ONU investiga denuncias contra policías egipcios en la COP27
La ONU investiga denuncias de mala conducta de parte de la policía egipcia encargada de la seguridad en la COP27, una cumbre internacional sobre clima realizada en Egipto
La ONU dijo el domingo que ya investiga denuncias de mala conducta de parte de la policía egipcia encargada de la seguridad en un foro internacional sobre clima realizado en Egipto.
Esto sigue a las afirmaciones de que los asistentes a los eventos en el pabellón alemán de la cumbre COP27 fueron fotografiados y filmados después de que Alemania organizó un evento allí con la hermana del activista egipcio Alaa Abdel Fattah, quien también tiene ciudadanía británica. Abdel Fattah lleva nueve años encarcelado y ahora está en huelga de hambre; se hizo prominente a raíz de su participación en las manifestaciones a favor de la democracia en 2011.
La oficina climática de la ONU confirmó en un comunicado que algunos de los agentes de seguridad en el evento eran egipcios.
Esto se debió a la “gran escala y complejidad” de un evento como el COP27, dijo el organismo mundial. Agregó que el trabajo de ellos se lleva a cabo “bajo la dirección del Departamento de Protección y Seguridad del Sistema de las Naciones Unidas (UN DSS)”.
“Los oficiales de seguridad proporcionados para esta COP por el país anfitrión son de la policía nacional”, dijo. “Están aquí para ayudar a fortalecer el lugar y garantizar la seguridad de todos los participantes”.
“UN DSS ha sido informado de violaciones al código de conducta y está investigando estos informes”, agregó la oficina climática en su comunicado.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania dijo el sábado que estaba en contacto con las autoridades egipcias sobre los incidentes en su pabellón.
Las autoridades egipcias no han comentado al respecto.
El hecho de que Egipto sea el anfitrión de la cumbre internacional ha vuelto notorio su historial de derechos humanos.
El gobierno ha mantenido una represión generalizada a la disidencia en los últimos años, deteniendo a unas 60.000 personas, muchas sin juicio, según un recuento de 2019 de la organización Human Rights Watch.
La familia del activista Abdel-Fattah ha denunciado que no han recibido pruebas de que todavía está vivo desde que dejó de beber agua el 6 de noviembre, y no han recibido ninguna comunicación de él desde el 31 de octubre, cuando anunció su huelga de hambre y agua.