Símbolos masones, un caballo “demoníaco” y túneles reptilianos: este es el aeropuerto más enigmático de EE. UU.
Desde túneles secretos de reptilianos hasta una estatua maldita, Andrea Cavallier profundiza en las teorías de conspiración más extrañas en torno al Aeropuerto Internacional de Denver


El Aeropuerto Internacional de Denver no es solo un aeropuerto: es un búnker subterráneo secreto para la élite mundial, una sede masónica y posiblemente el hogar de una colonia de reptilianos. Es cierto, si se cree en la sarta de teorías de conspiración que han circulado a lo largo de los años.
Las historias extrañas comenzaron mucho antes de que despegara el primer vuelo en 1995.
Denver ya contaba con el aeropuerto internacional de Stapleton, a solo 16 km del centro. Por eso, cuando las autoridades anunciaron planes para construir un aeropuerto todavía más grande, los residentes quedaron perplejos.
La explicación oficial era que las pistas de Stapleton estaban demasiado juntas, lo que a menudo obligaba a cerrarlas en caso de mal clima. Pero los escépticos percibieron algo más: una tapadera para un proyecto de construcción mucho más turbio.
Cuando por fin se inauguró el Aeropuerto Internacional de Denver, seis años después de su construcción en 1989, era enorme (el doble que Manhattan) y superaba el presupuesto por 2 millones de dólares.

A día de hoy, el complejo sigue envuelto en misterio y es un imán para las teorías de conspiración. Y las autoridades aeroportuarias lo han aprovechado al cubrir las paredes con carteles para los viajeros: “Sí, los reptilianos son reales”.
Para los teóricos de conspiración, la ubicación remota, los elevados costes y un montón de otras afirmaciones inexplicables solo podían significar una cosa: algo siniestro había bajo las pistas.
Presentamos algunas de las teorías conspirativas más extrañas en torno al aeropuerto.
Pistas nazis y un “Nuevo Orden Mundial”
Una de las afirmaciones más antiguas y persistentes es que las pistas del aeropuerto tienen la forma de una esvástica.
Las fotos aéreas muestran un diseño de molinete, pero los ingenieros aeronáuticos han dicho que se trata simplemente de una disposición práctica que permite el aterrizaje de varios aviones en condiciones de viento variables.
No obstante, los teóricos insisten en que la forma de esvástica es un guiño al “Nuevo Orden Mundial” vinculado a los nazis, la organización secreta que supuestamente mueve los hilos detrás de los gobiernos mundiales.
También está la piedra angular del aeropuerto, una placa de granito cerca de la terminal principal que lleva la escuadra masónica y el símbolo de la brújula, y da crédito a un grupo llamado la Comisión del Nuevo Aeropuerto Mundial, de acuerdo con VisitDenver.com. Pero el grupo no existe, lo que, por supuesto, no hace sino avivar el fuego.

Los historiadores locales afirman que la “comisión” fue un comité de corta duración que se formó para organizar las celebraciones de la gran inauguración del aeropuerto y fue bautizado con el nombre de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvořák.
Pero para los teóricos, es una prueba fehaciente de que el aeropuerto fue financiado por élites oscuras, ya fueran los Illuminati, los masones o ambos. La fecha de dedicación, 19 de marzo de 1994, tampoco ayuda: si se suman los números (1+9+1+9+9+4), se obtiene 33, el nivel más alto de la masonería.
‘Blucifer’
Incluso antes de entrar, el residente más infame del aeropuerto te saluda desde el lado de Peña Boulevard: un mustang azul cobalto de 9 metros de altura con ojos rojos brillantes.
Si bien su nombre oficial es Mustang, los lugareños se refieren a la bestia de fibra de vidrio como Blucifer.
Sus ojos de fuego, dicen algunos, son una referencia a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. Otros creen que brillan con las almas de los condenados.
La historia real es bastante trágica. En 2006, un trozo de la escultura cayó sobre el artista Luis Jiménez, de 65 años, durante las obras, y le seccionó una arteria que le causó la muerte.

