Policía dispara cañones de agua contra manifestantes mientras aumenta tensión por visita de Bolsonaro a Italia
Los críticos dicen que la decisión de la ciudad italiana de otorgar la ciudadanía honoraria al presidente brasileño fue una “gran vergüenza”
La policía italiana disparó cañones de agua y utilizó porras y gases lacrimógenos para dispersar a cientos de personas que protestaban contra Jair Bolsonaro en la provincia de Padua el lunes.
El bisabuelo del presidente brasileño, Vittorio Bolzonaro, nació en la ciudad de Anguillara Vêneta, y formó parte del millar de personas que huyeron de la pobreza en la localidad italiana y emigraron a Brasil en el siglo XIX. El lunes, la ciudad paduana recibió al presidente en una ceremonia para concederle la ciudadanía honorífica.
Los medios de comunicación locales informaron de que las tensiones se han ido gestando en la ciudad desde que la alcaldesa de extrema derecha de Anguillara Vêneta, Alessandra Buoso, decidió conceder a Bolsonaro la ciudadanía honoraria.
El presidente acudió a Anguillara Vêneta tras asistir a la cumbre del G20 en Roma durante el fin de semana. No asistió a las conversaciones sobre el clima de la Cop26 en Glasgow.
El lunes, cuando llegó a la ciudad, Bolsonaro fue recibido con abucheos y vítores. Algunos de sus partidarios se habían envuelto en la bandera brasileña, mientras que unos 200 manifestantes portaban pancartas y carteles en los que se podía leer “Justicia para la Amazonia” y “No a la ciudadanía para los dictadores”. Los manifestantes también habían pintado con spray Fora Bolsonaro - “Fuera Bolsonaro”- en el ayuntamiento la semana pasada.
Los vídeos compartidos en las redes sociales mostraban a la policía italiana utilizando porras y cañones de agua para sofocar las protestas.
Tras recibir el homenaje, el presidente se reunió con otros miembros de la familia Bolsonaro en el país.
Dijo: “estoy aquí en Padua, el origen de la familia Bolsonaro. Es una gran emoción encontrarse con los familiares, ¿no? Es la primera vez que venimos a Italia, así que es bueno para nosotros repasar nuestras raíces porque mis abuelos se fueron a Brasil en busca de días mejores por la dificultad que tenía Italia en ese momento. Así que es gratificante. Fui bien recibido aquí, gracias a todos”.
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El obispo de Padua calificó la decisión de la ciudad como “una gran vergüenza”, y algunos concejales también se opusieron al traslado. Antonio Spada, concejal de la ciudad, dijo que Bolsonaro tiene todo el derecho a visitar Anguillara Veneta. Sin embargo, no consideran “apropiado el acto de concederle la ciudadanía honoraria, porque una ciudadanía honoraria significa utilizarlo como modelo y ejemplo para toda la comunidad”, según The Washington Post.
Andrea Zanoni, concejal de Medio Ambiente, mencionó que la ciudadanía honoraria era una “elección incomprensible”, dadas las acusaciones de “crímenes contra la humanidad”, según The Guardian.
“Las políticas de Bolsonaro son un desastre para el planeta. Ha puesto la alfombra roja a las multinacionales que están devastando el Amazonas y ha desmantelado los controles medioambientales. Las políticas de Bolsonaro son peligrosas no sólo para Brasil, sino para todo el mundo”, señaló.
La alcaldesa de Anguillara Vêneta, Buoso, ha defendido su decisión y arremetió contra a los críticos por oponerse a ella. En un post de Facebook, publicó que la decisión del ayuntamiento no era un voto sobre su política, sino sólo un reconocimiento a todos los italianos que habían emigrado a Brasil.
En su propio país, Bolsonaro se enfrenta a peticiones de destitución, y un informe del Senado sugirió el mes pasado que el presidente debería enfrentarse a cargos penales por su mala gestión de la pandemia de coronavirus, que ha provocado más de 600 mil muertes en todo el país.