Un mexicano recibe la Orden del Imperio Británico en el Jubileo de la Reina Isabel
El científico mexicano ha entregado su vida a luchar contra el cáncer. Luego de estudiar en Harvard y Stanford, la UNAM sigue siendo para él la mejor universidad y aquella a la que le agredece todo lo que ha hecho
En los días pasados, el Reino Unido celebró el Jubileo de la reina Isabel II, fiesta que incluyó el nombramiento de varias personas como Oficial de la Orden del Imperio Británico, uno de los honores más altos que otorga la monarquía y que tiene un significado especial este 2022.
OBE significa Officer of the Most Excellent Order of the British Empire y es una de las categorías de un sistema de reconocimiento a la labor extraordinaria de civiles y miembros de las fuerzas armadas. Este es el honor que recibió el doctor José Alejandro Madrigal Fernández, un mexicano que, en su adolescencia, tuvo que vender ropa y zapatos de puerta en puerta para solventar los gastos de su familia.
"No lo podía creer, uno nunca espera que estas cosas lleguen", expresó el científico en una entrevista para BBC Mundo.
Madrigal fue informado en una carta que sus aportes a la ciencia al frente de la Fundación Anthony Nolan y como uno de los creadores de los bancos de médula ósea en el mundo, le abrieron un espacio en la lista de personas cuyos logros y servicios al país serían reconocidos por la Reina.
“Llega una carta hace dos semanas de la reina donde dice que por recomendaciones del primer ministro de Inglaterra, Boris Johnson, la reina ha aceptado proponerme como miembro de lo que se llama Officer of the British Empire, que en el año del jubileo, sobre todo en este momento es algo muy especial’’, afirmó el hematólogo en otra entrevista para Canal 11.
Alejandro nació en la Ciudad de México y tuvo un inicio difícil en el sistema educativo, debido a que era zurdo y disléxico, por lo que recibió varios castigos a lo largo de los años de primaria y la secundaria, pues los deportes tampoco eran muy lo suyo.
Quedó huérfano de padre a los 17 años por lo que, junto con sus tres hermanos, tuvo que trabajar desde esa edad para mantener a la familia.
“Me enseñó a luchar y a seguir adelante y empecé a trabajar y a estudiar al mismo tiempo y buscando opciones para seguir mi carrera. me enamoré de la medicina, yo digo que la medicina vino a buscarme, hay un poema muy bonito de Pablo Neruda que dice cómo la poesía vino en busca de él, yo digo que la medicina vino en busca mía y me rescató y me llevó”, asegura el doctor.
Sin embargo, su vida cambió luego de ganar una beca para estudiar computación, lo que le permitió trabajar en programación.
"Empecé a estudiar como loco, terminé la preparatoria con grado de excelencia y luego vino la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México)", relata con emoción sobre su Alma Mater.
Estudió medicina en la máxima casa de estudios del país, que considera la mejor del mundo, aunque ha cursado diferentes grados en universidades de prestigio de Estados Unidos y Reino Unido.
"Tuve la fortuna de estudiar en universidades muy reconocidas y por eso me dicen que tengo muy buen pedigrí, pero cuando me preguntan cuál es la universidad que más quiero, digo que es la UNAM", cuenta Madrigal.
En Harvard compartió aulas con el premio Nobel Baruj Benacerraf; y el inmunólogo Edmond Yunis, que se convirtió en su mentor y le mostró el camino en la investigación sobre el cáncer. Ambos, de origen latinoamericano, le ayudaron con el tema del idioma del que tenía un conocimiento apenas básico.
Luego estudió un doctorado en la Universidad de Londres y el postdoctorado en Stanford. Después, en 1993, fue seleccionado entre 60 candidatos, para liderar la investigación científica de la Fundación Anthony Nolan, creada en 1974 cuando el hijo de Shirley Nolan, la fundadora, no consiguió sobrevivir al síndrome de Wiskott-Aldrich, un trastorno sanguíneo con el que nació y que requería un trasplante de médula ósea.
Anthony murió en 1979, a los 7 años, pues ningún familiar era compatible para ser donante. Sin embargo, su madre fue pionera del primer registro de donantes de médula ósea para el tratamiento de leucemia y otros padecimientos.
Madrigal siguió este trabajo por todo el mundo, ayudando a varios países a iniciar su registro. “Actualmente hay 40 millones de donantes”, asegura.
También ayudó a establecer el primer banco de cordón umbilical de Reino Unido, con fines de trasplante e investigación.