‘Love and Death’: Conoce la historia del asesinato que inspiró la serie de HBO
Mientras Jessica Biel y Elizabeth Olsen interpretan a Candy Montgomery en dos programas de televisión diferentes, Clémence Michallon echa un vistazo al caso que sacudió a una comunidad de Texas en 1980
Candy Montgomery quería fuegos artificiales. Eso es lo que le dijo a su amiga Sherry Cleckler sobre su romance con el hombre cuya esposa fue acusada de matar con un hacha.
Montgomery, una ama de casa cristiana de los suburbios del noreste de Texas, era la principal sospechosa de la muerte de su amiga Betty Gore, el viernes 13 de junio de 1980. Gore y Montgomery se habían conocido en la Iglesia Metodista de Lucas, de la que Montgomery era un miembro activo. En 1978, Montgomery comenzó una relación con el esposo de Gore, Allan.
Su historia, la de una aventura secreta seguida de un juicio penal, del testimonio obtenido en parte a través de sesiones de hipnosis y de la absolución final de Montgomery, será contada ahora en dos series distintas. Una de ellas, Candy, cuenta con Jessica Biel en el papel de Montgomery y comenzó a transmitirse por Hulu el 9 de mayo (originalmente, Elisabeth Moss iba a protagonizarla, pero tuvo que abandonar el proyecto). La otra, Love and Death, se espera que se estrene en HBO Max a finales de este año, tras ser adaptada a partir de dos artículos del Texas Monthly de 1984, y contará con la participación de Elizabeth Olsen en el mismo papel.
Montgomery y su esposo Pat Montgomery se mudaron al condado de Collin, Texas, en 1977, según Oxygen. Montgomery había crecido en una familia de militares y se mudó a varios lugares durante su juventud. Los Montgomery tenían un hijo y una hija. Según Texas Monthly, su matrimonio era cómodo (Pat Montgomery ganaba bien en Texas Instruments, una empresa de tecnología), pero rutinario. Candy Montgomery, como señalan los escritores del Texas Monthly Jim Atkinson y John Bloom en su libro Evidence of Love: A True Story of Passion and Death in the Suburbs, le dijo a una amiga que estaba “vuelta loca de aburrimiento”.
Candy Montgomery se encontró, literalmente, con Allan Gore durante el verano de 1978, mientras ambos jugaban en la cancha de voleibol de la iglesia. Betty había conocido a Allan en la universidad, donde, según Oxygen, él era asistente de enseñanza en una de las clases de Betty. La pareja se casó en 1970 y tuvo a su primera hija antes de mudarse al condado de Collin.
Supuestamente, el encuentro casual de Allan y Candy durante el juego de voleibol fue seguido de unas cuantas semanas de coqueteo, lo que llevó a Montgomery a finalmente confesarle su atracción a Allan. Después de algunas idas y venidas durante las cuales consideraron los pros y contras de un posible romance, Montgomery y Allan decidieron comenzar una relación el 12 de diciembre de 1978, según Texas Monthly.
Montgomery y Allan mantuvieron relación durante unos meses. Aparentemente, Montgomery le dijo a Allan que temía que la aventura se estuviera volviendo demasiado intensa, pero la relación continuó. Poco después del nacimiento de la segunda hija de Allan y Betty, en julio de 1979, Allan comenzó a indicarle a Montgomery que quería alejarse de la relación y trabajar en su matrimonio con Betty. Fue Montgomery quien, según Atkinson y Bloom, finalmente le dijo: “Allan, pareces estar dejándomelo todo a mí. Así que he decidido que no llamaré. No trataré de verte. No te molestaré más”.
El 13 de junio de 1980, Allan Gore, que estaba de viaje de negocios y había tratado de comunicarse por teléfono con su esposa en vano, aparentemente llamó a su vecino de al lado para pedirle que revisara si Betty estaba en casa. Luego llamó a Montgomery, quien le dijo que había visto a su esposa ese mismo día y que no parecía que algo estuviera mal.
Al parecer, Allan le pidió a su vecino, Richard Parker, que regresara a su casa y revisara si el auto de Betty estaba en el garage. Parker y otros dos conocidos de la zona, Jerry McMahan y Lester Gayler, finalmente partieron juntos para buscar en la casa y averiguar por qué no podían localizar a Betty. Gayler descubrió el cuerpo de Betty en el lavadero, aunque, según Atkinson y Bloom, al principio no vio su cuerpo, sino “océanos de sangre espesos y coagulados de color marrón rojizo que brillaban sobre las baldosas”. Luego se informó que Betty había sido atacada con un hacha 41 veces.
