AP Fotos: Piezas bélicas se integran en vida diaria en Kiev
Hay sacos de arena protegiendo estatuas y barreras antitaque en las calles, trincheras en los bosques cercanos y avisos de minas terrestres en el monte. Las señales pintadas en las paredes indican el refugio más próximo, mientras las sirenas antiaéreas suenan ocasionalmente en la ciudad, que a veces sufre ataques con misiles.
Pero con el telón de fondo de la guerra, los residentes en la capital de Ucrania, Kiev, viven su vida con tanta normalidad como pueden mientras la guerra entra en su segundo año.
Aunque muchos huyeron en los primeros días tras la invasión, los residentes han regresado gradualmente a su casas a medida que las fuerzas rusas eran expulsadas del norte de la ciudad el año pasado, y el conflicto se centraba principalmente en partes del este y el sur del país.
Tiendas, restaurantes y bares han abierto sus puertas aunque los clientes tienen que terminar la noche antes y correr a casa para cumplir el toque de queda a las 23:00 horas. Nadie presta atención a las angulosas barreras antitanque de acero al lado de la carretera, ni a los montones ocasionales de sacos de arena.
En el exterior del icónico Monasterio de San Miguel de las Cúpulas Doradas, en el centro de Kiev, la gente posa para fotografías junto a tanques y vehículos blindados rusos destrozados. Mientras, las imágenes en el muro que recuerda a los caídos en la lucha Rusia siguen aumentando.
Es una extraña nueva normalidad, donde los duros recordatorios de una guerra brutal se han incorporado al paisaje cotidiano.