Arrestan a dos personas en club LGBTQ de Rusia en medio de campaña represiva del Kremlin
La represión contra la comunidad LGBTQ en Rusia se ha exacerbado luego de un dictamen oficial que la califica como “grupo extremista”
Dos empleados de un club nocturno en Rusia fueron arrestados en virtud de nuevas leyes que forman parte de una nueva campaña represiva de Vladimir Putin contra la comunidad LGBT.
Diana Kamilyanova y Alexander Klimov fueron detenidos por policías enmascarados, y se enfrentan a 10 años en prisión. Se les acusa de “instigación y complicidad en actividades extremistas”.
La Corte Suprema de Rusia ha etiquetado al “movimiento internacional LGBTQ” como una organización extremista.
Los críticos, en cambio, afirman que el objetivo de este dictamen es crear un “enemigo interno” que ayude a fortalecer al régimen de Putin frente a los rusos, así como a desviar la atención de los problemas económicos y sociales que enfrenta el país.
Aunque las relaciones homosexuales no son ilegales en Rusia, desde el inicio de la guerra con Ucrania, el Kremlin ha intensificado la represión contra las personas LGBTQ.
En una entrevista con el medio en lengua rusa Current Time, la líder opositora exiliada y activista de los derechos LGBTQ Elena Kostyuchenko dijo: “Lo que caracteriza al fascismo es una sociedad movilizada; es decir, una sociedad que o está en guerra, o se está preparando para una guerra. Para mantener movilizada a esa sociedad, es necesario crear enemigos, tanto externos como internos.
Las personas LGBTQ somos candidatos ideales para ser enemigos internos: estamos en todas partes, somos lo suficientemente numerosos, y somos como todos los demás pero al mismo tiempo diferentes”.
Según un sondeo reciente de la encuestadora independiente Russian Field, la porción de la población rusa que considera que los homosexuales no deberían gozar de los mismos derechos que los otros ciudadanos ha alcanzado el 60 %, cuando en 2013 conformaban un 19 %. Sin embargo, otras encuestas han mostrado que esta tendencia de hostilidad hacia las personas LGBT existe desde mucho antes.
Una de las simpatizantes más notorias de esta campaña contra la comunidad LGBT es Ekaterina Mizulina, directora de la Liga para la Seguridad de Internet de Rusia, organización a favor de Putin cuyos seguidores delatan los clubes gay y rastrean publicaciones “ofensivas” en Internet.
Mizulina, cuyas redes sociales están llenas de mensajes alegres e imágenes de corazones, ha descrito a las leyes anti-LGBT como “una poderosa barrera contra los valores que están destruyendo a Rusia y nuestra identidad”.
El Kremlin ha utilizado la etiqueta “extremista” para perseguir a grupos de defensa de los derechos humanos, a medios de comunicación independientes y a opositores políticos, incluyendo a los aliados del ahora fallecido crítico del régimen Alexei Navalny.
Traducción de Sara Pignatiello