La carne blanca deja de ser sinónimo de “saludable”, según nuevas investigaciones

Los autores de un nuevo estudio sugieren que sustituir el pollo por mariscos y controlar los métodos de cocción podría reducir los riesgos asociados al consumo excesivo de carne blanca

Rebecca Whittaker
Martes, 29 de abril de 2025 14:54 EDT
El ministro afirmó que el Reino Unido nunca permitirá la importación de pollo clorado en el acuerdo comercial con EE. UU.
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Comer pollo de manera regular podría duplicar el riesgo de morir por cánceres gastrointestinales, según se sugiere a través de un estudio.

Aunque desde hace tiempo se asocia el consumo de carne roja con un mayor riesgo de cáncer de colon, el pollo y otras carnes blancas suelen considerarse menos perjudiciales para la salud.

Tradicionalmente, se creía que el pollo ayudaba a reducir riesgos como el aumento del colesterol y la inflamación, además de ser una fuente accesible de proteínas.

Pero un estudio realizado por científicos italianos, publicado en la revista Nutrients, que siguió la alimentación de casi 5.000 personas durante dos décadas, concluyó que las aves de corral también representan riesgos para la salud.

El pollo y otras carnes blancas suelen considerarse menos riesgosas y más saludables que las carnes rojas
El pollo y otras carnes blancas suelen considerarse menos riesgosas y más saludables que las carnes rojas (Getty/iStock)

El estudio, desarrollado entre 2006 y 2024, se centró en el consumo de carne de los participantes, luego rastreó las causas de muerte y tomó en cuenta factores como el tabaquismo y el peso corporal.

Los investigadores descubrieron que quienes consumían más de 300 gramos de carne de ave por semana tenían un 27 % más de riesgo de morir que quienes comían menos de 100 gramos, con un aumento en el riesgo de cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Según la encuesta, quienes superaban los 300 gramos semanales también tenían el doble de probabilidades de morir por cánceres gastrointestinales en comparación con quienes ingerían menos de 100 gramos.

Los autores, del Instituto Nacional de Gastroenterología de Italia, no identificaron con certeza la causa del aumento en el riesgo, aunque plantearon varias teorías.

Los investigadores descubrieron que quienes consumían más de 300 gramos de carne de ave por semana tenían un 27 % más de riesgo de muerte que quienes ingerían menos de 100 gramos
Los investigadores descubrieron que quienes consumían más de 300 gramos de carne de ave por semana tenían un 27 % más de riesgo de muerte que quienes ingerían menos de 100 gramos (Getty Images/iStock)

Una posible explicación es que los piensos, así como las hormonas o medicamentos administrados a las aves de corral en las granjas, podrían aumentar el riesgo de cáncer en humanos.

A través del estudio, los investigadores descubrieron que consumir 300 gramos de pollo a la semana aumentaba el riesgo de desarrollar 11 tipos distintos de cáncer gastrointestinal, incluidos los que afectan el estómago, el intestino grueso, el conducto biliar, el ano, la vesícula biliar, el hígado, el páncreas, el recto, el intestino delgado y los tejidos blandos del abdomen.

Entre las recomendaciones, se incluyó reemplazar el pollo por mariscos o proteínas vegetales y evitar métodos de cocción agresivos.

“Creemos que resulta beneficioso moderar el consumo de carne de ave y alternarlo con otras fuentes de proteína igualmente valiosas, como el pescado. También consideramos esencial poner más atención en los métodos de cocción, al evitar las altas temperaturas y los tiempos de cocción prolongados”, concluyeron los autores del estudio.

Sin embargo, los investigadores reconocieron varias limitaciones en el estudio, entre ellas la falta de información sobre cómo se cocinaba y consumía la carne de ave en los registros alimentarios. Esto implica que algunas personas podrían haber consumido comida rápida, mientras que otras optaron por comidas caseras más saludables.

Los autores del estudio concluyeron: “Es importante conocer más sobre los efectos a largo plazo de esta categoría de alimentos, la carne blanca, que es ampliamente consumida por la población mundial y que, quizás por error, se considera saludable”.

Traducción de Leticia Zampedri

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