Julian Assange está ‘enfermo y muy mal’ mientras lucha contra extradición a Estados Unidos, revela su pareja
En enero, un juez británico rechazó un intento de extraditar al hombre de 50 años debido al riesgo de que se suicide
Julian Assange está "delgado y muy enfermo" en una cárcel de Londres, mientras el fundador de WikiLeaks lucha contra los esfuerzos para extraditarlo a Estados Unidos y acusarlo bajo la Ley de Espionaje, dijo su pareja.
En enero, un juez británico rechazó un intento de extraditar al hombre de 50 años, alegando que el riesgo de que se quitara la vida era muy alto si lo colocaban en el sistema penitenciario estadounidense.
Sin embargo, en agosto, el tribunal superior de Reino Unido dio permiso a Estados Unidos de apelar la decisión, diciendo que era "al menos discutible" que la conclusión a la que se llegó en enero fuera incorrecta. El caso ahora se escuchará durante dos días en el Tribunal Superior de Londres.
El lunes, Stella Moris, pareja de Assange y madre de dos de sus hijos, aseguró que había visto al fundador de WikiLeaks en la cárcel de Belmarsh el sábado y que estaba sorprendida por su apariencia física.
"Vi a Julian el sábado por la mañana en la prisión de Belmarsh y me sorprendió lo delgado que estaba", declaró en una conferencia de prensa.
“Llevaba una camiseta. No he visto sus brazos en mucho tiempo, así que pude ver lo delgado que estaba. Se veía muy mal".
Ella agregó: "ha habido desarrollos tan importantes en el caso, durante los últimos tres meses, diría que ambos esperamos que este sea el final".
Assange fundó WikiLeaks en 2006 y lo usó para resaltar muchos incidentes de la llamada guerra contra el terrorismo de Estados Unidos que él y sus partidarios consideraron crímenes de guerra.
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Entre los más destacados se encuentran las imágenes de video tomadas desde el interior de uno de los dos helicópteros estadounidenses AH-64 Apache en Irak, que los mostraban atacando a un grupo de personas desarmadas en Bagdad en 2007. Dos de ellos son periodistas. Varios eran niños. “Enciéndalos todos”, dice uno de los pilotos, en un incidente que dejó una docena de muertos.
Parte del material fue entregado a WikiLeaks por la entonces analista de inteligencia del ejército estadounidense Chelsea Manning. Manning cumplió una condena de siete años de prisión por filtrar la información, gran parte en confinamiento solitario.
Assange pasó cinco años en la embajada ecuatoriana en Londres después de solicitar asilo político y mientras buscaba evitar la extradición a Suecia, donde la policía dijo que quería investigarlo por dos acusaciones de agresión sexual. Assange ha negado las afirmaciones y señaló que creía que lo llevarían a Estados Unidos.
En abril de 2019, después de un cambio en el liderazgo de Ecuador, le dijeron a Assange que ya no podía quedarse ahí y fue arrestado por la policía británica y encarcelado durante 12 meses por no pagar la fianza.
Un mes después de eso, Estados Unidos anunció que lo había acusado de 17 cargos de intentar piratear una computadora del Pentágono y delitos bajo la Ley de Espionaje, que conllevan penas de 175 años de prisión.
Moris indicó que se esperaba que el primer día de la audiencia, Estados Unidos presentaría su caso. El segundo día lo ocuparían los abogados de Assange, quienes, entre otras cosas, planeaban llamar la atención sobre una historia publicada por Yahoo News que alegaba que bajo Donald Trump, la CIA había considerado planes para secuestrar o asesinar al fundador de WikiLeaks.
Kristinn Hrafnsson, editor en jefe de Wikileaks, declaró que no le sorprendió la historia, dado que la organización sabía desde 2017 que el entonces director de la CIA, Mike Pompeo, consideraba al grupo un "servicio de inteligencia hostil no estatal".
“Esa era la realidad sobre la mesa y sabíamos que teníamos que tener cuidado. Esta ha sido básicamente la realidad desde hace 10 u 11 años”, afirmó.
"Cuando expongas los secretos del imperio, volverá a ti".
Los cargos contra Assange se remontan a varios años y sus partidarios creen que Trump y su gobierno actuaron después de que WikiLeaks comenzara, en marzo de 201, a revelar lo que se conoció como Bóveda 7, una serie de documentos que destacaban la capacidad de la CIA para realizar vigilancia electrónica y llevar a cabo actividades de guerra cibernéticas.
Los seguidores de Assange, que argumentan que debería recibir las mismas protecciones que cualquier otro periodista o editor, han pedido al presidente Joe Biden que detenga la extradición.
Entre los que instaron a Biden a actuar se encontraba la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard.
“Es una acusación condenatoria que casi 20 años después, prácticamente nadie responsable de los presuntos crímenes de guerra de Estados Unidos cometidos en el curso de las guerras de Afganistán e Irak ha sido responsabilizado, y mucho menos procesado, sin embargo, un editor que expuso tales crímenes está potencialmente enfrentando una vida en la cárcel”, dijo en una declaración.
El Departamento de Justicia respondió de inmediato a las consultas de The Independent.
Rebecca Vincent, directora de campañas internacionales de Reporteros sin Fronteras, señaló que el caso de esta semana tuvo implicaciones para los periodistas de todo el mundo.
"Reporteros sin Fronteras cree completamente que Julian Assange ha sido blanco de sus contribuciones al periodismo y que las implicaciones para el periodismo y la libertad de prensa serán severas y duraderas y no solo en Estados Uunidos o Reino Unido, sino a nivel internacional", declaró.