La UNAM desarrolla videojuegos para la neuro-rehabilitación de pacientes EVC
Los eventos cerebrovasculares son la principal causa de discapacidad en adultos mayores y en épocas en que las actividades remotas se han popularizado, este desarrollo de la UNAM es de gran impacto
A pesar de la polémica que rodea el uso de los videojuegos, la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) afirma que son una alternativa para la rehabilitación neurológica y “complementan la terapia tradicional de quienes han sufrido un evento vascular cerebral”.
Este tipo de accidentes vasculares, que son la primera causa de discapacidad en adultos mayores, suelen afectar la motricidad de brazos y manos, así como de piernas y pies. La recuperación suele ser lenta y con un éxito que va del 30 al 70 por ciento, sin embargo, hoy varios expertos de la Universidad Nacional desarrollan videojuegos que la complementan.
El objetivo de este desarrollo que lleva a cabo el LANR (Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Aplicaciones Interactivas para la Neuro-rehabilitación), del IFC (Instituto de Fisiología Celular) de la UNAM, es que los pacientes inicien lo antes posible su rehabilitación con la mayor frecuencia posible, esto “mediante videojuegos que les permitan hacer sus ejercicios en ambientes virtuales y desde la comodidad de su hogar”.
Hasta el momento, el equipo ha registrado 8 aplicaciones interactivas ante el INDAUTOR (Instituto Nacional del Derecho de Autor) y se encuentran en una fase de prueba de de los juegos con pacientes del INNN (Instituto Nacional de Neurología Neurocirugía), “quienes reciben 20 minutos de terapia motriz tradicional y 40 minutos de videojuegos” durante los próximos 6 meses para evaluar si tuvieron mejoría.
Yoás Saimon Ramírez Graullera, responsable técnico del LANR, explicó en la Semana del Cerebro 2019, que estos videojuegos permiten realizar ejercicios para rehabilitar la fuerza muscular del hombro, codo y muñeca; o mejorar la motricidad fina de los dedos de la mano y la coordinación ojo-mano.
El proyecto busca beneficiar a los pacientes que encuentran dificultades para trasladarse a las clínicas para recibir sus terapias, pues la única forma de garantizar la efectividad de éstas, es la frecuencia con la que se realizan.
Ramírez Graullera recordó que el LANR se creó hace cinco años –con motivo de la aprobación de la licenciatura en Neurociencias– y se decidió comenzar a trabajar con el evento vascular cerebral, también llamado infarto o derrame cerebral, “una alteración neurológica que se caracteriza por su aparición brusca, sin previo aviso, y que presenta síntomas en las primeras 24 horas que pueden generar lesiones en el cerebro, incluso la muerte”.
El riesgo de sufrir un evento cerebrovascular se duplica a partir de los 55 años y en promedio se sufre con mayor probabilidad después de los 70. “Veinte por ciento de quienes sufren uno fallece al mes siguiente, y 75 por ciento de los supervivientes guarda secuelas definitivas. Además, 33 por ciento se vuelve dependiente toda su vida y 25 por ciento jamás retoma su actividad profesional”.