Países bálticos abandonarán red eléctrica controlada por Rusia
Los operadores de la red eléctrica de los tres países bálticos notificaron oficialmente el martes a Rusia y Bielorrusia que abandonarán el acuerdo de 2001 que ha mantenido a Estonia, Letonia y Lituania conectadas a un sistema de transmisión eléctrica controlado por Moscú.
Los países bálticos ya han dejado de comprar electricidad a Rusia. Y en un plan anunciado el año pasado como parte de las medidas para romper los lazos con Moscú tras la invasión a Ucrania, los países cambiarán sus conexiones a la red el próximo mes de febrero a la principal red de energía continental europea para poner fin a la dependencia.
Los operadores Elering, en Estonia; AST, en Letonia, y Litgrid, en Lituania, comunicaron el martes la firma del acuerdo en Riga, Letonia. El acuerdo conjunto con Moscú y Minsk finalizará el 7 de febrero, y los sistemas bálticos se desconectarán de la red al día siguiente.
“Desconectaremos y desmantelaremos las últimas conexiones físicas con las redes rusa y bielorrusa”, declaró el director general de Litgrid, Rokas Masiulis, que señaló que la medida era un “ambicioso proyecto de independencia energética”.
Las tres antiguas repúblicas soviéticas no compran actualmente electricidad a Rusia, pero siguen conectadas físicamente a una red cuya frecuencia está controlada por Moscú en virtud del acuerdo BRELL de 2001. Los sistemas bálticos tienen previsto sincronizarse con el sistema continental europeo el 9 de febrero de 2025. Ambos sistemas utilizan corriente alterna de 50 Hz.
“La sincronización con el área síncrona de Europa continental permitirá un control independiente, estable y fiable de la frecuencia de las redes eléctricas de los países bálticos y aumentará la seguridad energética de la región”, declaró Elering, operador de la red de Estonia.
Estonia, Letonia, Lituania y Polonia acordaron en 2019 con la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea, coordinar la conexión de las naciones bálticas a la red eléctrica de la UE para finales de 2025. Sin embargo, la guerra de Rusia en Ucrania llevó a los países bálticos a acelerar el proyecto.
La fecha de febrero de 2025 para la transición fue un compromiso. Lituania quería una salida energética ya este año, alegando la falta de fiabilidad de Moscú y su agresión en Ucrania. Estonia se resistió a un corte más rápido, alegando que podría sufrir apagones si la transición se producía demasiado pronto.
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Jari Tanner informó en Helsinki.