Japón recomienda una semana laboral de cuatro días para aumentar la productividad
La pandemia de covid ha provocado un cambio en la cultura laboral del país, que es notoriamente intensa
Japón está presionando a los empresarios para que reduzcan la semana laboral a cuatro días como parte de una serie de nuevas directrices económicas.
La cultura empresarial del país es notoriamente intensa y el karoshi, un término que significa “muerte por exceso de trabajo”, se acuñó en Japón en la década de 1970 debido a las onerosas presiones laborales a las que se enfrentan los empleados.
Pero la pandemia de coronavirus ha forzado cambios significativos en el funcionamiento de muchas empresas, con muchos trabajadores teniendo que trabajar desde casa debido a las restricciones de cierre.
El gobierno japonés, que en los últimos años ha intentado modernizar el enfoque del trabajo en el país, quiere fomentar un equilibrio más saludable entre la vida laboral y la personal y convencer a las empresas para que ofrezcan horarios más flexibles y trabajo a distancia.
Martin Schulz, economista jefe de políticas de la empresa japonesa Fujitsu, declaró a la Deutsche Welle: “El gobierno tiene mucho interés en que este cambio de actitud arraigue en las empresas japonesas.
“Durante la pandemia, las empresas han cambiado su forma de operar y están viendo un aumento gradual de la productividad”.
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“Las empresas están haciendo que sus empleados trabajen desde casa o a distancia, en oficinas satélites o en las instalaciones de sus clientes, lo que puede resultar mucho más cómodo y productivo para muchos”.
El gobierno espera que las nuevas directrices sobre la semana laboral de cuatro días puedan tener otros beneficios para la sociedad y la economía japonesas si son adoptadas por las empresas.
Prevé que un día extra de descanso podría empujar a la gente a gastar dinero, lo que impulsaría la economía, e incluso conduciría a un aumento de los matrimonios y la natalidad, otro objetivo político clave en un país con una población que envejece rápidamente.
Japón no es el primer país que se plantea acortar la semana laboral. España está a punto de probar una semana de cuatro días y también se ha planteado en Nueva Zelanda y Alemania.
El ex líder laborista Jeremy Corbyn también planteó los beneficios de la semana laboral reducida antes de las elecciones generales de 2019.