Estudio vaticina que ventas globales de lujo disminuirán por segundo año consecutivo

Las ventas globales de bienes personales de lujo disminuirán por segundo año consecutivo mientras compradores adinerados se rebelan contra aumentos de precios extravagantes y la situación política mundial vulnera la confianza, vaticina un nuevo estudio de la consultora Bain & Co. publicado el jueves.
Las ventas de ropa, calzado y bolsos de alta gama caerán un 2% a 358.000 millones de euros (412.000 millones de dólares) este año desde 364.000 millones de euros en 2024, pronostica Bain en su actualización semestral del mercado para la asociación Altagamma de productores italianos de lujo.
La caída marcaría la primera desaceleración de dos años desde la crisis financiera global de 2008-09.
“No es un escenario de desastre, sin embargo, se observa que los consumidores están optando por marcas accesibles, no porque no tengan el dinero, sino porque creo que están buscando algo que sea más ético en la propuesta de valor-precio”, declaró Claudia D’Arpizio, socia de Bain que coescribió el estudio.
Las ventas pospandemia alcanzaron los 369.000 millones de euros en 2023 en un repunte que los analistas de Bain ahora interpretan como una burbuja. A pesar de las recientes caídas, el mercado sigue siendo aproximadamente un 25% más grande que en 2019, antes de que los confinamientos por la pandemia hundieran las ventas.
De cara al futuro, Bain pronostica un repunte del 3% al 5% el próximo año, alcanzando entre 365.000 millones de euros y 375.000 millones de euros, lo que supone un crecimiento en Estados Unidos respaldado por mercados financieros fuertes y una recuperación en China.
Se prevé que el mercado de Estados Unidos se mantenga estable este año en alrededor de 101.000 millones de euros, mientras que Europa está bajo presión y se espera que se contraiga ligeramente a 108.000 millones de euros. Se espera que China continental y Japón experimenten desaceleraciones de hasta un 8%, a 42.000 millones de euros y 31.000 millones de euros, respectivamente. Solo el Oriente Medio crecerá, según el pronóstico, de un 4% a un 6% hasta 23.000 millones de euros, impulsado por la meca de las compras de Dubái.
A nivel global, los precios inflados y una crisis de creatividad han costado a las marcas entre 60 y 70 millones de clientes en los últimos dos años, reduciendo la base de clientes en aproximadamente un 18% a 330 millones de compradores que se sienten mucho menos leales que antes, según Bain.
Las categorías que más han sufrido –calzado y bolsos– son aquellas donde los aumentos de precios fueron más severos, indicó D’Arpizio. “Estos clientes tienen muchos bolsos en sus armarios, incluidos los mismos que pueden comprar ahora”, expresó.
Al igual que en la política, el mundo del lujo está experimentando un período de polarización extrema, con individuos de ultra alto patrimonio neto demostrando ser los más resilientes en su poder adquisitivo. Con una riqueza personal superior a 30 millones de euros, suman unas 400.000 personas, con miembros de la familia extendiendo la categoría a unas 1,5 millones de personas.
“La polarización continua no está ayudando al consumo de lujo. El resto de los clientes se sintieron alienados porque las marcas se centraron demasiado en estos individuos de ultra alto patrimonio neto, no solo con la elevación de precios sino también con la experiencia del cliente que estaba destinada a unos pocos y no a muchos”, comentó D'Arpizio.
Las redes sociales también están amplificando las preguntas sobre si “es ético comprar a estos precios”, dijo D’Arpizio. Añadió que la estrategia de aumentar los precios “en nuestra opinión ha sido muy peligrosa”, creando un desajuste entre precio y valor.
Las marcas necesitan decidir “a qué clientes quieren servir” y también restablecerse como heraldos “de la autorrealización y la mejora social”, que impulsaron el mercado de lujo en las últimas décadas, sostuvo D'Arpizio.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.





