Dos semanas después del golpe, la junta militar en Níger nombra un gobierno y rechaza negociaciones
Mientras se cumplen dos semanas en el poder, los líderes de una junta militar en Níger nombran un gobierno y rechazan las peticiones de negociaciones, en lo que los analistas describen como un intento de asegurar su poder y mostrar su determinación de gobernar el país en el África Occidental ante una creciente crisis regional
Los líderes de la junta militar en Níger, que cumplían dos semanas en el poder, nombraron un gobierno y rechazaron las peticiones de negociaciones en lo que los analistas describieron como un intento de asegurar su poder y mostrar su determinación de gobernar el país en el África Occidental en medio de una creciente crisis regional.
La junta ha nombrado un primer ministro y otros miembros de un gabinete. También se negó a admitir equipos de mediación que tenían previsto llegar el martes de Naciones Unidas, la Unión Africana y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), citando “motivos evidentes de seguridad en este ambiente de amenaza”, según una carta a la que tuvo acceso The Associated Press
La CEDEAO amenazó con emplear la fuerza militar si la junta no reinstaura al presidente, Mohamed Bazoum, para el domingo, un plazo que la junta ignoró.
“El establecimiento de un gobierno es significativo e indica, al menos para la población, que tienen un plan, con apoyo de todo el gobierno”, dijo Aneliese Bernard, exfuncionaria del Departamento de Estado de Estados Unidos especializada en asuntos africanos y que ahora dirige Strategic Stabilization Advisors, una consultora de riesgo.
La junta dijo el lunes que el economista civil Ali Mahaman Lamine Zeine sería primer ministro. Zeine es un exministro de economía y finanzas que dejó el cargo cuando su gobierno fue depuesto por otro golpe militar anterior en 2010 y más tarde trabajó en el Banco de Desarrollo Africano.
Soldados amotinados derrocaron el 26 de julio al presidente elegido democráticamente en Níger, Mohamed Bazoum, afirmando que harían un trabajo mejor para proteger al país de la violencia yihadista. Grupos asociados a Al Qaeda y el grupo Estado Islámico han asolado la región del Sahel, una amplia extensión al sur del desierto del Sahara.
Pero la mayoría de analistas y diplomáticos creen que ese motivo no tiene peso y que la sublevación era el resultado de una lucha de poder entre el presidente y el jefe de su guardia presidencial, el general Abdourahmane Tchiani, que dice que ahora dirige el país.
El golpe fue un revés para muchos países occidentales que veían a Níger como uno de sus últimos socios democráticos en la región para combatir la amenaza extremista. Los socios de Níger han amenazado con cortar los millones de dólares en asistencia militar que recibía si no se restaura el orden constitucional.
Pero por el momento, los esfuerzos diplomáticos han dado pocos resultados, mientras la junta estrecha su control sobre el poder.
La capital de Níger, Niamey, parecía más tensa el martes con controles de las fuerzas de seguridad a vehículos. La junta cerró el espacio aéreo el lunes y el martes suspendió temporalmente el permiso para vuelos diplomáticos de países amistosos y socios, según el Ministerio de Asuntos Exteriores.