Playas de España en desaparición: Cambio climático y desarrollo inmobiliario amenazan los “tesoros nacionales”
Los turistas regresan a España después de la pandemia, pero las famosas playas del país están bajo amenaza
Después de dos años de covid-19, los turistas británicos por fin regresan en gran cantidad a las playas doradas de España, pero pueden sorprenderse con lo que encuentran.
Los ecologistas temen que, a menos que se tomen medidas pronto, quedarán pocas playas para disfrutar. Desde la Costa Brava en el norte hasta la Costa del Sol en el sur, la costa de España es arrasada por violentas tormentas atribuidas al cambio climático. Los críticos dicen que no hay medidas a largo plazo para detener la erosión.
El gobierno español lanzará un plan nacional a finales de este año, apoyado por fondos de recuperación de la Unión Europea, para salvar las 7.000 millas (11.000 kilómetros) de costa del país de los efectos del cambio climático. Las playas en destinos turísticos populares como Málaga, Almería y Cádiz han sufrido la erosión, el aumento del nivel del mar y la construcción excesiva junto al mar.
Los expatriados británicos que poseen villas junto al agua han visto sus propiedades cada vez más amenazadas por el aumento del nivel del mar. Otros se enfrentan a amenazas legales porque sus propiedades están demasiado cerca del mar, algo en contra de la ley.
En Marbella, un centro turístico popular entre los turistas británicos, Kenza Eyzaguirre Carlson, de 34 años, una ejecutiva de relaciones públicas mitad francesa, mitad estadounidense, recoge basura de la playa y hace campaña para evitar que desaparezca la famosa arena.
“Una tormenta reciente destruyó algunos lugares en el paseo marítimo. Tenemos que hacer algo a largo plazo para evitar que esto suceda una y otra vez, de lo contrario será económicamente desastroso para Marbella”, declaró.
En Barcelona, el Ayuntamiento tuvo que recurrir a pedir al Gobierno central que enviara más arena después de que partes de las famosas playas de la ciudad desaparecieran en el mar tras una gran tormenta en marzo.
En Gava Mar, un complejo de lujo a las afueras de Barcelona popular entre miembros del FC Barcelona y el exdelantero del Arsenal, Pierre-Emery Aubameyang, el mar se ha tragado gran parte de la playa.
Los conservacionistas comenzaron a reconstruir las dunas para reforzar la playa y luchan contra las autoridades locales que, según afirman, permiten que las aguas residuales sin tratar se expulsen al mar donde nadan los niños.
Robert Wilson, un ingeniero de Escocia que se mudó a España hace 20 años, a menudo se ofrece como voluntario para poner plantas en las dunas para reforzarlas.
“Hay que hacer algo para salvar esta playa. Es nuestro tesoro natural. Sin esto, ¿qué queda aquí?” le dijo a The Independent.
En la región sur de Almería, famosa por las películas spaghetti western y las granjas de tomates, Julian García Valencia ha pasado los últimos 12 años luchando para salvar la playa de Vera.
Valencia, presidente de la Asociación Playa Azul, comentó que quiere preservar los siete kilómetros de playas cercanas al balneario, el cual cuenta con tres grandes hoteles turísticos. Admite que a veces se siente como el rey Canuto (en referencia a una historia sobre un rey europeo de antaño que le ordenó al mar quedarse quieto).
“El mar ha avanzado unos tres metros por la playa en los últimos diez años. Además, pusieron espigones en el mar, que no han protegido bien la playa”, contó.
“Hemos logrado ralentizar este proceso quizás por ahora, pero no detenerlo”.
En Málaga, Elisa Martínez Vizcaíno lucha por salvar Arraijanal, la cual describe como “una de las últimas playas vírgenes al lado de la ciudad”.
Junto a Torremolinos, la playa es popular entre una “multitud más hippie” de turistas británicos que vienen a relajarse bajo el sol, comentó.
Martínez, arquitecta, dijo que los activistas se han opuesto a los planes para construir un campo de entrenamiento para el FC Málaga junto a la playa.
“El problema real es el desarrollo inmobiliario excesivo junto a la playa. Alrededor del 75 por ciento de la tierra junto a las playas cerca de Málaga están cubiertas de hoteles u otros desarrollos turísticos”, le comentó a The Independent .
La Ley de Costas de España establece que no se permite la construcción privada a menos de 330 pies (100 metros) del paseo marítimo, ya que la playa se considera un área pública. Hasta 1.650 pies (500 metros) del mar se restringen casas, hoteles y otras edificaciones. En realidad, en muchas partes de España, esta ley se ignoró durante el auge de la construcción antes de la crisis financiera de 2008.
La PNACL (Plataforma de Afectados por la Ley de Costas) ha luchado para defender a algunos británicos y otros con viviendas frente al mar de perder sus propiedades por incumplir esta ley.
El año pasado, José Ortega, abogado de la PNACL, logró una victoria en el Tribunal Supremo de Valencia para defender a muchos propietarios expatriados con propiedades en primera línea de mar.
Sin embargo, se encontró con la oposición de los conservacionistas, quienes afirman que las villas de vacaciones deberían prohibirse cerca de la playa.
“Lo que tenemos que hacer es detener la construcción frente al mar, que se está comiendo nuestras playas”, expresó José Ignacio Domínguez de Ecologistas en Acción.