Corte deja en firme prohibición de corridas de toros en Colombia e incluye las peleas de gallos

Una corte dejó en firme el jueves la ley que prohíbe las corridas de toros en Colombia, pese a que los toreros pedían que se revocara la decisión, y decidió profundizar en la protección de los derechos de los aninales al incluir la prohibición de las peleas de gallos y otras prácticas.
Las corridas de toros fueron prohibidas en Colombia en julio de 2024, cuando fue firmada por el presidente Gustavo Petro, luego de que el Congreso la aprobara tras intensos debates entre defensores del toreo y animalistas que alegaban maltrato animal. La prohibición se hará efectiva en el 2027, dado que plantea un periodo de transición.
La Corte Constitucional revisó la ley y la encontró ajustada a la Constitución del país, negando así que se estuviera violando el derecho a la libertad de expresión artística y diversidad cultural, como alegaban los toreros.
La ley también prohíbe el rejoneo, que consiste en torear a caballo; las novilladas, en las que se lidian novillos de edades de tres a cuatro años; las becerradas, con machos o vaquillas de edad inferior a dos años; y las tientas, que suelen ser privadas y en las que un torero hace una prueba para seleccionar a las mejores vacas que engendrarán los toros de lidia o los machos sementales.
Colombia salió del reducido grupo de países de tradición taurina en los que es legal la tauromaquia y que incluye a España, Francia, Portugal, Venezuela, Perú, Ecuador y México. En estos dos últimos, se prohíben las prácticas taurinas parcialmente en algunos estados y ciudades.
Los aficionados aún tienen la posibilidad de solicitar a la misma Corte Constitucional que revise su propia sentencia, pero no está claro si lo harán.
Originalmente, la ley excluía de la prohibición las peleas de gallos y las corralejas, en las que aficionados enfrentan a los animales durante festividades tradicionales. Sin embargo, la Corte Constitucional no aceptó la excepción e incluyó las prácticas dentro de la prohibición, dando un plazo de tres años para que quienes las practican hagan una “reconversión laboral y cultural”.
La Federación Nacional de la Gallística Colombiana calcula que unas 290.000 familias vivien de la gallística y tienen un millón de aficionados que ven las peleas. Han pedido al Congreso que regule la actividad, pero que no la prohiba al considerar que es una tradición.
“Miraremos la sentencia y procederemos a mirar si el gobierno cumple con todo lo que promete en ese proyecto en la parte laboral y humana”, dijo a la AP Hugo García, vocero de Galleros Unidos de Colombia. “Como esto es progresivo a tres años, seguiremos peleando para sacar unas nuevas leyes donde respeten el derecho a la cultura y las tradiciones”, agregó.
Tras la ley algunas plazas de toros han sido utilizadas para eventos deportivos o musicales. En el país hay 12 plazas de toros permanentes con capacidades que van desde los 3.000 a los 10.000 espectadores en ciudades capitales y en municipios más pequeños.