EEUU aprueba terminal de exportación petrolera frente a Texas; ambientalistas se oponen
En una medida que los ambientalistas calificaron como traición, el gobierno del presidente Joe Biden aprobó la construcción de una terminal de exportación petrolera en aguas profundas frente a la costa de Texas, que será la más grande en su tipo en Estados Unidos.
La Terminal Petrolera Sea Port que se construye frente a Freeport, Texas, podrá cargar dos supercargueros a la vez, con una capacidad de exportación de 2 millones de barriles de crudo diarios. El proyecto de Enterprise Products Partners, con sede en Houston, tendrá un costo de 1.800 millones de dólares y recibió esta semana una licencia de puerto en aguas profundas por parte de la Administración Marítima del Departamento de Transporte, lo que constituye el paso final de una revisión federal de cinco años.
Los ambientalistas denunciaron la aprobación de la licencia, afirmando que contradice la agenda climática de Biden y generará “desastrosas” emisiones de gases de efecto invernadero, equivalentes a casi 90 centrales eléctricas alimentadas con carbón. La medida pondría en riesgo el apoyo a Biden por parte de aliados ambientalistas y votantes jóvenes que ya se habían desencantado con la aprobación el año pasado del enorme proyecto petrolero Willow en Alaska por el gobierno demócrata.
“Nada de lo relacionado con este proyecto coincide con los objetivos climáticos y de justicia ambiental del presidente Biden”, resaltó Kelsey Crane, promotora sénior de políticas públicas de Earthworks, un grupo ambientalista que se ha opuesto desde hace tiempo a la terminal exportadora.
“Las comunidades que serán impactadas por (la terminal petrolera) han sido ignoradas una vez más y serán obligadas a vivir bajo la amenaza de más derrames petroleros, explosiones y contaminación”, añadió Crane. “La mejor manera de proteger a la población y al clima de los daños del petróleo es mantenerlo bajo tierra”.
En un comunicado emitido tras la aprobación de la licencia, la Administración Marítima señaló que el proyecto cumple con diversos requerimientos ordenados por el Congreso, entre ellos, amplias revisiones ambientales y una determinación federal de que la operación del puerto favorece los intereses nacionales.
“Al tiempo que el gobierno de Biden-Harris acelera la transición de Estados Unidos hacia un futuro de energías limpias, también se realizan acciones para gestionar la transición en el corto plazo”, afirmó el organismo, también conocido como MARAD.