Las cosas más extrañas del caso Jeffrey Dahmer, “el carnicero de Milwaukee”
El asesino en serie cumplía una condena de cadena perpetua cuando fue asesinado a golpes, algo planeado por las autoridades de la prisión, según dijo quien lo mató
Jeffrey Dahmer, también conocido como “El carnicero de Milwaukee‘’, es uno de los asesinos en serie más famosos en Estados Unidos, cuya historia fue llevada a las pantallas por Netflix, en una docuserie interpretada por Evan Peters.
Sin embargo, detrás de la producción sobre Dahmer, quien nació el 21 de mayo de 1960, comenzó a matar al cumplir los 18 años con un modus operandi que incluyó la violación, la necrofilia, el desmembramiento y el canibalismo, hay varios datos extraños que causan consternación.
El autor de 17 asesinatos entre 1978 y 1991, fue introvertido desde su adolescencia, momento en que desarrolló un extraño gusto por examinar cadáveres de animales. Desarrolló alcoholismo desde temprana edad, lo que le impidió seguir sus estudios universitarios, que dejó a tres meses de haber iniciado.
Fue admitido en el ejército, en donde se entrenó como médico de combate, entre 1979 y 1981, sin embargo, fue despedido también por los problemas con su manera de beber.
Jeffrey realizó varios experimentos con sus víctimas con el objetivo de convertirlos en “zombies” que cumplieran con su voluntad, como perforar agujeros en su cráneo e inyectar ácido clorhídrico o agua hirviendo en sus cerebros.
Los datos más extraños de Jeffrey Dahmer
Jeffrey Lionel Dahmer fue el primer hijo de Lionel y Joyce Dahmer, quien sufría de ataques de ansiedad y tendencias suicidas; tuvo una infancia descuidada en la que fantaseaba con la muerte, el sexo que ejecutaba después en animales que encontraba muertos en la carretera antes de empezar a matarlos él mismo.
“(Jeffrey) los abría para examinar el interior de los animales. Hizo lo que la mayoría de los hombres jóvenes hacemos cuando las hormonas se activan tremendamente, y estaba haciendo algo sexual con ellos. Y creo que las conexiones neuronales, ya sabes, hicieron contacto y conectaron a Jeff", dijo su padre quien, al ser científico, le mostró cómo preservar los cuerpos, técnicas que después utilizó para preservar en su casa partes de los cuerpos de sus víctimas.
Su madre, quien pidió que el cerebro de Dahmer fuera estuidado tras su muerte, se medicó durante el embarazo con Jeffrey y cuando éste nació debió ser inmovilizado debido a problemas con la cadera y sus piernas. A los cuatro años, fue sometido a una cirugía por una doble hernia en el escroto, aunque Dahmer tenía la creencia de que le habían cortado los genitales, por lo que se volvió tímido y retraído.
Cuando cumplió 18 años y sus padres se divorciaron, su madre se llevó a su hermano y su padre lo dejó solo, momento en que comenzó a beber y cometió su primer asesinato.
“El tipo quería irse, y yo no quería que se fuera”, declaró Jeffrey sobre su primera víctima.
Además de conservar partes corporales de quienes asesinaba, incluyendo corazones, bíceps y porciones de carne de las piernas en bolsas, colocándolas en el refrigerador para su posterior consumo. solía tomar fotos de las diferentes etapas del desmembramiento de los cuerpos.
“Era mi forma de recordar su apariencia, su belleza física. Si no podía mantenerlos allí conmigo completos, al menos podría conservar sus esqueletos”, confesó Dahmer.
La policía le entregó a una de sus víctimas que había escapado por no querer verse envueltos en una disputa doméstica homosexual.
Dahmer murió a los 34 años, en noviembre de 1994, tras ser golpeado con una barra de metal por Christopher Scarver, otro prisionero, que lo cuestionó sobre sus crímenes contra hombres afroamericanos.
Scarver luego reveló que pasó 16 años en aislamiento por los asesinatos. Cuando se le preguntó por qué había matado a Dahmer, dijo que el asesino en serie se burlaba de los otros reclusos, jugaba con su comida y le daba forma de miembros amputados antes de llenarlos de salsa de tomate para que pareciera sangre.
Christopher aseguró que lo dejaron sin supervisión junto a Dahmer porque los oficiales de la prisión lo querían muerto