Congreso de EE.UU. concluye una sesión caótica como pocas, previo a la llegada de un 2021 repleto de cambios
Entre el cambio de administración, los cheques de alivio económico por covid, la lucha contra la crisis sanitaria, el desempleo, la economía global y las relaciones exteriores, la política de Estados Unidos se llevará varios pendientes a la cama.
El Congreso estadounidense está concluyendo una caótica sesión como pocas otras, una tormenta política de dos años que comenzó con el cierre más largo del gobierno federal en la historia de Estados Unidos, desgarrado por un juicio político y una pandemia y ahora cierra con un inusual rechazo al presidente Donald Trump.
En los pocos días que quedan, los senadores republicanos están ignorando la demanda de Trump de aumentar los cheques individuales de ayuda por el coronavirus a 2.000 dólares y se aprestan a anular un veto presidencial a una importante ley de gastos militares, reafirmando las prioridades tradicionales republicanas en desafío a un mandatario que ha movido el partido en una dirección diferente.
El senador republicano Lindsey Graham, importante aliado de Trump, trató de cerrar la brecha el jueves, diciendo que el Congreso podría tratar de nuevo de aprobar los cheques de 2.000 dólares en la nueva sesión, que abre el domingo.
“Respaldo al presidente Trump en esto”, dijo Graham en Fox News.
“Nuestra economía está realmente afectada”, dijo. “No hay forma de conseguir una votación para el 3 de enero. La nueva sesión del Congreso comienza el 3 de enero al mediodía. Así que en la nueva sesión se podrá tener una votación”.
Con el Congreso reunido para una inusual sesión de vísperas de Año Nuevo, el enfrentamiento sobre los cheques del COVID y la ley de defensa marca los últimos días del jefe del ejecutivo. El rechazo a sus demandas profundiza la división en el Partido Republicano entre la nueva ala de populistas estilo Trump y las que había sido posiciones conservadoras establecidas.
Se espera que el estancamiento siga el fin de semana.
Con tono exasperado, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, dijo esta semana: “Después de toda la locura que los senadores republicanos le han tolerado a Trump —sus ataques a la legalidad, la independencia del poder judicial, la conducta que llevó a su juicio político— ¿es ahora que los senadores republicanos deciden trazar la raya, con los cheques de 2.000 dólares para los estadounidenses?”.
El líder de la mayoría republicana Mitch McConnell básicamente cerró la puerta al pedido de los cheques de 2.000 dólares, declarando que el Congreso ya dio suficiente ayuda por la pandemia y bloqueando los intentos demócratas de forzar una votación.
McConnell dejó claro que no está dispuesto a ceder, pese a las presiones políticas de Trump e incluso otros republicanos, incluyendo los dos senadores que enfrentan reelección en Georgia la semana entrante, en una segunda vuelta que determinará quién tiene el control del Senado.
La mayoría de los senadores republicanos parecían aceptar la inacción sobre los cheques, pese a que un número creciente de sus correligionarios concuerdan con la demanda de Trump, algunos por miedo a contradecirle.
A apenas días de las elecciones en Georgia, líderes republicanos han advertido que la renuencia del partido a proveer más ayuda en momentos en que la pandemia empeora pudieran poder en peligro los resultados de esas contiendas.