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Personas son más propensas hoy a usar groserías en su vida cotidiana que hace cinco años

Hay una división generacional

Ellie Abraham
Jueves, 10 de junio de 2021 13:41 EDT
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La gente utiliza cada vez más palabrotas en su vida cotidiana, según un estudio de la Junta Británica de Clasificación de Películas (BBFC).

La investigación del organismo que clasifica las películas determinó que alrededor de un tercio de los habitantes del Reino Unido son más propensos a usar palabrotas fuertes que hace cinco años.

La BBFC encuestó a 1,000 adultos británicos y recopiló los resultados mediante entrevistas en profundidad y grupos de discusión con la muestra representativa de personas mayores de 18 años de todo el Reino Unido.

Se descubrió que, de las 1,000 personas, alrededor del 60% consideraba que las palabrotas fuertes, como f*** y motherf***er, formaban parte de la vida cotidiana.

También se observó una importante brecha generacional en el uso de palabrotas. Los jóvenes de entre 18 y 34 años son los más propensos a decir palabrotas y están más insensibilizados a su impacto.

La BBFC trató acrónimos comunes, como WTF y FML, como palabrotas, ya que su significado es ampliamente conocido.

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Como era de esperar, el estudio reveló que las personas mayores consideraban tabú algunas palabrotas. Entre los mayores de 65 años, el 75 % dijo que no utilizaría palabrotas fuertes en público.

La investigación del organismo de clasificación de películas descubrió que, a pesar de la tendencia a utilizar más groserías en la vida cotidiana, los padres querían que sus hijos estuvieran protegidos de ello y no querían que se diluyeran las restricciones de edad en las películas y los DVD.

Algunos padres encuestados temen que las palabrotas se “normalicen” en los medios de comunicación. Para otros, el contexto es importante; por ejemplo, es más preocupante si se utiliza de forma agresiva, sobre todo si está relacionado con la violencia sexual.

Para que la BBFC califique una película con 15, sólo debe haber un uso poco frecuente de palabrotas fuertes. Si va acompañada de violencia, la calificación puede aumentar a 18. Una película 12A no suele tener un uso de lenguaje fuerte.

David Austin, director ejecutivo de la BBFC, dijo: “Los niños ven cada vez más contenidos en múltiples pantallas y sus padres quieren protegerlos del lenguaje fuerte y muy fuerte siempre que puedan y durante el mayor tiempo posible”.

“Los padres nos han dicho que quieren que las industrias de los medios de comunicación compartan la responsabilidad, y ahí es donde entramos nosotros”.

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