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Arthur Labinjo-Hughes: Al niño asesinado “le fallaron” las autoridades, dice la abuela

Un jurado en el Tribunal de la Corona de Coventry declaró culpables a Emma Tustin y Thomas Hughes por matar a Arthur Labinjo-Hughes

Richard Vernalls
Domingo, 12 de diciembre de 2021 21:05 EST
Arthur Labinjo-Hughes fue reprobado por las mismas autoridades encargadas de mantenerlo a salvo, dijo su abuela (Policía de West Midlands / PA)
Arthur Labinjo-Hughes fue reprobado por las mismas autoridades encargadas de mantenerlo a salvo, dijo su abuela (Policía de West Midlands / PA)
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Al niño de seis años asesinado por su madrastra, “le fallaron las mismas autoridades” encargadas de mantenerlo a salvo, declaró su abuela a un tribunal antes de la sentencia de los asesinos.

Arthur Labinjo-Hughes sufrió una lesión cerebral mortal mientras estaba bajo el cuidado exclusivo de la “malvada” Emma Tustin, de 32 años. Esto después de que abusara cruelmente de él, lo dejara sin comer y lo envenenara.

Agredió de forma fatal al niño en el pasillo de su casa en Cranmore Road, Solihull, Inglaterra, el 16 de junio de 2020, mediante el uso de fuerza severa.

El niño murió en el hospital al día siguiente.

Se condenó a Tustin de forma unánime el jueves por el asesinato de Arthur después de un juicio de ocho semanas en el Tribunal de la Corona de Coventry. También se declaró culpable de su homicidio al “despiadado” padre, Thomas Hughes, de 29 años, después de alentar el asesinato.

En el juicio se supo que trabajadores sociales vieron a Arthur solo dos meses antes de su muerte, después de que su abuela paterna, Joanne Hughes, expresara sus preocupaciones, pero concluyeron que “no había preocupaciones de salvaguardia”.

Al comienzo de la audiencia de sentencia de la pareja en el Tribunal de la Corona de Coventry el viernes, Joanne Hughes leyó una declaración de impacto a la víctima en nombre de su familia.

La maestra de la escuela secundaria describió a Arthur, como “un niño feliz, contento y próspero de siete años”, quien estaría “vivo hoy” si su hijo no hubiera conocido a Tustin.

Arthur Labinjo-Hughes con su padre, Thomas Hughes, y su madrastra, Emma Tustin

Pero agregó: “También está claro que a Arthur le fallaron las mismas autoridades que a nosotros, como sociedad, se nos hace creer que están ahí para garantizar la seguridad de todos”.

La abuela materna de Arthur, Madeleine Halcrow, en una declaración de impacto a la víctima pronunciada en nombre de la madre biológica del niño, recordó su “hermosa sonrisa”, su “espíritu amable y cariñoso”, y agregó que él fue “la luz de mi vida”.

“Una persona en quien confiaba, y debería haberlo protegido, lo defraudó, lo dejó solo y aislado, y luego me lo quitaron”, aseguró.

“Mi niño, mi pequeño amor, indefenso, confiado y nada más que amoroso, fue asesinado”.

“Se robaron su corta vida y el agujero que me dejó a mí y a los que amaban a Arthur nunca será reparado”.

“Duerme bien, mi ángel, eres verdaderamente amado”.

Cuando comenzó la audiencia, el juez Mark Wall QC (Queen’s Counsel, jurista de alto rango) declaró que se llevó a Tustin a la corte para su sentencia, pero que se había “negado a subir” al estrado de los acusados.

Mary Prior QC, en representación de Tustin, le dijo al tribunal que su cliente había intentado quitarse la vida en dos ocasiones durante el juicio.

Al aceptar que Tustin no mostró ningún remordimiento real por la muerte de Arthur, también expresó que Tustin era “relativamente joven” y “tal vez pasaría la mejor parte de su vida, al menos, bajo custodia”.

“Nada de lo que he dicho tiene la intención de justificar las acciones de la Sra. Tustin, de ninguna manera”.

Bernard Richmond QC, en representación de Hughes, comentó: “Era una persona débil que cedió al resquicio más oscuro de su personalidad que, antes de conocer a la Sra. Tustin, no sabía que existía”.

“Será una cuestión de amarga vergüenza y amargo pesar para él durante el resto de su vida que se haya comportado de una manera aborrecible para cualquier persona con un pensamiento normal y defraudó a la persona que más necesitaba su amor y protección”.

Después de agredir fatalmente a Arthur, Tustin tardó 12 minutos en llamar al 999 (número de emergencia en el Reino Unido).

En cambio, primero llamó a Hughes, luego mintió a los médicos y la policía que Arthur “se cayó y se golpeó la cabeza y mientras estaba en el suelo se golpeó la cabeza otras cinco veces”.

Tustin, quien una vez se refirió a Arthur como “Satanás”, afirmó más tarde que debió arrojarse por las escaleras, a pesar de la evidencia de que apenas era lo bastante fuerte como para levantar su propia ropa de cama o pararse.

Se condenó de a Hughes, de Stroud Road, Solihull, por alentar el asesinato, incluso envió un mensaje de texto a Tustin 18 horas antes del asalto fatal que decía “acaba con él”.

En una ocasión antes de su muerte, Arthur le comentó a su padre: “Estoy en peligro contigo, papá”.

También se condenó a Tustin por dos cargos de crueldad infantil, incluido envenenamiento con sal y negarle comida y bebida a Arthur.

A mitad del juicio, admitió otros dos cargos de crueldad: agredir intencionalmente a Arthur en tres ocasiones y aislarlo, incluso obligarlo a permanecer de pie en el pasillo hasta 14 horas al día como parte de un régimen de castigo draconiano.

También se condenó al trabajador Thomas Hughes por los delitos de crueldad que había admitido Tustin, pero se le absolvió de negar comida y bebida, o de envenenar a su propio hijo con sal.

Se lleva a cabo una revisión independiente del contacto de las autoridades con Arthur antes de su muerte.

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