Operación Spiderweb: el ataque con drones de Ucrania contra Rusia pone en alerta a aliados y enemigos
La operación “Spiderweb” es un triunfo de inteligencia y astucia tecnológica que nuestros enemigos sin duda analizarán, afirma Sam Kiley, jefe de asuntos internacionales
El fin de semana, un camión se detuvo cerca del aeródromo de Belaya. Cuando los cobertizos sobre su plataforma se abrieron y soltaron un enjambre de drones, algo cambió para siempre en esta guerra.
El éxito de la operación “Spiderweb”, con la que Ucrania destruyó más de 40 bombarderos rusos, habrá provocado tanto júbilo como inquietud entre los aliados de Kiev.
La ingeniosa táctica de ocultar drones en compartimentos falsos dentro de cobertizos prefabricados, y liberarlos simultáneamente a miles de kilómetros detrás de las líneas enemigas, dejó en jaque a la aviación estratégica de Vladimir Putin.
Según Ucrania, el Servicio de Inteligencia SBU logró destruir 41 aviones rusos y causar daños por unos $7.000 millones de dólares. Las aeronaves afectadas eran bombarderos de largo alcance que transportaban los misiles de crucero con los que Putin ha estado atacando territorio ucraniano.

En los videos del ataque a Belaya se muestra cómo los aviones estallan en llamas cuando los drones, posiblemente autónomos o semiautónomos, se lanzan sobre ellos mientras estaban en la pista. La incursión ha sido tan audaz como el primer ataque exitoso del Servicio Aéreo Especial contra el aeródromo italiano de Tamet, en Libia, en 1941, donde se destruyeron 24 aviones.
Salvo un pequeño grupo de agentes involucrados en los 18 meses de planificación de la operación Telaraña, ningún comando tuvo que exponerse para destruir los bombarderos Tu-95, Tu-22M3 y el avión espía ruso A-50 de alerta temprana. Según informaron desde Kiev, los 41 aviones alcanzados equivalen al 34 % del poder aéreo de largo alcance del Kremlin.
La operación consistió en construir cobertizos con compartimentos secretos para ocultar drones, cargarlos discretamente en camiones y, en el caso del ataque a Belaya, conducir esos vehículos más de 4.000 kilómetros a través de territorio ruso.
Luego, los vehículos se estacionaron y los techos de los cobertizos se abrieron por control remoto para liberar los drones, que volaron hacia sus objetivos guiados por la red de telefonía móvil rusa.
Dado que se usaron 117 drones en los cuatro ataques, es poco probable que todos hayan sido pilotados manualmente. Todo indica que se empleó algún tipo de inteligencia artificial en los sistemas de puntería, aunque ningún funcionario ucraniano lo haya confirmado.

La operación “Spiderweb” se llevó a cabo después de que Rusia intensificó su campaña aérea contra Ucrania. Para ello, recurrió a drones Shahed de largo alcance (de diseño iraní), así como a misiles balísticos y de crucero.
Los aeródromos atacados fueron Belaya, en la provincia de Irkutsk (Siberia), Olenya, en Murmansk (extremo noroeste de Rusia), Dyagilevo, en Ryazan (oeste) e Ivanovo, en la provincia del mismo nombre, en el occidente del país.
Según la doctrina militar convencional, la destrucción de tantos aviones estratégicos solo sería posible mediante una operación de miles de millones de dólares, con misiles de largo alcance, el despliegue de un portaaviones y pilotos arriesgando la vida, como lo han hecho recientemente Estados Unidos y Reino Unido en sus ataques contra los hutíes en Yemen.
Pero Ucrania logró un impacto estratégico contundente gracias a la astucia y al uso de cuadricópteros de bajo costo, similares a los que se venden en cualquier tienda del Reino Unido.
“Putin ya entendió que Rusia no está ganando la guerra y que Ucrania es capaz de llevar a cabo operaciones militares tan ingeniosas”, afirmó Oleksandr Merezhko, presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento ucraniano. “De hecho, Ucrania ha desmontado el mito de que ‘no tiene las cartas en la mano’”.
“Antes de este ataque, [Donald] Trump creía que Ucrania estaba perdiendo la guerra y mostraba poco interés en apoyar, al comparar la situación con Vietnam y Afganistán. Pero Ucrania demostró que su ejército mantiene la iniciativa, actúa con creatividad y tiene la capacidad de golpear con fuerza y humillar al enemigo”.
“La gente apoya menos a quien considera que está perdiendo la guerra, pero se motiva más a ayudar cuando ve que esa parte puede lograr victorias en el campo de batalla. En pocas palabras, esto podría marcar un punto de inflexión en el rumbo de la guerra”.

En las últimas semanas, Ucrania dirigió sus esfuerzos a atacar otras bases aéreas con el objetivo de forzar a Rusia a concentrar sus bombarderos estratégicos en un número limitado de ubicaciones, según fuentes ucranianas.
Por su parte, las agencias de inteligencia rusas afirmaron haber detenido a un número no revelado de personas presuntamente vinculadas con la operación Spiderweb. Sin embargo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aseguró que todos los operativos habían abandonado el país antes de que comenzaran los ataques.
Testigos en Siberia relataron que vieron a uno de los conductores correr de un lado a otro tras la liberación del enjambre de drones desde su camión. No está claro si los rusos involucrados en el plan sabían realmente cuál era su papel.
La más reciente operación de Ucrania forma parte de una serie de ataques de largo alcance, diseñados dentro del país, contra infraestructura energética rusa, bases aéreas y nodos de transporte. Además, agentes secretos al servicio de Kyiv han apuntado directamente a generales rusos y al menos dos murieron en atentados recientes en las calles de Moscú.
Ucrania tomó la delantera en operaciones con drones ante las estrictas restricciones impuestas por Estados Unidos y, hasta hace poco, también por el Reino Unido, que limitaron el uso de armamento convencional de largo alcance.
Con la guerra por entrar en su cuarto año, Alemania expresó su disposición a apoyar ataques más profundos dentro del territorio ruso, lo que eliminaría la necesidad de operaciones tan sigilosas e ingeniosas como “Spiderweb”. Aun así, el éxito de esta campaña con drones no pasará desapercibido para agencias de inteligencia, mandos militares y organizaciones terroristas en todo el mundo.
La conversión de drones comerciales en misiles teledirigidos, una táctica que Ucrania estrenó en su frente contra las fuerzas rusas, ya fue adoptada por grupos militantes en Oriente Próximo y África.
La operación “Spiderweb” demuestra cómo actores no estatales pueden humillar a una superpotencia.
Traducción de Leticia Zampedri