EEUU: Magistrado de Corte Suprema aceptó lujoso viaje de donante republicano

El magistrado de la Corte Suprema de Estados Unidos Samuel Alito aceptó en 2008 un viaje a una lujosa cabaña de pesca en Alaska por parte de dos acaudalados donantes republicanos, uno de los cuales tuvo repetidos intereses ante el tribunal, y no mencionó los viajes en su declaración financiera de ese año, informa ProPublica

The Associated Press
Miércoles, 21 de junio de 2023 17:18 EDT
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EEUU-CORTE SUPREMA-ALITO (AP)

El magistrado de la Corte Suprema de Estados Unidos Samuel Alito aceptó en 2008 un viaje a una lujosa cabaña de pesca en Alaska por parte de dos acaudalados donantes republicanos, uno de los cuales tuvo repetidos intereses ante el tribunal, y no mencionó los viajes en su declaración financiera de ese año, informó la organización de periodismo de investigación sin fines de lucro ProPublica.

Un despacho publicado el martes por la noche por ProPublica señala que, en julio de 2008, Alito voló a un remoto rincón de Alaska a bordo del avión privado del empresario y donante republicano Paul Singer. Un fondo de inversión fundado por el multimillonario ha llevado aproximadamente una decena de casos ante el tribunal desde entonces, informó ProPublica. Alito no se recusó de participar en ninguno de esos casos.

La estancia de tres días de Alito en el King Salmon Lodge fue pagada por otro donante adinerado, Robin Arkley II, propietario de una empresa hipotecaria con sede entonces en California. Leonard Leo, entonces director del grupo jurídico conservador The Federalist Society, ayudó a organizar el viaje, incluida la reservación de un lugar para Alito en el avión de Singer, que le habría costado a Alito al menos 100.000 dólares si hubiera alquilado el avión él mismo, informó ProPublica.

Los magistrados de la Corte Suprema, al igual que otros jueces federales, están obligados a presentar informes anuales de divulgación financiera, en los que se les pide que enumeren los regalos que han recibido. Sin embargo, el máximo tribunal no está sujeto a un código de conducta vinculante que sí aplica a los jueces de tribunales inferiores, lo que da a cada juez la libertad de redactar y aplicar sus propias normas.

Alito refutó enérgicamente los hallazgos en un artículo de opinión publicado en el Wall Street Journal antes de que ProPublica publicara su reportaje, aseverando que no estaba obligado a divulgar los detalles del viaje o a recusarse de los casos que involucraron al fondo de inversión de Singer.

“Lo que yo recuerdo es haber hablado con el señor Singer en no más de un puñado de ocasiones, todas las cuales (con la excepción de una pequeña charla durante un viaje de pesca hace 15 años) consistieron en comentarios breves y casuales en eventos a los que asistían grandes grupos”, escribió Alito. “En ninguna ocasión hemos discutido las actividades de sus negocios, y nunca hemos hablado de ningún caso o asunto ante la Corte”.

“En cuanto al vuelo, el señor Singer y otros ya habían hecho arreglos para volar a Alaska cuando fui invitado poco antes del evento, y se me preguntó si me gustaría volar allí en un asiento que, hasta donde yo sé, habría estado vacante. Tenía entendido que esto no supondría ningún coste adicional para el señor Singer”, escribió Alito.

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