Practicar tenis, natación o jardinería para evitar los dolores musculares en la vejez, según un estudio
Una actividad vigorosa al menos una vez a la semana puede evitar los síntomas de la vejez, según los investigadores
Los adultos que deseen evitar sufrir dolores óseos, articulares y musculares en la vejez deben hacer ejercicio intenso al menos una vez a la semana, según un nuevo estudio.
Cavar en el jardín con una pala, jugar al tenis, ir a nadar con regularidad o realizar un trabajo físico duro podría ayudar a evitar el dolor óseomuscular crónico a largo plazo, afirman los investigadores de la Universidad de Portsmouth.
Los autores del estudio, publicado en la revista Plos One, examinaron los datos de 5.208 personas de 50 años o más que participaron en el Estudio Longitudinal Inglés del Envejecimiento durante un periodo de 10 años.
El estudio descubrió que todos los niveles de actividad física se asociaban a una menor probabilidad de padecer dolor musculoesquelético en comparación con el sedentarismo.
Sin embargo, las formas de ejercicio leve y moderado, como bailar, caminar y pasar la aspiradora, no tenían el mismo efecto protector que las actividades de alta intensidad.
El Dr. Nils Niederstrasser, autor principal del estudio, comentó: “El dolor crónico es un problema enorme a cualquier edad, y una de las principales causas por las que la gente se pone enferma en el trabajo o acude a urgencias”.
Es uno de los problemas más extendidos y complejos de la comunidad médica y conduce, para muchos de los que lo padecen, a una menor calidad de vida y a la reducción del bienestar”.
“Cualquier actividad ayuda a las personas a mantenerse bien y a sentirse mejor que si no hacen ejercicio, pero el ejercicio leve no parece tener un efecto a largo plazo sobre el desarrollo del dolor crónico”.
“La actividad no solo tiene que ser vigorosa, sino que debe realizarse al menos una vez a la semana. Una persona que practica ciclismo, por ejemplo, una vez al mes y cuya única actividad restante son las tareas domésticas ligeras, seguiría siendo clasificada como sedentaria”.
El estudio también examinó la experiencia del dolor crónico junto con el género, el IMC (índice de masa corporal), la edad y la riqueza.
Se descubrió que ser pobre, ser mujer y tener sobrepeso u obesidad eran factores de riesgo para sufrir dolor óseomuscular.
Los investigadores creen que el dolor puede ser más común en las mujeres debido a las diferencias hormonales.
En el caso de las personas obesas, el peso extra añade “una carga” a las articulaciones del cuerpo.
La Dra. Nina Attridge, coautora del estudio, señaló que espera que los resultados ayuden a los profesionales médicos a diseñar programas de ejercicio que incluyan “una actividad física vigorosa y regular”.