Ejecutivos tecnológicos están pagando grandes sumas para engendrar bebés más inteligentes, afirma reporte
Según un informe del 'Wall Street Journal', algunos altos cargos de Sillicon Valley estarían invirtiendo hasta 50.000 dólares en un servicio de pruebas genéticas que promete evaluar el coeficiente intelectual de los embriones

Según un nuevo informe, altos ejecutivos tecnológicos de Silicon Valley están desembolsando miles de dólares para criar a los bebés más inteligentes de EE. UU.
Padres y “futuristas de la tecnología” pagan hasta 50.000 dólares por un nuevo servicio de pruebas genéticas que promete analizar el coeficiente intelectual de los embriones, según el periódico The Wall Street Journal.
Jennifer Donnelly, que cobra hasta $500.000 por sus servicios como casamentera de alto nivel, declaró al medio que ha observado un notable aumento en la cantidad de ejecutivos tecnológicos que buscan emparejarse con personas inteligentes para obtener posteriormente “descendencia inteligente”.
“Ahora mismo estoy trabajando con tres directores ejecutivos de tecnología, y todos ellos buscan una pareja que haya estudiado en una universidad prestigiosa”, dijo Donnelly.

Nuevas empresas como Nucleus Genomics y Herasight han empezado a ofrecer públicamente predicciones del cociente intelectual, basadas en pruebas genéticas, para ayudar a la gente a elegir qué embriones utilizar para la fecundación in vitro, informa el Wall Street Journal. En la zona de la bahía, la popularidad de los servicios exclusivos es alta, con pruebas que rondan los $6.000 en Nucleus y hasta $50.000 en Herasight.
El mes pasado, Elon Musk expresó su aparente entusiasmo por la idea al responder “Genial” a una publicación sobre Herasight.
El cribado poligénico de embriones (PES, por sus siglas en inglés) es un servicio que actualmmente solo está disponible a nivel comercial y que analiza embriones para detectar condiciones complejas, rasgos y riesgos atribuidos a afecciones comunes, como diabetes, cánceres y trastornos psiquiátricos, entre otros, así como rasgos como la estatura y el coeficiente intelectual (CI), según los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU..
Los críticos han planteado dudas sobre la ética de estas pruebas. Entre los posibles problemas figuran la supervisión de las afecciones que se someten a prueba, quién las elige, qué nivel de incertidumbre en los resultados es aceptable, y si el servicio solo debe ser utilizado por quienes puedan permitírselo.
“¿Es justo? Es una incógnita que preocupa a mucha gente”, declaró a The Journal Hank Greely, director del Centro de Derecho y Biociencias de la Universidad de Stanford. Continuó: “Es una trama perfecta de ciencia ficción: Los ricos crean una supercasta genética que toma el poder y el resto somos el vulgo”.
Y Sasha Gusev, genetista estadístico de la Facultad de Medicina de Harvard, añadió: “Creo que tienen la percepción de que son inteligentes y tienen logros, y que merecen estar donde están porque tienen 'buenos genes'”.
“Ahora tienen una herramienta con la que piensan que también pueden replicar eso en sus hijos”, expresó.
Traducción de Sara Pignatiello