Los partidos tradicionales tratan de frenar a populistas en las elecciones en Portugal
Las urnas abrieron el domingo para las elecciones generales en Portugal, en un contexto de escándalos de corrupción y dificultades económicas que han erosionado la confianza en los partidos moderados tradicionales y podrían llevar a un número significativo de votantes a los brazos de un partido radical populista de derechas.
Una serie de escándalos de corrupción ha salpicado a los dos partidos que se han alternado en el poder durante décadas, el Partido Socialista de centroizquierda y el Partido Socialdemócrata, de centro derecha y que se presenta con dos pequeños aliados en una coalición llamada Alianza Democrática. De todos modos, se espera que esos partidos tradicionales sean los más votados.
La frustración ciudadana con la política convencional ya iba en aumento antes de los nuevos casos de corrupción. Los salarios bajos y el alto coste de la vida, agravado el año pasado por un repunte de la inflación y las tasas de interés, así como una crisis de vivienda y los problemas en el servicio de salud pública, han contribuido al descontento.
Ese malestar ha sido avivado por Chega (Basta), un partido populista que podría ser el principal beneficiado del ánimo del publico.
Se espera que Chega sea el tercer partido más votado en un giro político a la derecha que ya se ha visto en otros lugares de Europa. España y Francia han registrado tendencias similares en los últimos años.
Chega podría incluso terminar como socio clave si un partido más grande necesita el apoyo de rivales más pequeños para formar gobierno.
Las elecciones se celebraban porque el líder socialista António Costa renunció en noviembre tras ocho años como primer ministro, en medio de una pesquisa de corrupción que afecta a su jefe de gabinete. Costa no ha sido acusado de ningún delito.
Los socialdemócratas también se vieron avergonzados justo antes de la campaña electoral por un escándalo de sobornos que provocó la renuncia de dos miembros destacados del partido.
Entre tanto, los votantes han expresado su alarma por el nivel de vida de Portugal ante crecientes presiones financieras.
La influencia de inversionistas extranjeros de bienes raíces y turistas que buscan alquileres de corto plazo impulsó los precios en viviendas, especialmente en grandes ciudades como la capital, Lisboa, donde los precios expulsan a muchos vecinos del mercado.
La economía parece estancada a baja velocidad. Los portugueses, que están desde hace mucho entre los europeos occidentales que menos ganan, ingresaron de media unos 1.500 euros (1.640 dólares) mensuales antes de impuestos el año pasado, lo que apenas basta para arrendar un apartamento de una habitación en Lisboa. Unos 3 millones de trabajadores portugueses ganan menos de 1.000 euros (1.093 dólares) al mes.
El número de personas sin un médico de familia asignado, mientras tanto, subió a 1,7 millones el año pasado, la cifra más alta de la historia y por encima de los 1,4 millones de 2022.
El líder socialista Pedro Nuno Santos, de 46 años, candidato de su partido a primer ministro, promete un cambio con un “nuevo impulso” del que ha dado pocos detalles. Pero no ha roto con miembros veteranos del partido que trabajaron en gobiernos previos.
El líder socialdemócrata Luis Montenegro, de 51 años y que probablemente se convertiría en primer ministro si gana la Alianza Democrática, dice que incluiría personas no afiliadas al partido en su gobierno.
El líder del partido Chega, Andre Ventura, ha canalizado el descontento y ganado apoyos entre los jóvenes en redes sociales. Chega, que apenas tiene cinco años, logró su primer escaño en la cámara portuguesa de 230 puestos en 2019. En 2022 pasó a 12 escaños, y las encuestas sugieren que podría lograr más del doble en estos comicios.
Ventura dice que está dispuesto a eliminar algunas de las propuestas más controversiales del país —como la castración química de algunos delincuentes sexuales y la introducción de penas de cárcel vitalicias— si eso le abre la puerta a entrar en una posible alianza de gobierno con otros partidos de derechas.
Su insistencia en la soberanía nacional sobre la integración de la Unión Europea y su plan de conceder a la policía el derecho a la huelga son otros asuntos que podrían frustrar sus ambiciones de entrar en un gobierno de coalición.
Ventura ha tenido una carrera variada. Ha pasado de abogado y profesor universitario especializado en derecho fiscal a bullicioso tertuliano de televisión, autor de libros informales y orador grandilocuente durante la campaña.