¿Qué países dependen más de las importaciones de gas ruso?
La decisión de Gazprom de dejar de suministrar gas a las “enemigas” Polonia y Bulgaria fue denunciada como “chantaje”
Rusia anunció que suspenderá el suministro de gas a Polonia y Bulgaria, tildando a los países de “enemigos” por negarse a cumplir su abrupta orden de pagar en rublos, a pesar de que el contrato que firmaron los países estipula que el pago se haga en euros o dólares.
El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki dijo al parlamento de su país que creía que la decisión del gigante energético ruso Gazpron era un castigo por el anuncio que hizo Polonia a inicios de semana, sobre nuevas sanciones contra 50 oligarcas y negocios, incluyendo a esta compañía, su último gesto de oposición a la guerra en Ucrania.
Su homólogo búlgaro, Kiril Petkov, calificó la jugada de Gazprom como “una grave violación de su contrato” y un “chantaje”. “No sucumbiremos a tal extorsión”, agregó.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, estuvo de acuerdo con esto, y calificó la maniobra como “otro atento de Rusia de utilizar el gas como un instrumento de chantaje”.
Por lo general, cualquier cambio en un contrato de este tipo entre naciones requiere de negociaciones prolongadas, y es poco probable que el país cliente acepte la exposición al inestable rublo ruso sin incentivos significativos, pero el Kremlin ha insistido en que el cambio a los términos actuales es esencial porque las sanciones occidentales han congelado sus reservas de divisas extranjeras.
Cuatro compradores de gas europeos han pagado por sus suministros en rublos tras la exigencia de Rusia, informó Bloomberg News, citando a una persona cercana a Gazprom.
Además, 10 empresas europeas ya abrieron las cuentas en Gazprombank necesarias para cumplir con las exigencias de pago de Rusia, según el reporte.
Stefan Meister, director del programa sobre orden internacional y democracia del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores, señaló que los motivos de Moscú son puramente políticos.
“Rusia no está interesada en detener el gas, pero quiere una especie de victoria política”, explicó. “Quiere demostrar que Vladimir Putin dicta las condiciones bajo las que exporta el gas”.
La medida está dirigida en parte a la audiencia interna de Rusia, argumentó Meister. El autoritario líder le dijo a su gente: “Miren, estos son estados enemigos y ahora tienen que pagar bajo un esquema diferente”.
“Creo que esto también se trata de conseguir apoyo dentro del país, definir quiénes son los enemigos”, agregó.
Polonia actualmente recibe alrededor del 40 por ciento de su gas natural de las importaciones rusas, pero insiste en que estaba preparada para esta eventualidad, mientras que Bulgaria está aún más expuesta, pues depende de Rusia para el 77 por ciento de su gas, aunque dice que ha estado buscando activamente proveedores alternativos ante la realidad de la guerra.
En cuanto al resto de Europa, los países que más dependen de Rusia para el gas son Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte y Moldavia, que reciben el 100 por ciento de su suministro de las importaciones rusas.
Otras naciones con una dependencia significativa incluyen a Finlandia (94 por ciento), Letonia (93 por ciento), Serbia (89 por ciento), Estonia (79 por ciento), Eslovaquia (70 por ciento), Croacia (68 por ciento), República Checa (66 por ciento), Austria (64 por ciento) y Grecia (51 por ciento).
De las superpotencias del continente, Alemania e Italia son las más expuestas a la influencia rusa, con un 49 y un 46 por ciento respectivamente, comparadas con un 24 por ciento de Francia y un 5 por ciento del Reino Unido.
En términos de cantidad más que de proporción, Alemania lidera el camino con 42.600 millones de metros cúbicos por año, según datos de la Agencia Internacional de Energía para 2020, seguida de Italia, con 29.200 millones de metros cúbicos, Bielorrusia (18.800 millones de metros cúbicos), Turquía (16.200 millones metros cúbicos) y los Países Bajos (15.700 millones de metros cúbicos).
Las economías más grandes de Europa se han comprometido a reducir su dependencia de Rusia como una cuestión de urgencia, a manera de protesta contra la brutal guerra de Putin en Ucrania, con la esperanza de reducir las importaciones en dos tercios para finales del 2022 y por completo para 2027, pero esto promete no ser fácil a la luz de la crisis del costo de vida en Europa y las altas tasas de inflación, y el hecho de que la contribución de Rusia al mercado es tan grande, que representa el 40 por ciento de todo el gas europeo y el 25 por ciento de su petróleo.
Algunas opciones disponibles incluyen: ordenar más gas natural licuado, que llega por barco en lugar de a través de tuberías terrestres; obtener más gas de Noruega, Azerbaiyán, África del Norte y Oriente Medio; acelerar la adopción de energía eólica y solar; y fomentar las medidas de conservación en el hogar.
El dominio de Moscú sobre Europa es fuerte pero no irrompible, porque el alcance sin precedentes de las sanciones que se le imponen significa que depende cada vez más de su industria de recursos naturales para apuntalar su economía en crisis; sus bancos y empresas están impedidos de comerciar con socios europeos y superpotencias asiáticas como China e India, bajo la presión sostenida para unirse al boicot económico y presentar un frente unido contra la tiranía.
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