¿Por qué el Vaticano informó con tanta frecuencia sobre la salud del papa Francisco?
Exclusiva: en una declaración a The Independent, la Santa Sede reveló la estrategia deliberada detrás del número sin precedentes de ruedas de prensa que los médicos del papa ofrecieron durante su hospitalización
El Vaticano emitió informes médicos dos veces al día durante la larga hospitalización del papa Francisco como una estrategia deliberada para “contrarrestar la desinformación” sobre su condición, según se dijo a The Independent.
Mientras el papa Francisco luchaba contra la neumonía en las últimas semanas de su vida, su médico ofreció dos conferencias de prensa al día, una medida inusualmente transparente para una figura de tan alto perfil.
El objetivo del Vaticano: “difundir noticias oficiales” y “contrarrestar la desinformación” en torno a su salud.
“Confirmamos que la intención de las conferencias es difundir noticias oficiales. Especialmente con motivo de la enfermedad, cuando el papa fue hospitalizado en el Gemelli, la información oficial era obviamente también necesaria para contrarrestar la desinformación”, dijo un vocero de la Santa Sede a The Independent.
Las teorías conspirativas sobre la salud de personalidades destacadas están en auge, más recientemente tras el diagnóstico de cáncer de la princesa de Gales, Kate Middleton, y las falsas afirmaciones sobre la hospitalización del presidente Lula en Brasil el año pasado.
“Se trata de un caso clásico de prebunking”, declaró a The Independent Benjamin Shultz, investigador de The American Sunlight Project. Explicó: “Se trata de adelantarse a los rumores en lugar de intentar detenerlos”.
El prebunking, o refutación preventiva, es una estrategia provisoria diseñada para contrarrestar proactivamente las falsas narrativas antes de que se difundan. Consiste en ofrecer a la gente información precisa sobre temas susceptibles a una posible desinformación, lo que les permite reconocer mejor las falsedades y resistirse a ellas.
“Desarma las teorías de conspiración antes de que surjan, cerrando la brecha informativa. No hay lugar para la especulación”, añadió Ben.
Y parece haber funcionado: apenas circuló información errónea sobre el estado del papa, según Ben Shultz.
“Creo que, hasta cierto punto, funcionó. No llegó ningún dato a mi oficina que fuera conspirativo o desinformara sobre su salud”, dijo.
“No se me ocurren otros ejemplos en los que el equipo de prensa de un líder haya ofrecido dos ruedas de prensa al día. Pero creo que es un buen modelo”, añadió.
En 2017, el Vaticano se vio obligado a desmentir que el expapa Benedicto XVI estuviera cerca de la muerte después de que circularan rumores sobre su salud en las redes sociales.
Los informes afirmaban que el secretario personal del expontífice, Georg Ganswein, había dicho que el antiguo líder de la Iglesia católica era como “una vela que se [apagaba] lentamente”.
La cita que se había difundido procedía en realidad de una entrevista de 2016 con Ganstein, publicada en la revista italiana BenEssere.
El papa Francisco, que ya había sido blanco de la desinformación generada por inteligencia artificial, llevaba tiempo advirtiendo de los peligros de las falsas narrativas y de las imágenes y videos sintéticos, y sobre todo de su potencial para empeorar lo que denominó una creciente “crisis de verdad”.
En enero, el papa escribió un mensaje dirigido al FEM (Foro Económico Mundial) de Davos, en el que pedía a los líderes políticos, económicos y empresariales que vigilaran atentamente el desarrollo y despliegue de las tecnologías de IA.
“La IA puede generar ahora resultados casi indistinguibles del trabajo humano, lo que plantea serias dudas sobre su influencia en el discurso público y la erosión de la verdad”, advirtió Francisco.
El cambio en la estrategia de comunicación del Vaticano plantea una cuestión apremiante: en una época de falsedades en línea desenfrenadas y un panorama de medios sociales en constante cambio, ¿podría ser la transparencia radical nuestra mejor defensa? En otras palabras, ¿una comunicación más prolífica podría significar menos desinformación?
Traducción de Sara Pignatiello