Más tarde, su estudio completó la obra y se instaló en 2008, más de 15 años después de su encargo.
Aunque muchos creen que los brillantes ojos rojos del caballo eran portales al infierno y pruebas de la naturaleza demoníaca de Mustang, los directivos del aeropuerto explican que los ojos son simplemente focos LED.
Los ojos rojos son también un homenaje al padre del artista, propietario de una tienda de letreros de neón en El Paso (Texas), donde fue aprendiz. La esposa de Jiménez, Susan, explicó a la Radio Pública de Colorado en 2019, que su muerte fue un trágico accidente y que los ojos del caballo no tienen ninguna mala intención.
Cuenta un incidente que ocurrió hace años en el que su marido oyó un ruido en su casa y fue a investigar.
“Vio dos ojos”, reveló. “Y dijo que se le erizaron los pelos de la nuca”.

Pero resultó ser su caballo Black Jack, el modelo para la obra final de los Jiménez, que había irrumpido misteriosamente en su sala.
“Y entonces [los ojos] tienen algo que ver con ese incidente y este sentimiento de que tienes miedo de algo, pero luego no pasa nada [porque te das cuenta] de que es familiar”, observó. “No lo sé. Pero los ojos no tienen ninguna mala intención”, aseveró.
Túneles reptilianos
Se construyó una red de túneles bajo el aeropuerto para un fallido sistema de equipajes, pero algunos dicen que ahora alberga humanoides reptilianos, búnkeres gubernamentales y laboratorios de investigación alienígena.
Los extensos túneles subterráneos del aeropuerto se construyeron para dar servicio a un ambicioso sistema automatizado de equipajes que nunca llegó a funcionar.
Así quedó un laberinto de túneles y espacios de mantenimiento sin utilizar, el escenario perfecto para décadas de especulación.

Algunos creen que dichos túneles conectan con el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD), a 145 kilómetros de distancia, en Colorado Springs. Otros están convencidos de que albergan búnkeres para que la élite mundial sobreviva el apocalipsis.
Los responsables del aeropuerto afirman que los túneles son lo que parecen: pasillos industriales utilizados para el transporte de equipajes y el mantenimiento. Sin embargo, su escala y secretismo han garantizado la pervivencia de los mitos.
Murales de perdición
En el interior de las terminales, los extensos murales del artista Leo Tanguma que representan la guerra, la destrucción y niños en ataúdes, han suscitado interminables debates a lo largo de los años y, según los teóricos, son profecías codificadas del plan de dominación del Nuevo Orden Mundial.
En una sección especialmente célebre, un soldado con una máscara antigás sostiene una espada sobre una paloma muerta mientras unos niños se agazapan cerca, una imagen escalofriante que, según los teóricos, simboliza un futuro fascista.


Sin embargo, Tanguma insiste en que los murales cuentan una historia de esperanza, paz y unidad medioambiental.
Gárgolas y dioses egipcios
Por si los murales no fueran suficientemente extraños, el aeropuerto albergó en su día una estatua de Anubis, el dios egipcio de la muerte, de 6 metros de altura, que se instaló brevemente para promocionar una exposición sobre el Rey Tut.
Los teóricos de conspiración, por supuesto, lo vieron como una prueba más de la influencia ocultista.
Cerca, hay dos gárgolas de bronce con el título de Notre Denver que se posan en maletas abiertas sobre la zona de recolección de equipajes.


El artista Terry Allen dijo que estaban pensadas para proteger el equipaje de los viajeros, pero incluso estas piezas han contribuido a la decoración “sospechosa” del aeropuerto.
Hoy, nuevas gárgolas animatrónicas hablan a los viajeros, y les dan la bienvenida en broma al “Cuartel General de los Illuminati... quiero decir, al Aeropuerto Internacional de Denver”.
“Los archivos DEN”
En lugar de desestimar las descabelladas afirmaciones, el Aeropuerto Internacional de Denver ha aceptado su notoriedad.
El aeropuerto incluso creó un sitio web, The DEN Files, un juego de palabras con el programa de televisión Los expedientes secretos X, que recopila sus teorías conspirativas favoritas.
Durante las renovaciones en curso, el aeropuerto ha cubierto sus paredes de obra con carteles de extraterrestres, ojos de pirámide y lagartos con casco.

Una dice: “¿Qué hacemos detrás de este muro? ¿Añadir nuevos restaurantes... o esconder a los Illuminati?”.
Otra muestra a una de las gárgolas en una fila de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) y pregunta: “¿Seguridad optimizada? ¿O más secretos?”.
Pero la verdad, según los responsables del aeropuerto, es que los anuncios forman parte de una serie de campañas de marketing para promocionar el proyecto Great Hall, una renovación a gran escala de la terminal Jeppesen, cuya finalización está prevista para 2027.
¿O es acaso otro secreto?
Traducción de Michelle Padilla





