La migración no autorizada a la UE disminuyó en los primeros ocho meses del año
La migración no autorizada a los países de la Unión Europea (UE) disminuyó significativamente en total en los primeros ocho meses de este año, a pesar de que la retórica política y la violencia contra los inmigrantes aumentaron, y los partidos de extrema derecha que apoyan políticas contra la migración ganaron terreno en las urnas.
No obstante, hubo un aumento en las llegadas de migrantes a las islas Canarias, un archipiélago español cerca de la costa africana que se utiliza cada vez más como trampolín alternativo hacia la Europa continental.
La migración irregular dominó las elecciones parlamentarias europeas en junio e influyó en las recientes votaciones estatales en el este de Alemania, donde un partido de extrema derecha ganó por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. El gobierno alemán anunció esta semana que expandirá los controles fronterizos en su territorio luego de los recientes ataques de extremistas.
¿QUÉ MUESTRAN LAS CIFRAS?
A pesar de los debates acalorados, los cruces irregulares por las fronteras del sur de la UE -la región que registra la mayor cantidad de migración no autorizada- se redujeron 35% de enero a agosto, según las últimas cifras preliminares compiladas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Casi 115.000 migrantes -menos del 0,03% de la población de la UE- llegaron sin permiso al bloque europeo a través de las rutas mediterráneas y atlánticas en lo que va del año, en comparación con 176.252 del mismo período del año pasado, dice la ONU. En contraste, más de un millón de personas ingresaron a la UE en 2015, la mayoría de ellas para huir del conflicto en Siria.
Los datos compartidos por Frontex, la agencia de guardacostas y fronteras de la UE, muestran una tendencia similar: los cruces no autorizados por las fronteras del sur de la región cayeron un 39% en total este año en comparación con el año pasado.
“La emergencia no es numérica este año, ni lo fue el año pasado”, dijo Flavio di Giacomo, portavoz de la oficina para el Mediterráneo de la OIM, a The Associated Press.
Camille Le Coz, directora asociada del Instituto de Política Migratoria, un grupo europeo de expertos sin fines de lucro para mejorar la inmigración y generar políticas de integración mediante investigación y análisis, dijo que la migración irregular “está recibiendo demasiada atención en comparación con el alcance del problema y en comparación con otros problemas que Europa debería abordar, como el cambio climático”.
La ruta más utilizada por los migrantes es la del norte de África, que atraviesa el peligroso Mediterráneo central hasta Italia. Sin embargo, un 64% menos migrantes desembarcaron en Italia este año que durante el mismo período en 2023, según cifras de la OIM y Frontex, la agencia fronteriza de la UE.
Los expertos dicen que eso es resultado de las medidas enérgicas apoyadas por la UE en Túnez y Libia, que tienen un precio para los migrantes, muchos de los cuales son detenidos sistemáticamente y abandonados en el desierto.
No obstante, está por verse cuánto tiempo se mantendrá la tendencia a la baja. Los contrabandistas de personas siempre se adaptan rápidamente y encuentran nuevas rutas para evitar los controles fronterizos. En el Mediterráneo oriental, la segunda ruta más empleada, las redes de contrabando utilizan ahora lanchas rápidas de forma cada vez más agresiva para evitar los controles y apuntar a las islas más alejadas de la costa turca en el mar Egeo central, según las autoridades griegas.
Los datos de la ONU muestran que el número de migrantes que llegaron a Grecia por mar y tierra durante los primeros ocho meses del año aumentó un 57%.
AUMENTO ALARMANTE EN EL ATLÁNTICO
Por otra parte, la migración irregular desde África occidental hacia las islas Canarias a través del Atlántico, la tercera ruta más utilizada, se ha más que duplicado: más de 25.500 migrantes —en su mayoría de Mali, Senegal y otros países de África occidental— llegaron a las Canarias hasta el 31 de agosto, dice la ONU.
Un sinnúmero de migrantes han desaparecido a lo largo de la ruta, donde los potentes vientos y las fuertes corrientes del Atlántico juegan en su contra. Varias embarcaciones de migrantes, que transportaban solo los restos de ciudadanos malienses, mauritanos y senegaleses se han encontrado este año a la deriva hasta el mar Caribe y las costas de Brasil. Es difícil verificar las cifras exactas, pero Caminando Fronteras, un colectivo español de defensa de los derechos de los migrantes, ha reportado más de 4.000 muertos o desaparecidos.
La tendencia tiene a las autoridades españolas en alerta para el otoño, cuando las condiciones en el Atlántico son más favorables para el viaje. La peligrosidad de la ruta parece haber hecho poco para disuadir a los migrantes potenciales, cuyas filas se han engrosado y ahora incluyen a personas de Siria y Pakistán, según los rescatistas.
“Hay situaciones que necesitan ser abordadas, como la situación en las islas Canarias”, reconoció Le Coz.
UNA CRISIS HUMANITARIA
Los inmigrantes adultos que logran llegar a las Canarias suelen seguir su camino, en busca de empleos y seguridad en la España continental u otros países europeos más al norte. Pero ese no es el caso de miles de menores no acompañados. Bajo la ley española, estos jóvenes inmigrantes deben ser acogidos por el gobierno local, lo que genera refugios abarrotados y una crisis política. A principios de este año, los líderes de las Canarias lucharon sin éxito para que otras regiones de España compartieran la responsabilidad.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, viajó recientemente a tres países de África occidental con el objetivo de buscar formas de frenar la migración. En Senegal, él y el presidente Bassirou Diomaye Faye firmaron acuerdos para promover oportunidades de trabajo temporal en España para senegaleses y formación profesional en Senegal. También acordaron intensificar la cooperación policial.
NO HAY SOLUCIONES MÁGICAS
A pesar de los sentimientos antiinmigración actuales, el envejecimiento de la población europea, la disminución de las tasas de natalidad y la escasez de mano de obra no han hecho más que aumentar la necesidad de trabajadores inmigrantes para mantener las pensiones e impulsar el crecimiento económico.
Y mientras los migrantes carezcan de oportunidades en sus propios países, su éxodo continuará. Hay que sumar a eso la creciente inestabilidad y los conflictos en partes de África, Oriente Medio y Asia que han desplazado a millones de personas.
“No existe una disuasión mágica”, dijo Le Coz. “Los migrantes acaban pagando el precio de todo esto: arriesgan sus vidas, realizan trabajos en Europa, donde se enfrentan a un estatus legal incierto durante años, y son vulnerables a todo tipo de explotación”.
Si bien se implementan soluciones a largo plazo para abordar la inmigración no autorizada, como programas de trabajo temporal para migrantes, todavía se quedan cortas.
“Es un paso en la dirección correcta, pero debe hacerse a una escala mucho mayor y necesitan que el sector privado se involucre más”, agregó Le Coz.