Juez australiano considera probado que un veterano asesinó prisioneros en Afganistán
El veterano australiano vivo más condecorado de Australia asesinó a prisioneros y cometió otros crímenes de guerra en Afganistán, según determina un juez que desestimó las alegaciones de Ben Roberts-Smith, galardonado con la Cruz de Victoria, sobre que estaba siendo difamado en los medios
El veterano australiano vivo más condecorado de Australia asesinó a prisioneros y cometió otros crímenes de guerra en Afganistán, según determinó el jueves un juez que desestimó las alegaciones de Ben Roberts-Smith, galardonado con la Cruz de Victoria, sobre que estaba siendo difamado en los medios.
El juez de la Corte Federal Anthony Besanko concluyó que los artículos publicados en 2018 eran fundamentalmente ciertos acerca de varios crímenes de guerra cometidos por Roberts-Smith, excabo del Regimiento de Servicio Aéreo Especial (SAS) y que ahora es ejecutivo de una compañía de medios.
Besanko concluyó que Roberts-Smith, que también recibió la Medalla a la Valentía por su servicio en Afganistán, “rompió las reglas morales y legales de combate” y abochornó a Australia con su conducta.
Una de las acusaciones probadas era que el veterano, hijo de un juez, mató a un prisionero que tenía una pierna prostética disparándole por la espalda con una ametralladora en 2009. Se quedó la prótesis del hombre como recipiente para beber cerveza.
También se le acusa de patear a un campesino esposado y desarmado para arrojarle por un barranco hasta el cauce de un río, donde ordenó a un soldado bajo su mando que matara a tiros al campesino en 2012.
En otra ocasión, Roberts-Smith presionó a un soldado “recién desplegado y sin experiencia” para que matara a un afgano anciano y desarmado para “estrenar al novato”, concluyó la corte.
También se consideraron probadas las acusaciones de que el exmilitar, que mide 2,02 metros (6 pies y 7 pulgadas) de altura, acosó a soldados y agredió a civiles afganos.
Dos de las seis muertes ilegales con supuesta implicación de Roberts-Smith no fueron probadas porque no cumplían los requisitos de probabilidad de la corte civil, indicó el juez.
También se concluyó que los reportes sobre violencia doméstica supuestamente cometida por Roberts-Smith eran difamatorios y no estaban demostrados, aunque el juez consideró que las acusaciones sin probar no habrían dañado más la reputación del veterano.
Si las acusaciones de crímenes de guerra se hubieran presentado ante una corte penal habrían requerido pruebas más contundentes más allá de la duda razonable.
Roberts-Smith, de 44 años, ha negado todas las acusaciones. Sus abogados las habían atribuido a “celos” de “personas amargadas” de las fuerzas especiales que habían liderado una “campaña envenenada en su contra”.
La demanda civil acusaba de difamación a The Sydney Morning Herald, The Age y The Canberra Times por sus artículos.
Nick McKenzie, uno de los responsables de los artículos, elogió a los veteranos del SAS que habían declarado contra el héroe nacional.
“Hoy es un día de justicia. Es un día de justicia para esos hombres valientes del SAS que se alzaron y dijeron la verdad sobre quién es Ben Roberts-Smith: un criminal de guerra, un abusón y un mentiroso”, dijo McKenzie a la prensa ante el tribunal.
El abogado de Roberts-Smith, Arthur Moses, pidió 42 días para valorar si apelaban el fallo ante el pleno de la Corte Federal.
Las costas legales del caso han corrido a cargo del multimillonario Kerry Stokes, presidente ejecutivo de Seven West Media, donde trabaja el veterano.
Roberts-Smith es uno de los militares australianos investigados por la Policía Federal Australiana por supuestos crímenes de guerra en Afganistán.
Los primeros cargos por supuesta muerte ilegal en Afganistán se presentaron en marzo. El expatrullero del SAS Oliver Schulz fue acusado de crimen de guerra por el asesinato de un afgano que murió baleado en 2012 en un campo de trigo en la provincia de Uruzgan.