Grandes incendios forestales fuerzan evacuaciones cerca de Atenas y el noreste de Grecia
Grandes incendios forestales que ardían desde hacía días en el noreste de Grecia y a las afueras de la capital del país seguían consumiendo bosques y forzaron nuevas evacuaciones el jueves, mientras los bomberos luchaban contra el fuerte viento y las condiciones de un entorno seco para poner freno a los fuegos.
Los incendios mataron a 20 personas la semana pasada. Se cree que 18, incluidos dos niños de entre 10 y 15 años, eran migrantes que cruzaron la frontera cercana con Turquía. Los bomberos encontraron sus cuerpos cerca de un cobertizo en una zona de bosque quemado en el nordeste de Grecia.
Sesenta bomberos han resultado heridos, según indicó el jueves el vocero del departamento Ioannis Artopios.
En otros lugares de Europa se estaban controlando incendios en la isla española de Tenerife, en el nordeste de Turquía junto a la frontera griega, en Portugal y en Italia, según las autoridades.
El ministro griego de Crisis Climática y Protección Civil, Vassilis Kikilias, dijo que algunos de los fuegos cerca de Atenas eran provocados.
“Algunos (...) pirómanos están prendiendo fuegos, poniendo en peligro bosques, propiedades y sobre todo vidas humanas”, dijo Kikilias en un mensaje televisado. “Lo que está ocurriendo no es sólo inaceptable, sino despreciable y criminal”.
El ministro dijo que el jueves se habían provocado nueve incendios en un margen de cuatro horas en la zona de Avlona, en las colinas norteñas del monte Parnitha, cerca de la capital griega.
“Ustedes están cometiendo un crimen contra el país”, dijo Kikilias. “No se saldrán con la suya. Les encontraremos, rendirán cuentas ante la justicia”.
Docenas de aeronaves, algunas de otros países europeos, asistían a cientos de efectivos sobre el terreno en los esfuerzos contra varios incendios en Grecia. Sólo el miércoles, los bomberos luchaban contra 99 focos distintos en distintos lugares, según las autoridades.
En el nordeste de Grecia, un grave incendio en la zona de Alejandrópolis que forzó numerosas evacuaciones, incluida la del hospital general de la ciudad, continuaba activo por sexto día y daba pocos indicios de remitir.
Según el Servicio de Gestión de Emergencias Copernicus de la Unión Europea, el incendio de Alejandrópolis había calcinado más de 723 kilómetros cuadrados (280 millas cuadradas) para el miércoles, lo que lo convertía en uno de los más grandes en suelo europeo en varios años. Copernicus es el servicio de observación terrestre del programa especial europeo y utiliza imágenes por satélite para ofrecer datos geográficos.
A las afueras de Atenas, un gran incendio que el miércoles destruyó viviendas a los pies del monte Parnitha trepaba a gran velocidad por las laderas boscosas de la montaña y amenazaba al corazón de un parque nacional que es una de las últimas zonas de bosque cerca de la capital griega.
Se emitieron órdenes de evacuación para varios suburbios alejados la noche del miércoles al jueves, y otros vecindarios estaban bajo aviso de posible evacuación.
Grecia ha pedido ayuda europea para sus sobrepasados bomberos. Alemania, Suecia, Croacia y Chipre han enviado aeronaves, mientras que docenas de bomberos rumanos, franceses, checos, búlgaros y albaneses han estado ayudando sobre el terreno.
Artopios, el vocero de bomberos, indicó que más 260 efectivos, incluidos más de una docena de franceses, luchaban contra el incendio de Parnitha respaldados por una fuerza multinacional de 10 aviones y 11 helicópteros. Bomberos búlgaros, albaneses, rumanos y checos ayudaban con ese fuego.
Los veranos secos y calurosos de los países del sur de Europa los hacen especialmente propensos a los incendios forestales. Las autoridades de la Unión Europea han culpado al cambio climático por la creciente frecuencia e intensidad de los incendios forestales en Europa, y señalan que 2022 fue el segundo peor año de incendios forestales del que se tiene registro, por detrás de 2017.
Vientos con fuerza de galerna combinados con un tiempo seco y caluroso contribuyeron a avivar las llamas durante la última semana en Grecia, lo que hacía extremadamente difícil contener los incendios.
Las condiciones climatológicas de este verano han sido “las peores desde que se reúnen datos meteorológicos y se hace el mapa de riesgo de incendios en el país”, dijo el miércoles el ministro griego de Crisis Climática y Protección Civil. Gran parte del país ha estado en el nivel 5 -el más alto- de riesgo de incendio en siete ocasiones este año. Es el doble que en 2021, cuatro más que en 2019 y siete veces más que en 2012, dijo Kikilias.
En Tenerife, en el archipiélago español de Islas Canarias, un incendio que ha devorado 150 kilómetros cuadrados (58 millas cuadradas) de terreno se estaba cercando el miércoles por la noche.
En Turquía, bomberos en la provincia noroccidental de Canakkale controlaron un incendio forestal menos de 48 horas después de que comenzara en un clima de altas temperaturas y fuerte viento, indicó el ministro turco de Bosques, Ibrahim Yumakli.
Yumakli dijo que el incendio, que había forzado la evacuación de 11 poblados, había afectado a 40 kilómetros cuadrados (15 millas cuadradas), incluidos 14 kilómetros cuadrados (5,4 millas cuadradas) de terrenos de cultivo.
Un bombero voluntario resultó herido y otras seis personas que sufrieron inhalación de humo estaban ingresadas bajo observación en hospitales, dijo Yumakli.
“Estamos extremadamente felices de que no se perdieran vidas”, dijo el ministro. “Sin embargo, estamos consternados por otras criaturas del ecosistema que se vieron afectadas”.
El tráfico naviero por el estrecho de Dardanelos, una importante ruta marítima que conecta el mar Egeo con el mar de Mármara, se restableció parcialmente a un único carril tras quedar suspendido para que las aeronaves contra incendios pudieran utilizar la zona para recoger agua.
Yumakli dijo que otro incendio en el centro de Turquía estaba controlado y no había otros focos activos en el país el jueves.
Dos grandes fuegos en Portugal y otro más pequeño en Italia estaban controlados para el jueves, según las autoridades de esos países, aunque las temperaturas -y el riesgo de nuevos incendios- seguía siendo alto.
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Suzan Fraser en Ankara, Turquía; Barry Hatton en Lisboa, Portugal y Colleen Barry en Milán contribuyeron a este despacho.