El invento de la “batería de calor” podría discontinuar el uso de gas en millones de hogares
Este año se llevarán a cabo pruebas piloto de baterías de sal “revolucionarias” en hogares de Francia, Polonia y los Países Bajos
Los investigadores creen que pueden hacer que millones de hogares en Europa dejen de usar gas en un futuro cercano, después de inventar una “batería de calor” a base de sal y agua.
El equipo de la Universidad Tecnológica de Eindhoven dice que su sistema de batería compacto y económico está listo para pruebas en el mundo real y será “revolucionario para la transición energética”.
La batería de calor se basa en un antiguo principio termoquímico, que consiste en que cuando se añade agua a la sal, se produce calor. También es posible lo contrario, por lo que se puede usar calor para evaporar el agua, almacenando así la energía térmica dentro de la sal.
El almacenamiento de calor dentro de la sal seca hace que la batería esté completamente libre de pérdidas, con lo que ofrece una forma increíblemente eficiente de almacenar energía para uso futuro. Esto es particularmente útil cuando el suministro de energía proviene de fuentes renovables, como la eólica y la solar, que tienden a fluctuar significativamente y, por lo tanto, requieren gas u otras fuentes para complementarlas.
Se necesitaron 12 años para desarrollar y crear un diseño de batería que realmente pudiera funcionar a escala, y los investigadores dicen que llega en un momento crítico en el que los países europeos buscan liberarse del gas ruso luego de la invasión de Ucrania.
La fuente de calor para almacenar en la sal se puede tomar de los subproductos industriales, como el “desperdicio de calor” residual en las fábricas o el calor excedente de los centros de datos.
“Si el calor residual industrial pudiera usarse para calentar los hogares, tendríamos una situación en la que todos saldrían ganando: los hogares podrían independizarse del gas —una necesidad aún más urgente dada la dependencia del gas ruso— y las emisiones de CO2 se reducirían”, dijo la Universidad de Eindhoven de Tecnología en un comunicado.
El sistema está compuesto por un intercambiador de calor, un ventilador, un evaporador/condensador y una caldera con partículas de sal. A pesar de su simplicidad, la prueba de concepto fue capaz de proporcionar calefacción a una familia promedio de cuatro personas durante dos días.
Desde entonces, los ingenieros han actualizado esto a un prototipo completamente funcional, del tamaño de un gabinete grande, que podría usarse en el mundo real. Con casi 30 veces la capacidad de almacenamiento, el sistema podría calentar una casa hasta por dos meses.
“Todavía no es un producto, pero ahora todo está listo para probarse por primera vez en una situación del mundo real”, dijo Olaf Adan, profesor de la Universidad Tecnológica de Eindhoven.
“Si bien el potencial es grande, también hemos visto muchas tecnologías de gran potencial que no lo han logrado. Así que vamos a mantener los pies en la tierra y dar un paso a la vez”.
Ya se está configurando un piloto para probar la tecnología a finales de este año en hogares de Francia, Polonia y los Países Bajos.
Si tiene éxito, el profesor Adan afirma que podría usarse para descontinuar el uso de gas en millones de hogares en un futuro próximo.
“En los Países Bajos tenemos alrededor de 150 Petajoules [un número con 15 ceros] de calor residual de la industria por año”, dijo.
“Eso permitiría quitar el gas en casi 3,5 millones de hogares, que es más del doble del objetivo del gobierno holandés, es decir, 1,5 millones de hogares sin gas para 2030”.