ICE ahora está mejor financiado que la mayoría de los ejércitos del mundo, gracias a la nueva ley de Trump
El presupuesto anual de ICE (el Servicio de Imigración y Control de Aduanas de EE. UU.), la agencia encargada de detener y deportar a inmigrantes sin estatus legal, pasó de 8.700 millones de dólares a 27.700 millones
ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU.), la agencia federal de seguridad encargada principalmente de llevar a cabo la agenda de deportación masiva del presidente Donald Trump, ahora tiene un presupuesto mayor que el de la mayoría de los ejércitos del mundo.
A través de la emblemática legislación de política interior del presidente, la Ley “One Big Beautiful Bill” (”Una Gran y Hermosa Ley”), se espera que el presupuesto anual de ICE aumente de 8.700 millones de dólares a aproximadamente 27.700 millones, con 75.000 millones asignados a la agencia en los próximos cuatro años.
Este aumento de la financiación anual es una cantidad sin precedentes para ICE. Supera los presupuestos militares anuales de Irán, Turquía, España, México y al menos 23 países de los 40 que más gastan en defensa, según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz.
El nuevo presupuesto anual de ICE sitúa a la agencia federal entre los 20 ejércitos mejor financiados del mundo, entre Canadá, que gastó aproximadamente $29.300 millones en 2024, y Turquía, que gastó $25.000 millones el año pasado.
Aunque EE. UU. es sistemáticamente el país que más gasta en sus fuerzas armadas en comparación con otros países, las autoridades han propuesto un presupuesto de un billón de dólares en 2026, impulsado por la ley de Trump.

El Gobierno de Trump ha prometido deportar a cientos de miles de inmigrantes indocumentados, y se espera que la financiación turboalimentada del ICE amplíe las instalaciones de detención de inmigrantes y aumente el personal.
“Las fuerzas de seguridad de inmigración llegarán a un nivel que nunca se ha visto antes”, dijo en una entrevista Tom Homan, el zar fronterizo de Trump, según el New York Times.
Para los inmigrantes y los defensores de la inmigración, el impulso a la financiación es un paso preocupante hacia más redadas generalizadas de ICE que han aterrorizado a las comunidades, y a detenciones que eluden el debido proceso.
Tras las redadas, han estallado en todo el país protestas contra ICE, en las que miles de personas se han opuesto al uso expansivo de las fuerzas de inmigración.
Cientos de manifestantes se enfrentaron a agentes y oficiales enmascarados en Los Ángeles en junio, cuando empezaron a realizar detenciones masivas. El presidente respondió con más fuerza, federalizando la Guardia Nacional de California y desplegando 4.000 guardias en la zona, así como 700 infantes de marina.
A principios de este mes, un trabajador de una plantación de marihuana de California murió durante una redada de ICE que condujo a la detención de más de 360 personas por presunta inmigración ilegal.
Múltiples abogados especializados en inmigración han dado la voz de alarma por la detención de sus clientes mientras acudían a citas judiciales relacionadas con la inmigración.
Otros motivos de preocupación son las expulsiones sin las debidas garantías procesales, a veces a terceros países en los que los deportados nunca han estado y cuyo historial en materia de derechos humanos es cuestionable.

El Gobierno se vio obligada a devolver a EE. UU. a Kilmar Abrego García, inmigrante salvadoreño que vivía en Maryland en virtud de un estatuto aprobado por un tribunal, tras enviarlo a una prisión de máxima seguridad en El Salvador acusado de pertenecer a una banda. Abrego García y cientos de personas más nunca recibieron una audiencia judicial antes de ser deportados.
“Gastar miles de millones en centros de detención y agentes de seguridad es una estrategia simplista. En lugar de ello, deberíamos invertir en un sistema destinado a acoger a los inmigrantes que aportan miles de millones a nuestra economía”, afirmó en un comunicado Adriel Orozco, asesor político principal del Consejo Estadounidense de Inmigración, en respuesta al aumento de la financiación de ICE.
“No necesitamos más camas en las cárceles ni redadas indiscriminadas. Necesitamos soluciones equilibradas que refuercen el debido proceso y mantengan unidas a las familias”, añadió.
Traducción de Sara Pignatiello