Inauguran los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing bajo críticas por derechos humanos
Varias naciones occidentales criticaron el historial de derechos de China al mismo tiempo que transcurren protestas en todo el mundo
La última vez que Beijing fue sede de los Juegos Olímpicos, en verano del 2008, la abogada por los derechos humanos uigur Rayhan Asat se despertó temprano llena de emoción para ver el relevo de la antorcha olímpica en la ciudad china de Wuhan.
Ahora, a medida que los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 están a punto de comenzar, Asat es una de las muchas personas en todo el mundo que protestan contra los Juegos y cuestionan el historial de derechos humanos de China.
“Mientras China disfruta de la gloria de albergar los Juegos Olímpicos y refuerza su posición, no puedo imaginar la traición que sienten los inocentes uigures ante la cobardía de muchos líderes mundiales”, dijo Asat, quien ahora reside en los EE.UU.
“Permitir que un país que comete tales atrocidades sea sede de los Juegos Olímpicos es una mancha en nuestra conciencia”, expresó a The Independent por teléfono desde New Haven, Connecticut.
La partidaria de derechos humanos ha abogado por la liberación de su hermano, Ekpar Asat, un empresario uigur de Xinjiang que desapareció en 2016 después de asistir a un curso patrocinado por el Departamento de Estado de EE.UU. y se reportó que fue encarcelado por 15 con cargos por “incitar odio étnico y discriminación étnica”.
Asat no es ni la primera ni la única en denunciar al gobierno chino y los Juegos Olímpicos de Invierno.
Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá y varias otras naciones occidentales organizan un boicot diplomático por las muchas denuncias de abusos llevados a cabo por China contra la minoría uigur en Xinjiang, mientras que ha habido protestas en todo el mundo y varios activistas, entre ellos exiliados tibetanos, que marchan en Delhi y fuera de la sede del COI (Comité Olímpico Internacional) en Suiza.
Los tibetanos étnicos constituyen más del 80 por ciento de la población en la Región Autónoma del Tíbet, una de las áreas más restringidas de China. Los críticos, encabezados por el líder espiritual tibetano exiliado, el Dalai Lama, dicen que el gobierno de Beijing es un “genocida cultural”.
Las principales organizaciones de derechos humanos, incluida Amnistía Internacional, también han expresado su preocupación por el historial de derechos de China.
“No se debe permitir que los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing pasen como una mera oportunidad para que las autoridades chinas puedan lavarse las manos con el deporte, y la comunidad internacional no debe convertirse en cómplice de un ejercicio de propaganda”, dijo Alkan Akad, investigador de China de Amnistía Internacional.
Tras el creciente escrutinio mundial, Beijing ha negado una y otra vez las acusaciones de abusos de derechos humanos en su contra y dice que se opone a la “politización” de los deportes.
“El llamado problema de los derechos humanos en China es una mentira inventada por personas con motivos ocultos”, dijo el jueves Zhao Weidong, portavoz de los Juegos de Beijing.
Además, el gobierno chino advirtió a los atletas que tengan cuidado con lo que dicen durante los Juegos, ya que cualquier discurso en contra del espíritu olímpico o las leyes chinas estaría “sujeto a algún castigo”.
El COI ha evadido en gran medida las preguntas acerca de las supuestas violaciones de derechos humanos de China y, en cambio, enfatiza la necesidad de que la organización permanezca neutral en cuestiones políticas.
“Si nos metemos en medio de tensiones, disputas y enfrentamientos de los poderes políticos, entonces ponemos en riesgo los Juegos”, dijo el jueves el presidente del COI, Thomas Bach.
Sin embargo, los grupos de lucha por los derechos humanos todavía instan al COI a garantizar que la libertad de expresión de los atletas esté protegida en Beijing.
“Los atletas no deberían tener que temer por su seguridad cuando van a China”, dijo Noah Hoffman, esquiador estadounidense que representó dos veces a EE.UU. y miembro de la junta de Global Athlete, en una declaración conjunta emitida por más de 130 organizaciones de derechos humanos.
“Es inaceptable en su totalidad que los atletas tengan que autocensurarse en materia de derechos humanos y otros temas, para evitar ser censurados o enviados a casa por el gobierno chino”, agregó.
Algunos activistas han criticado al COI por no haber desafiado a China en cuestiones de derechos humanos.
“[El COI] sabe que la situación de derechos humanos en China se deteriora, pero se niega a ejercer presión alguna sobre el gobierno chino”, dijo a The Independent el abogado y activista chino por los derechos humanos Teng Biao.
Teng dijo que el gobierno chino prometió abordar los problemas de derechos humanos y mejorar el estado de derecho en la preparación para los Juegos Olímpicos de 2008, pero al final no cumplió sus promesas.
En un discurso ante el COI el jueves, el presidente chino, Xi Jinping, dijo que China estaba lista para albergar los Juegos de Invierno, después de haber defendido el espíritu olímpico desde 2008 hasta 2022. Xi dijo que China haría todo lo posible para ofrecer unos Juegos “simplificados, seguros y esplendorosos” Juegos.
Sin embargo, para muchos activistas, esas palabras carecen de ningún significado.
La activista de Hong Kong, Frances Hui, dijo que esperaba que la dramática represión de China en el territorio desde el 2019 recordara a la comunidad internacional las promesas que el gobierno chino no ha cumplido a lo largo de los años.
Después de meses de protestas contra el proyecto de ley de antiextradición en 2019, las autoridades de Hong Kong implementaron una controversial ley de seguridad nacional, acabaron con varios medios de comunicación a favor de la democracia y detuvieron a decenas de manifestantes y expolíticos liberales.
En el último acontecimiento de este tipo, el activista veterano de Hong Kong Koo Sze-yiu fue arrestado el viernes, días después de que anunciara sus planes de protestar en los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing frente a las oficinas gubernamentales de la ciudad, según los medios locales.
“Los habitantes de Hong Kong tenían la esperanza, sobre todo en 1997 y 2008, de que el gobierno chino continuaría dando a la gente de Hong Kong la libertad y la autonomía que había prometido”, dijo Hui a The Independent.
“Ahora muchos son condenados a prisión mientras que otros tienen que huir de su ciudad natal”, agregó. “La sociedad civil de Hong Kong fue desmantelada por completo con la pérdida de la libertad de expresión”.