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Operarios en helicóptero y a caballo buscan a desaparecidos en inundaciones en Texas

Nadia Lathan,John Seewer
Miércoles, 09 de julio de 2025 03:30 EDT
AMN-CLI TEXAS-INUNDACIONES
AMN-CLI TEXAS-INUNDACIONES (AP)

Mientras en Texas continuaba la búsqueda el miércoles de las más de 160 personas que se cree están desaparecidas días después de que una destructiva pared de agua matara a más de 100 personas, la magnitud total de la catástrofe aún no se ha revelado, ya que las autoridades advirtieron que podrían aparecer más víctimas no contabilizadas entre las enormes pilas de escombros que se extienden por kilómetros (millas).

"Sepan esto: no pararemos hasta que se localice a cada desaparecido. Sepan también esto: es muy probable que se añadan más nombres más a esa lista", dijo el gobernador, Greg Abbott, en una conferencia de prensa el martes.

Según Abbott, las autoridades han estado buscando más información sobre quienes estaban en la región de Hill Country durante el feriado del 4 de julio, pero no se habían registrado en ningún campamento u hotel y podrían haber estado en la zona sin que muchos lo supieran.

Las tierras bajas del condado de Kerr, a orillas del río Guadalupe, donde se han recuperado la mayoría de las víctimas de la inundación repentina hasta ahora, están llenas de campamentos juveniles y zonas de acampada, incluyendo Camp Mystic, un campamento cristiano para niñas con un siglo de antigüedad donde fallecieron al menos 27 campistas y monitores. Las autoridades indicaron el martes que cinco campistas y una monitora seguían desaparecidas.

Equipos en hidrodeslizadores, helicópteros y a caballo, junto con cientos de voluntarios, forman parte de uno de los operativos de búsqueda más grandes en la historia de Texas.

La inundación repentina es la más letal de las registradas en zonas interiores de Estados Unidos desde la del Cañón Big Thompson en Colorado el 31 de julio de 1976, que dejó 144 fallecidos, apuntó Bob Henson, meteorólogo de Yale Climate Connections. Entonces, la crecida barrió un estrecho cañón lleno de gente en un fin de semana feriado por el centenario de Colorado.

Las autoridades responsables de la localización de las víctimas enfrentan preguntas cada vez más acuciantes sobre quién estaba a cargo de monitorear el clima y advertir que la crecida se dirigía hacia los campamentos y viviendas.

Abbott prometió que las labores de búsqueda no cesarán hasta que se dé con todos los desaparecidos. Además, dijo que el presidente, Donald Trump, se ha comprometido a proporcionar toda la ayuda que Texas necesite para recuperarse de la tragedia. Trump planea visitar el estado el viernes.

Escenas de devastación en Camp Mystic

Fuera de las cabañas donde dormían las niñas en Camp Mystic, mantas y almohadas manchadas de lodo salpicaban una colina cubierta de hierba que desciende hacia el río. Entre los escombros había también equipaje rosa, púrpura y azul decorado con pegatinas.

Entre los fallecidos allí había una estudiante de segundo grado que amaba los brillos rosados y los lazos, una consejera de 19 años que disfrutaba orientando a niñas jóvenes y el director del campamento, de 75 años.

Las riadas se produjeron antes del amanecer del viernes, después de que las lluvias torrenciales hicieran bajar el agua a toda velocidad por las colinas hacia el río Guadalupe, provocando una crecida de ocho metros (26 pies) en en menos de una hora. Algunas campistas tuvieron que salir nadando por las ventanas de las cabañas para ponerse a salvo, mientras que otras se aferraron a una cuerda mientras se dirigían a una zona más elevada.

Solo dos días antes, los inspectores estatales habían aprobado el plan de emergencias del recinto. Pero los reportes de inspección de cinco años facilitados a The Associated Press no ofrecen detalles sobre cómo se instruiría a las campistas sobre la evacuación ni las tareas específicas asignadas a cada miembro del personal y monitor.

Aunque es difícil atribuir un único fenómeno meteorológico al cambio climático, los expertos dicen que una atmósfera y océanos más cálidos hacen que aumenten las probabilidades de tormentas catastróficas.

¿Dónde estaban las advertencias?

También aumentaron las preguntas sobre qué acciones, si es que hubo alguna, tomaron las autoridades locales para advertir a los campistas y residentes que estaban en una zona pintoresca conocida desde hace mucho por los lugareños como el “callejón de las inundaciones repentinas”.

Los dirigentes del condado de Kerr, donde se han encontrado alrededor de 90 cadáveres, indicaron que su principal prioridad es recuperar a las víctimas, no revisar lo sucedido en los momentos previos a la riada.

El juez Rob Kelly, el principal funcionario electo del condado de Kerr, dijo que no tienen un sistema de avisos.

Varias generaciones de familias en Hill Country conocen los peligros. Una inundación en 1987 obligó a evacuar un campamento juvenil en la ciudad de Comfort y se cobró la vida de 10 adolescentes, además de anegar autobuses y camionetas.

Durante años, las autoridades locales han hablado de la necesidad de un sistema de alertas. El condado de Kerr solicitó una subvención de casi un millón de dólares hace ocho años para ese sistema, pero la solicitud fue rechazada por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias. Los residentes se negaron a sufragar ellos mismos la factura, añadió Kelly.

Siguen las labores de recuperación y limpieza

Entre los cadáveres recuperados en el condado, donde además de Camp Mystic hay varios campamentos de verano más, se encuentran los de 30 niños, indicó el jefe de la policía.

La devastación se extendió a lo largo de varios cientos de kilómetros (millas) en el centro de Texas hasta las afueras de la capital, Austin.

Aidan Duncan huyó justo a tiempo tras escuchar el sonido amortiguado de un megáfono instando a los residentes a evacuar el Riverside RV Park, en la ciudad de Ingram, en Hill Country.

Todas sus pertenencias —un colchón, cromos de deportes, la jaula de su periquito— ahora están cubiertas de barro frente a su casa.

“Lo que está pasando ahora, duele”, dijo el joven de 17 años. “Literalmente lloré mucho”.

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Seewer informó desde Toledo, Ohio. Los periodistas de The Associated Press Joshua A. Bickel en Kerrville, Texas; Jim Vertuno en Austin, Texas, y John Hanna en Topeka, Kansas, contribuyeron a este despacho.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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