Niño de 7 años muere en Taiwán tras ser arrojado 27 veces en una clase de judo
El niño estaba en coma desde abril cuando sufrió una grave lesión cerebral tras una clase de judo
Un niño de siete años que supuestamente fue arrojado al suelo 27 veces durante un entrenamiento de judo en Taiwán ha fallecido tras permanecer 70 días con respiración asistida, según informes.
El niño, cuyo nombre no se ha dado a conocer, estaba en coma desde abril, cuando sufrió una grave lesión cerebral tras una clase de judo en la que, al parecer, fue arrojado al suelo por su entrenador y un compañero mayor.
El Hospital Feng Yuan declaró que el estado del menor se había deteriorado en los últimos días, y sus padres decidieron retirar el soporte vital el martes, según CNA.
La madre del niño agradeció a la gente su apoyo y dijo que la familia estaba centrada en la planificación del funeral.
El entrenador, que no tiene licencia de instructor de judo, fue acusado este mes de agresión física con resultado de lesiones graves y de utilizar a un menor para cometer un delito, según Taipei Times.
La fiscalía dijo que el entrenador golpeó al niño al menos 10 veces, pensando que estaba fingiendo una enfermedad cuando el niño de siete años se quejó de un dolor de cabeza. El entrenador ha dicho que era parte del entrenamiento normal.
El padre del niño ha declarado a la prensa local que el menor suplicó al entrenador que parara, pero éste siguió tirándolo al suelo hasta que su hijo dejó de reaccionar y tuvo que ser trasladado al hospital.
El incidente, ocurrido el 21 de abril, habría sido filmado por el tío del niño, que quería demostrar a su madre que el judo no era apropiado para el niño de siete años.
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Se ha cuestionado por qué el tío no intervino y detuvo al entrenador. La BBC citó a expertos de Taiwán diciendo que existe una noción de reverencia hacia los maestros que a veces lleva a la gente a aceptar su autoridad a pesar de las circunstancias.
La noticia de la muerte del niño ha provocado una oleada de dolor en las redes sociales taiwanesas, según la BBC. Uno de los mensajes decía: “Ya no hay dolor, hermanito”.