Exmentor de Epstein y expropietario del New York Post, Steven Hoffenberg, encontrado muerto
El hombre de 77 años pasó 18 años en prisión después de que lo condenaran por realizar un esquema Ponzi de US$500 millones
A Steven Hoffenberg, exmentor de Jeffrey Epstein y antiguo propietario del New York Post, lo encontraron muerto, según los informes.
Al cuerpo de Hoffenberg lo descubrió la policía mientras realizaban un control de bienestar en su casa en Derby, Connecticut.
El hombre de 77 años pasó 18 años en prisión luego de que lo condenaran por realizar un esquema Ponzi (forma de estafa piramidal que atrae inversores y paga a los inversores anteriores con el dinero de los más recientes) de US$500 millones a principios de la década de 1990.
El Departamento de Policía de Derby declaró que acudieron a la casa en Mount Pleasant St para realizar un control de bienestar (cuando una persona le pide a las autoridades revisar que otra está a salvo) a las 8:00 pm del martes, en un comunicado publicado en Facebook donde no se identificaba a Hoffenberg.
Una autopsia inicial no encontró signos de trauma y aún no se ha revelado la causa de la muerte. No está claro cuándo murió Hoffenberg y la policía revisa los registros dentales para confirmar su identidad.
El departamento de policía aclaró que su cuerpo “no estaba en un estado en el que no se pudiera hacer una identificación visual”.
Dailymail.com, quien dio a conocer la noticia de la muerte de Hoffenberg, informó que una de las víctimas de abuso de Epstein, Maria Farmer, se había puesto en contacto con la policía después de preocuparse por Hoffenberg.
Farmer le contó a Dailymail.com que “Hoff” era uno de sus amigos más queridos y era “más como un padre que mi propio padre para mí”.
Ella detalló que se preocupó porque Hoffenberg había estado mal de salud después de que le diagnosticaran covid-19.
La hermana de Farmer, Annie, fue una de las cuatro mujeres que testificaron contra Ghislaine Maxwell durante su juicio por tráfico sexual infantil el año pasado.
En 1995, Hoffenberg se declaró culpable de ejecutar uno de los esquemas Ponzi más grandes en la historia de EE.UU. a través de la empresa de cobro de deudas Towers Financial Corporation, la cual dirigía junto a Epstein.
Hoffenberg y Epstein se dieron la gran vida durante años antes de que la compañía colapsara, usaron los fondos de los inversionistas para comprar casas en Manhattan, Florida y una mansión en Long Island mientras volaban a todas partes en un avión privado.
Más tarde demandó a Epstein y afirmó que, de hecho, había sido el autor intelectual de la estafa. También aseguró que esta era la fuente misteriosa de la riqueza del difunto pedófilo.
Después de que Epstein muriera en prisión mientras esperaba juicio por tráfico sexual de menores en 2019, Hoffenberg le contó al Washington Post que Epstein había sido el “arquitecto de la estafa”.
“Pensaba que Jeffrey era el mejor estafador que existe”, le dijo Hoffenberg al Post.
“Talento, carisma, genio, cerebro criminal. Teníamos algo que podía hacer mucho dinero. Lo llamamos Ponzi”.
Hoffenberg es mejor conocido por ser dueño durante poco tiempo del New York Post en un periodo turbulento para el periódico a principios de la década de 1990.
Al escribir para The Independent en 1993, Michael Leapman informó que se volvió dueño del periódico sensacionalista después de que Rupert Murdoch lo tuviera que vender cuando compró la cadena de televisión Fox debido a las leyes de propiedad cruzada de los medios.
Los intentos del nuevo propietario, Peter Kalikow, de obtener ganancias al cambiar el Post de un periódico vespertino a uno matutino fracasaron rotundamente, lo que provocó la pérdida de publicaciones y renuncias de muchos trabajadores.
Hoffenberg intervino para comprar el periódico cuando estaba al borde de la bancarrota a finales de 1992.
Su breve mandato como propietario llegó a su fin tres meses después, cuando lo obligaron a marcharse.
Hoffenberg alquiló un piso completo de la Torre Trump y luego aseguró que “la gente de Donald era mi gente”.
Su empresa, Towers Financial, comenzó como una empresa de cobro de deudas, compraba facturas médicas sin pagar y cobraba la mayor cantidad posible de la deuda pendiente.
A medida que la empresa crecía, Hoffenberg hizo una adquisición hostil de la ahora desaparecida aerolínea Pan Am en 1987.
En ese momento, había comenzado a desviar cientos de miles de dólares en fondos de inversionistas de las compañías de seguros que adquirió como parte de la estafa que al final lo llevó a prisión durante casi dos décadas.