre cómo se generó el campo magnético antes de la existencia del núcleo interno sólido", dijo Barbara Romanowicz, profesora de la Escuela de Graduados de la Universidad de Berkeley en el Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias y directora emérita del Laboratorio Sismológico de Berkeley (BSL).
"Sabemos que el campo magnético ya existía hace tres mil millones de años, por lo que otros procesos deben haber impulsado la convección en el núcleo externo en ese momento".
La edad comparativamente joven del núcleo interno sugiere que, en la historia de nuestro planeta, el calor que mantiene el hierro líquido provino de elementos ligeros que se separan del hierro, no de la cristalización del hierro. Pero queda una pregunta complicada: "Si el núcleo interno solo ha podido existir durante 1.500 millones de años... entonces, ¿de dónde vino el campo magnético más antiguo?", dijo el científico asistente de BSL Daniel Frost. “De ahí es de donde surgió esta idea de elementos ligeros disueltos que luego se congelan”.
Una posible explicación podrían ser las placas tectónicas, con placas frías que enfrían el manto cuando se hunden en las zonas de subducción, pero no se sabe con certeza si el enfriamiento del manto podría impactar el núcleo interno.
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Sin embargo, el crecimiento asimétrico del núcleo responde a un misterio que los científicos han estado buscando resolver durante 30 años: ¿por qué el núcleo de hierro cristalizado parece alineado a lo largo del eje de rotación de la Tierra más en el oeste que en el este? Las ondas sísmicas viajan más rápido en dirección norte-sur que a lo largo del ecuador, debido a la asimetría de los cristales de hierro, y esta diferencia en el crecimiento es una posible explicación.
“El modelo más simple parecía un poco inusual: que el núcleo interno es asimétrico”, dijo Frost. “El lado oeste se ve diferente del lado este hasta el centro, no solo en la parte superior del núcleo interno, como algunos han sugerido. La única forma en que podemos explicar eso es que un lado crece más rápido que el otro".
A medida que crecen los cristales de hierro, la gravedad redistribuye el exceso de crecimiento en el este hacia el oeste dentro del núcleo interno. Ese movimiento dentro del sólido blando del núcleo interno se alinea a lo largo de la red cristalina, según indica el modelo informático de los científicos. En el este, el núcleo crece un 60 por ciento más que en el oeste, lo que explica las diferencias en la velocidad de las ondas sísmicas que pueden provocar terremotos, erupciones volcánicas y otros fenómenos.