Bielorrusia amenaza con interrumpir el suministro de gas de la UE en la disputa por los migrantes
Al menos 13 personas han muerto congeladas en la frontera entre Polonia y Bielorrusia
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, amenazó con cortar el suministro de gas ruso al resto de Europa, en medio de una disputa con la Unión Europea por el paso de migrantes por la frontera.
Lukashenko declaró el miércoles que estaba dispuesto a interrumpir el flujo de gas procedente de Rusia que pasa por Bielorrusia, en el marco de las repercusiones de la crisis fronteriza.
Rusia señaló que esperaba que Bielorrusia no suspendiera el suministro de gas a la UE, alegando que ello “infringiría” las “obligaciones de Rusia para con los compradores de gas europeos”, pero defendió a Lukashenko en la disputa.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Bielorrusia estaba sometida a una presión “sin precedentes, injustificada y agresiva” por parte de la UE.
Añadió que el presidente ruso, Vladimir Putin, había “expresado su comprensión” por la respuesta de Lukashenko.
La UE acusa a Bielorrusia de transportar en avión a miles de personas procedentes de países de Oriente Medio con la intención de que los migrantes crucen al bloque a través de Polonia, Lituania y Letonia.
En respuesta, Polonia amenazó con cerrar su frontera con Bielorrusia, según informó el miércoles la agencia de noticias rusa RIA.
El presidente polaco, Andrzej Duda, aprobó una nueva ley -que sustituye al estado de emergencia a partir de hoy- que permite al gobierno limitar el acceso a las zonas cercanas a la frontera.
La UE propuso ahora restringir algunos derechos de los migrantes en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, donde los grupos de derechos de los refugiados han dicho que al menos 13 personas -incluido un bebé de un año- murieron mientras acampaban a temperaturas bajo cero.
La propuesta de la Comisión Europea permitiría a Polonia, Letonia y Lituania exigir a los migrantes que soliciten asilo solo en lugares designados, como determinados pasos fronterizos, durante los próximos seis meses.
Los solicitantes de asilo podrían permanecer hasta 16 semanas en la frontera, y perderían el derecho permanente a ser retenidos en centros más adecuados dentro del país, y los Estados de la UE estarían obligados a ofrecerles provisiones básicas solo mientras se deciden sus casos.
Erin McKay, responsable de migración europea de Oxfam, subrayó que el plan “pone la política por encima de la vida de las personas”.
Polonia también utilizó los nuevos poderes para ampliar la prohibición de que los medios de comunicación y los activistas de derechos actúen libremente en la zona fronteriza durante tres meses.
Los tres países de la UE defienden su expulsión de los inmigrantes sin evaluar los casos individuales ni concederles una oportunidad adecuada de solicitar asilo, como garantiza el derecho internacional humanitario.
Ylva Johansson, Comisaria de Asuntos de Interior de la UE, dijo que hay unos 8.000 migrantes en los tres países fronterizos.
Alemania reportó que unas 10.000 personas habían llegado al país cruzando primero la frontera bielorrusa, mientras que el gobierno bielorruso dijo que había 10.000 migrantes en Bielorrusia.
Johansson declaró que la crisis parecía haber disminuido en las últimas semanas, con el envío de 1.900 migrantes de vuelta a Irak y el traslado de otros desde la frontera.
Recalcó: “Aunque la situación está disminuyendo, tenemos que permanecer atentos. Las cifras no son elevadas”.
“No se trata principalmente de una crisis migratoria. Se trata de una amenaza híbrida”.
La UE endureció las normas de inmigración desde que en 2015 1,3 millones de personas pidieron asilo en sus países miembros, según un reporte del Pew Research Centre.
Esta cifra es casi el doble del anterior máximo de unas 700.000 personas en 1992 tras el colapso de la Unión Soviética, añade.