La UE enfrenta una dura prueba para mantener sus promesas a Ucrania
Los líderes de la Unión Europea comenzaron el jueves una cumbre de dos días con esfuerzos por mantener intactas sus dos promesas fundamentales a Ucrania sobre la guerra: darle dinero y recursos para hacer frente a la invasión rusa y mantener sus esperanzas de que algún día podrá unirse al adinerado bloque.
La amenaza a ese compromiso no procedía del exterior sino de Hungría, un miembro cada vez más reacio. La imagen del caluroso apretón de manos de su primer ministro, Viktor Orban, con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, hace dos meses aún se cernía sobre la cumbre.
Orban llegó a la cita con la promesa de bloquear los planes de sus 26 colegas de declarar oficialmente que las negociaciones de membresía con Ucrania pueden comenzar y, algo más urgente, negar a Kiev los 50.000 millones de euros (54.000 millones de dólares) en ayuda financiera que el país necesita con urgencia para mantenerse a flote.
“La Unión Europea está a punto de cometer un error terrible y hay que detenerla, aunque los 26 quieran hacerlo y seamos los únicos en contra”, dijo en declaraciones publicadas por su oficina el jueves. “Esto es un error, estamos destruyendo la Unión Europea”,
El desafío se producía en un momento especialmente difícil para el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, justo después de un viaje a Washington en el que sus peticiones de más ayuda del Congreso estadounidense cayeron en saco roto. Se esperaba que después viajara a Bruselas para defender su posición también allí, aunque el jueves por la mañana no había confirmación oficial de su asistencia.
“Sin duda debemos transmitir una sensación de seguridad en el presupuesto, especialmente después de la decepción en Estados Unidos”, dijo un diplomático europeo de alto nivel que pidió permanecer en el anonimato porque las negociaciones aún no habían comenzado,
La urgencia por encontrar una solución era equivalente al posible golpe a la credibilidad de la UE.
“Lo que haga falta" era el lema de la UE al prometer un apoyo firme, cuando los mandatarios se vistieron en los colores amarillo y azul de la bandera ucraniana y se pronunciaron un sinfín de discursos que terminaban con el grito de batalla “¡Slava Ukraini!” ("¡Gloria a Ucrania!").
La UE, un grupo de 27 países que aún atesoran su independencia en cuestiones estratégicas y de política exterior, opera por unanimidad en la mayoría de asuntos relacionados con Ucrania, y ahora muchos ven a Orban como la sombra de Putin en la cumbre, su herramienta para destruir el apoyo de la UE a Zelenskyy.
Las diferencias de Orban con sus homólogos de la UE no son nuevas, y van desde disputas sobre el dinero de recuperación de la pandemia a su menguante respeto a los principios democráticos occidentales que son la esencia de la UE. Sin embargo, es el líder europeo que lleva más tiempo en el cargo y sabe cómo manejar las cumbres como pocos. En varias ocasiones ha logrado concesiones financieras en las reuniones comunitarias para reforzar su maltrecha economía.
Eso podría resultar útil en los próximos días.
“Debemos ser claros, esto no es un bazar (...) donde se puede intercambiar cualquier cosa por otra. Este es un momento decisivo en el que debemos mostrar que seguimos apoyando a Ucrania en plena unidad”, dijo la víspera de la cumbre Alexander de Croo, primer ministro de Bélgica.
La UE cedió el miércoles y dio acceso a Hungría a unos 10.000 millones de euros (11.000 millones de dólares) en fondos congelados después de que la Comisión bloqueara una cantidad de dinero considerable por temor a que la deriva antidemocrática de Orban pudiera poner en peligro los principios del bloque.
Si Orban sigue negándose a apoyar a Ucrania, dijo el funcionario de alto nivel, “también podemos proceder con 26. Será más complicado, pero si tenemos que hacerlo, desde luego lo haremos”.
Orban ha denunciado corrupción en Ucrania y reclamado una “conversación estratégica” sobre el futuro del país en Europa conforme la guerra con Rusia se atasca y crecen las preocupaciones sobre qué clase de gobierno podría formarse en Washington tras las elecciones estadounidenses del año que viene.
En declaraciones ante legisladores en el parlamento húngaro, Orban dijo el miércoles que “aún no ha llegado” el momento de llevar a Ucrania a la UE, y que antes de comenzar las conversaciones de membresía con Kiev debería establecerse primero una alianza estratégica,
“Nos interesa una Ucrania próspera y en paz, pero eso requiere establecer la paz tan rápido como sea posible y un estrechamiento deliberado de la alianza estratégica”, dijo Orban, que estimó que ese proceso podría tomar “unos años”.