Reciente ley de conscripción en Myanmar reclutará a 5.000 personas al mes. Muchos piensan huir
El gobierno militar de Myanmar dijo el miércoles que reclutará a 60.000 hombres y mujeres jóvenes al año para realizar el servicio militar de acuerdo con su recién activada ley de conscripción, y que los llamados a filas comenzarán después del festival de abril que marca el Año Nuevo tradicional de ese país.
La medida de conscripción fue activada el sábado por órdenes del presidente de la junta militar gobernante, el general en jefe Aung Hlaing.
Su sorpresivo anuncio pareció confirmar que las filas del ejército han menguado debido a la creciente presión de las fuerzas armadas de resistencia prodemocráticas que surgieron después de que el ejército le quitó el poder al gobierno electo de Aung San Suu Kyi en febrero de 2021.
No existen cifras confiables sobre el tamaño del ejército de Myanmar. El año pasado, en el CIA World Factbook (Libro de hechos mundiales de la CIA) se calculó que tenía entre 150.000 y 400.000 efectivos. El Instituto de la Paz de Estados Unidos, con sede en Washington, ha indicado que se han perdido 21.000 efectivos debido a muertes en combate, deserciones y defecciones desde la toma del poder por parte de los militares, dejando una fuerza efectiva de alrededor de 150.000 miembros.
Según dicha ley, los hombres de entre 18 y 35 años, y las mujeres de entre 18 y 27 pueden ser reclutados por las fuerzas armadas durante dos años. En ciertas categorías profesionales, como los médicos e ingenieros, se aplica un límite de edad más amplio, de hasta 45 años para los hombres y 35 para las mujeres, y su periodo de servicio es de tres años.
La oficina de información del ejército dijo en un comunicado enviado a la prensa que se reclutarán y entrenarán a 5.000 personas cada mes. Las mujeres serán reclutadas a partir del quinto período, señaló.
La activación de la ley de conscripción ha provocado miedo, ansiedad y rebeldía entre los jóvenes y sus padres, según publicaciones en redes sociales y conversaciones privadas. Algunas personas piensan salir del país, huyendo hacia áreas fronterizas controladas por minorías étnicas, o unirse a grupos de la resistencia.
La evasión de la conscripción se castiga con tres a cinco años de prisión y una multa. Los miembros de las órdenes religiosas están exentos, mientras que los servidores públicos y los estudiantes pueden recibir un aplazamiento temporal.