Reportan aumento de 45% en rechazo de personas en fronteras alemanas tras reforzamiento de controles

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El número de personas rechazadas en las fronteras de Alemania aumentó casi a la mitad en la primera semana en el cargo del nuevo gobierno, después que intensificara los controles policiales en sus fronteras, informó el jueves el ministro alemán del Interior, quien señaló que entre los rechazados se encontraban solicitantes de asilo.
El canciller Friedrich Merz, quien hizo de una política migratoria más estricta un pilar central de su campaña para las elecciones gubernamentales de Alemania en febrero, asumió el cargo el 6 de mayo. Al día siguiente, el ministro del Interior, Alexander Dobrindt, anunció el despliegue de más policías en la frontera para frenar la migración irregular y que algunos solicitantes de asilo que intentaran ingresar a la mayor economía de Europa serán rechazados.
Hablando el jueves durante su visita al cruce de Kiefersfelden, en la frontera sur de Alemania con Austria, Dobrindt dijo que 739 personas fueron rechazadas en las fronteras durante los últimos siete días, un aumento del 45% respecto a la cifra de la semana anterior de 511.
De las 51 personas que solicitaron asilo en la frontera la semana pasada, 32 fueron rechazadas y el resto fue identificado como perteneciente a "grupos vulnerables" y se les permitió ingresar a Alemania, afirmó. La semana anterior, a las 44 personas que solicitaron asilo en la frontera se les permitió ingresar.
"Quiero romper la lógica de los grupos criminales y los traficantes que prometen a las personas que, a cambio de pagar 5.000 (5.607 dólares), 10.000 o 20.000 euros, las introducirán en el sistema de bienestar alemán", dijo Dobrindt. "Esta lógica debe romperse y debe quedar claro que si estás en la frontera de Alemania no entras automáticamente en nuestro país".
El gobierno anterior de Alemania ya había impuesto controles en las fronteras del país con naciones vecinas, los cuales el nuevo gobierno está intensificando.
Merz dijo a los legisladores el miércoles que Alemania es y seguirá siendo "un país de inmigración".
"Pero el desarrollo de los últimos 10 años también ha demostrado que permitimos demasiada inmigración no controlada, y demasiada migración poco calificada en nuestro mercado laboral y, sobre todo, en nuestros sistemas de seguridad social", expresó.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.