El aguacate guatemalteco emerge poco a poco para competir en el mercado de EEUU pese a aranceles
Guatemala quiere emerger como un nuevo proveedor de aguacate para Estados Unidos. Ya tiene la autorización para exportar, pero en seis meses no ha conseguido enviar nada. Aún así, la industria tiene altas expectativas.
De la misma forma en que el país centroamericano ha conseguido en los últimos años llevar la cotizada variedad de aguacate Hass a Europa y otros países del mundo, los productores nacionales esperan hacerse un hueco en el mercado estadounidense que, por décadas, ha estado copado por la fruta mexicana.
Eso, a pesar de que inician el camino en medio de la guerra comercial impulsada por Donald Trump y de que sobre las exportaciones de aguacate de Guatemala ya pesa un arancel del 10%.
“No somos una amenaza en volumen, pero sí en producción, producimos los mejores aguacates del mundo”, defiende Francis Bruderer, presidente de la Asociación de Aguacateros de Guatemala (Anaguacate) en una visita de The Associated Press a su finca en San Miguel Dueñas, en Sacatepéquez.
Una de las rendijas que podría aprovechar el país centroamericano para colocar su fruta en suelo estadounidense vendría de los problemas de seguridad en los principales estados productores de México, Jalisco y Michoacán, que han provocado en alguna ocasión la suspensión de exportación a Estados Unidos.
Pero la industria sabe que hay que empezar poco a poco.
Bruderer reconoce que Guatemala no es ni un productor ni un exportador grande y que está por muy debajo de las cifras de México, pero dice que la producción en Guatemala aumenta cada año. “Ahora son unas 7.000 hectáreas sembradas de la fruta, pero en los próximos 10 años podrían crecer hasta 30.000 las hectáreas”, asegura el empresario.
Cuando Estados Unidos anunció que concedía el permiso al aguacate guatemalteco en noviembre del año pasado, citó estimaciones del Ministerio de Agricultura de Guatemala que proyectaban un aumento de las 1.700 toneladas anuales actuales a 15.000 en 2030. Además, podría generar 13.000 empleos.
El crecimiento del sector es más visible cuando se echa la mirada atrás. En 2022, apenas colocaron en ese mercado 10,8 toneladas métricas.
Según el presidente de Anaguacate, Guatemala ha expandido en los últimos cinco años la siembra de aguacate, colocándose en un tercer lugar de crecimiento en número de hectáreas sembradas, detrás del hule y la palma africana.
Y también ha despertado el interés de inversionistas. A pesar de que aún hay algunos obstáculos para iniciar la exportación hacia Estados Unidos, la semana pasada, Mission Produce, una empresa de capital estadounidense con sede en California, inauguró una de las plantas más grandes de empaque. Planea entrar en funcionamiento en agosto y generar cientos de empleos.
“Guatemala es una potencia emergente en la industria mundial del aguacate”, destacó Juan Rodolfo Wiesner, presidente de Mission Produce para Sudamérica y Centroamérica. Steve Barnard, el director ejecutivo del que es uno de los mayores proveedores de aguacate del mundo, lo consideró una “inversión estratégica”. La compañía ya exporta la fruta desde México y Perú.
También el presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, presente en la visita a la planta, ve al sector como una oportunidad “significativa para promover el desarrollo rural y el crecimiento económico sostenible”.
Entre los pasos que el país aún debe solventar para iniciar la exportación a su vecino del norte, Bruderer menciona los controles fitosanitarios. Hace falta que el gobierno asigne recursos al Programa de Inspección de Protección Fitosanitaria de la Agricultura para ejercer ese control en la producción y empaque que exige EEUU para asegurar que la fruta exportada está libre de plagas.
“En el mundo de los comestibles, cada vez quieren lo más puro posible”, dice. También busca alternativas para proteger los cultivos de plagas. “Uno de nuestros agricultores nos dio la idea de proteger cada fruta con una bolsita de polipropileno tejido que hace la función de proteger de plagas o daños que pudiera sufrir la fruta en su crecimiento”.
Pero además, la entidad que hace el control requiere que se le asignen recursos “para que los supervisores puedan ir a las fincas y entonces nos den el sello de que todo está bien”, dice el empresario.
Por su parte, el gobierno de Guatemala, a través de la dirección de comunicación del Ministerio de Agricultura. Ganadería y Alimentación, informó que “el protocolo para la exportación del aguacate aún no ha sido aprobado por Estados Unidos”.
Aunque asegura que se han asignado unos tres millones de dólares al programa que incluye otras certificaciones como es el caso del mango, chile, papaya, tomate, rambután, semillas, plantas ornamentales.
El otro punto a superar es el de los nuevos aranceles impuestos por Trump que, según Bruderer, haría que su producto ingrese más caro al mercado estadounidense. Y al competir con México, Guatemala parte en desventaja. Sus exportaciones estarían gravadas con un 10%, mientras que las mexicanas llegaría en estos momentos sin gravamen. El arancel para el aguacate de México es más alto —un 25%— pero está suspendido por decisión de Trump.
El economista Ricardo Barrientos comenta que aún no se sabe exactamente cómo afectará a la economía de los exportadores los aranceles anunciados, dados los cambios en las decisiones de Trump sobre el tema.
“Hay mucha cautela y temor dentro de los agentes económicos, porque las cosas aún no están definidas. Se está a la expectativa de la negociación que emprenda el gobierno; aún falta que se publique una matriz de producción exportable y cómo afectarían los aranceles impuestos”, dijo Barrientos.
A favor del país está que la producción del cotizado aguacate no está en la mira de los cárteles como sí ha ocurrido en México.
En 2022, Estados Unidos dejó de importar aguacates mexicanos debido a amenazas contra un inspector de sanidad estadounidense. Y, de nuevo, en septiembre de 2024, el gobierno estadounidense anunció que dejaba en manos de las autoridades mexicanas la inspección de aguacates importados luego de más amenazas contra otro inspector sanitario.
Eso no pasa con el sector aguacatero guatemalteco, pero de momento, el mercado estadounidense deberá seguir esperando para tener en sus mesas la fruta que enorgullece a los productores del país y de la que presumen como la mejor del mundo.