Muere Jane Goodall, la primatóloga que reveló los vínculos más profundos entre humanos y chimpancés
Primatóloga galardonada que impulsó el estudio de chimpancés más longevo del mundo, siguió dando charlas sobre conservación y cambio climático incluso después de los 91 años
Falleció a los 91 años Dame Jane Goodall, reconocida experta en chimpancés y conservacionista que cambió para siempre la forma de entender el comportamiento animal.
Zoóloga, primatóloga y antropóloga, dedicó más de seis décadas a la protección de los chimpancés y se convirtió en una firme defensora de la naturaleza y el medio ambiente.
Fundó los Institutos Jane Goodall para impulsar la conservación de la vida silvestre y los ecosistemas. También creó el programa ambiental y humanitario Roots & Shoots, escribió varios libros sobre chimpancés y conservación, y participó en más de 40 películas y documentales.

La lista de premios que recibió Jane Goodall llenaba nueve páginas de su currículum: su trabajo pionero y de alto perfil en un campo dominado por hombres la convirtió en un ejemplo e inspiración para generaciones de mujeres jóvenes en la ciencia.
En 2002, fue nombrada Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas. Años después, ante la ONU, expresó: “Creo que hoy, más que nunca, es importante tener una visión de cómo sería vivir en un mundo en paz, el tipo de mundo que todos deseamos, y luego pensar qué podemos hacer, como individuos, para tratar de hacerlo realidad”.
Nacida en Hampstead, al norte de Londres, Jane Goodall sintió desde niña una profunda fascinación por los animales, influida por su lectura de Doctor Dolittle, la novela sobre un hombre que podía hablar con ellos.
A los 23 años, sin estudios universitarios, viajó a Kenia y conoció al reconocido antropólogo Louis Leakey. Tres años después, por invitación suya, comenzó a estudiar chimpancés en Gombe, en lo que hoy es Tanzania.

Goodall observó que los chimpancés se comunicaban de formas sorprendentemente “humanas”: se besaban, se abrazaban, peleaban y usaban herramientas para conseguir alimento.
Sus hallazgos pioneros también demostraron que cada chimpancé tenía una personalidad propia y, a partir de esto, destacó que los animales eran mucho más complejos, tanto emocional como socialmente, de lo que se creía.
Por primera vez, se empezó a considerar a los humanos como parte del reino animal: sus estudios abrieron el camino para reconocer, de forma generalizada, que compartimos gran parte de nuestro ADN con los chimpancés.
Entre 1962 y 1966, cursó un doctorado en etología —la ciencia del comportamiento animal— en la Universidad de Cambridge.
Durante su investigación en África, conoció a su primer esposo, Hugo van Lawick, un fotógrafo enviado por National Geographic para documentar su trabajo con los chimpancés.

Durante su matrimonio con Hugo van Lawick, que duró de 1964 a 1974, Jane Goodall tuvo un hijo: Hugo Eric Louis. Más tarde contó que la relación se enfrió después de que National Geographic dejara de financiar los viajes de van Lawick a Gombe.
Un año después del divorcio, se casó con Derek Bryceson, director de parques nacionales en Tanzania, quien la ayudó a establecer el Parque Nacional Gombe.
Su investigación en esa región, iniciada en 1960, se convirtió en el estudio de chimpancés silvestres más extenso y duradero del mundo.
En 1977 fundó los Institutos Jane Goodall (JGI), que hoy tienen presencia en 24 países. Entre sus programas se destacan la investigación de chimpancés en libertad desde el Centro de Investigación de Gombe Stream y la protección de estos primates y sus hábitats en África. Además, los institutos gestionan santuarios para chimpancés huérfanos en la República del Congo y Sudáfrica.
La muerte de Bryceson en 1980, tras cinco años de matrimonio, fue un golpe devastador para ella.

Siempre activa y llena de energía, en 1991, Goodall fundó Roots & Shoots, un programa ambiental y humanitario que involucra a jóvenes en proyectos en favor de sus comunidades, los animales y el medio ambiente. Hoy, el programa está presente en más de 70 países.
Se han producido más de 40 películas y documentales sobre su vida y su trabajo, entre ellos Chimps, So Like Us (1990), nominado al Oscar; Jane (2017), un documental biográfico aclamado por la crítica, y Jane: El legado (2020), centrado en su activismo y difundido por National Geographic.
Firme opositora de la crueldad y la explotación animal, Goodall defendió la eliminación progresiva de la ganadería industrial y alertó sobre sus efectos en la salud humana, el clima y la biodiversidad.
Adoptó una alimentación vegana y apoyó campañas para prohibir la importación de trofeos de caza en el Reino Unido.
Entre los numerosos reconocimientos que recibió destacan la Medalla de Tanzania, el Premio Kyoto de Japón, la Medalla Benjamin Franklin en Ciencias de la Vida, la Medalla del 60º Aniversario de la Unesco y el Premio Gandhi/King a la No Violencia.

En 2004, Jane Goodall fue nombrada Dama Comandante del Imperio Británico y dos años después, recibió la Legión de Honor, el mayor reconocimiento que otorga Francia.
Su currículum incluía ocho páginas dedicadas a cargos académicos, membresías profesionales, afiliaciones especializadas y casi 60 doctorados honoríficos otorgados por universidades de todo el mundo.
A pesar de su agenda intensa, encontró tiempo para escribir más de veinte libros, tanto para adultos como para niños. Se mostró feliz con el lanzamiento de una muñeca Barbie inspirada en ella, convencida de que serviría como ejemplo para niñas que sueñan con cambiar el mundo.
Incluso después de cumplir 90 años, siguió viajando por el mundo para dar charlas sobre las amenazas que enfrentan los chimpancés y las crisis ambientales.
Para el otoño de 2025, tenía programada una serie de conferencias en Canadá y Estados Unidos.
Su último libro, El libro de la esperanza: una guía de supervivencia para tiempos difíciles, escrito junto a Douglas Abrams, fue traducido a más de 20 idiomas. En sus páginas, Goodall compartió su convicción de que la conciencia continúa después de la muerte.
“No puedo imaginar una aventura más grande que lo que hay más allá de nuestra vida mortal”, afirmó.
Traducción de Leticia Zampedri