Gracias a una huella ensangrentada, los investigadores supieron que debían buscar a alguien “de baja estatura, ya sea un niño o una mujer”, contó Steven Deffibaught, exinvestigador del condado de Collin, al programa Snapped de Oxygen. Según la cadena, Montgomery le dijo inicialmente a las autoridades que la hija mayor de Betty y Allan se había quedado en su casa durante la noche, y que vio a Betty en la mañana para recoger el traje de baño de Alisa antes de su clase de natación. Al parecer, fue Allan quien reveló a los detectives su romance con Montgomery. A partir de entonces, Montgomery se convirtió en la principal sospechosa del asesinato de Betty. Fue arrestada el 27 de junio de 1980 y acusada de su asesinato.
Deffibaugh mencionó a Oxygen que cuando Montgomery se cambió para ponerse el uniforme de la prisión, el personal notó “moretones y también un corte en el dedo del pie”. Cuando comenzó su juicio, en octubre de 1980, su equipo legal no buscó negar que había matado a Betty Gore. Pero sostuvieron que lo había hecho en defensa propia y por lo tanto no debía ser declarada culpable de asesinato. Betty, dijeron, había atacado primero a Montgomery con el hacha, haciéndole el corte en el pie.
Antes del juicio, el abogado de Montgomery, Don Crowder, buscó al doctor Fred Fason, un psiquiatra con experiencia en la práctica de la hipnosis.
La admisibilidad del testimonio proporcionado bajo hipnosis varía en EE.UU. de un estado a otro; el Departamento de Justicia ha señalado previamente que “los tribunales federales que abordan el tema del testimonio inducido hipnóticamente de un testigo de cargo generalmente han permitido el uso de tal testimonio, sosteniendo que el hecho de la hipnosis solo afecta la credibilidad del testigo y no la competencia del testigo o la admisibilidad de su testimonio”.
En una advertencia, el Departamento de Justicia agregó que “a fines de la década de 1980 y 1990, la cuestión de la admisibilidad ... del testimonio actualizado o mejorado hipnóticamente entró en un estado de ‘flujo’, en gran parte causado por casos que involucraban acusaciones no corroboradas de abuso sexual infantil después de ‘terapia regresiva’ u otras formas de terapia relacionada con la hipnosis para traer de vuelta recuerdos ‘reprimidos’ de incidentes de la niñez. En esta serie de casos, muchas condenas se revocaron posteriormente en apelación con base en un replanteamiento de la cuestión de admisibilidad, y eventualmente resultó en la adopción en los tribunales federales de un ‘enfoque caso por caso’, en el que el tribunal tiene ‘discreción para estimar todos los factores para determinar la confiabilidad de la evidencia y el efecto probatorio contra el efecto perjudicial del testimonio’”.
En el caso de Montgomery, Fason aseguró que sus sesiones con Montgomery habían revelado un trauma infantil, así como recuerdos del día en que murió Betty Gore. De acuerdo con Atkinson y Bloom, al final de su primera sesión, “Fason había hecho lo que Crowder le pidió que hiciera. Había encontrado ... el detonante de la ira de Candy Montgomery”.
Según Texas Monthly, Montgomery reveló que fue a la casa de Betty Gore para recoger el traje de baño de la hija de esta, cuando la mujer la confrontó sobre su romance con Allan. Betty atacó a Montgomery con un hacha, alcanzándola en la cabeza y en el dedo del pie. Las dos lucharon; supuestamente, Montgomery empujó a Betty y, con ella de espaldas, “levantó el hacha con ambas manos y descargó la hoja en la parte posterior de la cabeza de Betty”. La lucha continuó. Según Bloom y Atkinson, Fason testificó que en cierto momento, Betty le dijo “shhhhh” a Montgomery, lo que, sostuvo el psiquiatra, hizo resurgir un recuerdo de la infancia de Montgomery. De acuerdo con Fason, hubo una “conexión” entre un recuerdo de Montgomery siendo callada por su madre durante un incidente específico cuando era niña, y ser callada por Betty.
En última instancia, el jurado tardó un poco más de tres horas en alcanzar un veredicto y declarar a Montgomery no culpable del asesinato de Betty Gore, informó la agencia United Press International el 30 de octubre de 1980. Supuestamente, Montgomery no mostró “ninguna emoción” cuando se leyó el veredicto. El juez, de acuerdo con Atkinson y Bloom, le había pedido a todos en la corte, incluyendo a las partes, que se abstuvieran de reaccionar de cualquier manera cuando se leyera el fallo en voz alta. Montgomery “lucho por contener las lágrimas, sin embargo”, reportó UPI, “mientras ella y su esposo Pat eran sacados de la corte del condado de Collin bajo fuerte resguardo después de que [el juez de distrito Tom Ryan] recibiera una carta amenazando su vida”.
Según The Dallas Morning News, Allan Gore finalmente se volvió a casar y se mudó. Se cree que Candy Montgomery también se mudó y, según el periódico, obtuvo una certificación como consejera familiar.