Partido alemán de extrema derecha criticado por presunta reunión extremista
Los partidos gobernantes de Alemania criticaron el jueves a un resurgente partido opositor de extrema derecha por informes de una reciente reunión extremista para analizar la deportación de millones de inmigrantes, entre ellos algunos con nacionalidad alemana.
La semana pasada, el medio Correctiv informó sobre una supuesta reunión de extrema derecha realizada en noviembre a la que, afirma, asistieron figuras del partido extremista Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán). Un miembro prominente del Movimiento Identitario, el ciudadano austriaco Martin Sellner, presentó su visión de “remigración” para las deportaciones.
En las encuestas nacionales, AfD se encuentra en segundo lugar, con un apoyo de más de 20%, detrás del principal bloque opositor de centroderecha, pero delante de los partidos de la impopular coalición de centroizquierda del canciller Olaf Scholz. El partido es aún más fuerte en tres regiones del este, que formaban parte del bloque comunista, y que tendrán elecciones en septiembre.
AfD ha buscado distanciarse de la reunión, diciendo que no participó en la organización ni en la financiación del evento, que no fue responsable de lo que se habló en ella, y que los miembros que asistieron lo hicieron a título personal. Aun así, Alice Weidel, colíder de AfD, despidió a un asesor suyo, Roland Hartwig, que sí asistió, aunque al mismo tiempo lamentó que se haya informado del cónclave.
En días recientes, “hemos sabido de temores y preocupaciones; hemos visto ciudadanos alemanes preguntándose si deben huir de su propio país”, dijo el jueves ante el parlamento Lars Klingbeil, colíder del bloque socialdemócrata de Scholz.
“Ustedes son lobos con piel de oveja, pero su fachada comienza a resquebrajarse”, dijo a los legisladores de AfD.
Konstantin Kuhle, legislador de alto nivel del Partido Democrático Libre, miembro de la coalición de Scholz, dijo que la presunta reunión demuestra que AfD quiere ser los “representantes cívicos” de extremistas de derecha.
Bernd Baumann, jefe de la bancada de AfD, se quejó de que los partidos mayoritarios “falsifiquen nuestras demandas, particularmente en el tema de la ‘remigración’”, y aseguró que su partido enfrenta una “artera campaña por parte de políticos y periodistas de la arruinada clase izquierdista-verde”.
“Los pequeños clubes privados de debate se presentan como reuniones secretas que son un peligro para el público”, dijo.
El furor ha provocado pedidos de prohibir a la AfD, que se ha inclinado constantemente a la derecha desde su fundación en 2013. Muchos de sus opositores han hablado contra la idea, aduciendo que el proceso sería largo, el éxito es muy incierto, y podría beneficiar al partido al permitirle mostrarse como víctima.