Huracán Andrew: icónica imagen resurge a 30 años de la devastadora tormenta
El 24 de agosto de 1992, Andrew tocó tierra, mató al menos a 43 personas, destruyó más de 50.000 hogares y causó daños por valor de US$30.000 millones en el sur de los EE.UU.
Una imagen icónica ha resurgido en el 30 aniversario del huracán Andrew, la tormenta más poderosa registrada en el sur de Florida.
El 24 de agosto de 1992, Andrew tocó tierra como un raro huracán de categoría 5, matando al menos a 43 personas y destruyendo más de 50.000 hogares.
En las primeras horas de esa mañana, una imagen de radar emitida por el Servicio Meteorológico Nacional en Miami provocó una ominosa sensación de lo que se avecinaba con apretadas bandas de tormentas que cubrían el sur de Florida.
El fenómeno golpeó en el sur del condado de Miami-Dade antes del amanecer con vientos máximos sostenidos de 165 millas por hora (265 kilómetros), informó la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
El huracán Andrew causó cerca de US$30 mil millones en daños en el sur de los Estados Unidos, el desastre más costoso en la historia del país hasta el huracán Katrina, en 2005.
La comunidad de Homestead, justo al norte de los Cayos de Florida, sufrió la mayor devastación. Más del 99 por ciento de sus casas móviles quedaron completamente destruidas.
Después de atravesar Florida, el huracán Andrew se desplazó hacia el Golfo de México. Tocó tierra por segunda vez cerca de Point Chevreuil, Louisiana, dos días después, como una tormenta de categoría 3 y vientos de 115 millas por hora (185 kilómetros por hora).
Varios factores relacionados con la crisis climática están provocando huracanes más poderosos y destructivos, dicen los científicos.
Los gases de efecto invernadero, causados en gran medida por la quema de combustibles fósiles, atrapan más calor que el océano absorbe. El aire y el agua más cálidos impulsan vientos huracanados más intensos y envían agua a las nubes, lo que provoca aguaceros más catastróficos que pueden provocar inundaciones peligrosas y oleajes en la costa.
En un artículo que analiza el huracán Andrew publicado esta semana, Jamie Rhome, director interino del Centro Nacional de Huracanes de la NOAA, explicó cómo el desastre impulsó avances drásticos en la previsión y planificación de huracanes.
“Hemos recorrido un largo camino en el avance de los pronósticos de huracanes desde 1992”, aseguró Rhome en un comunicado.
“Las inversiones sostenidas en investigación, modelado, satélites, observaciones de aeronaves e innovación de pronosticadores han llevado a una mejora del 75 por ciento en los pronósticos de trayectoria de huracanes y una mejora del 50 por ciento en los pronósticos de intensidad”.